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«No me voy a callar cuando el ex presidente desde Suiza llama a la gente a marchar»

Alberto Fernández habló en el programa A dos voces. Dijo que no tiene jefe político, cuestionó a su antecesor Macri por impulsar marchas de la oposición desde Suiza y advirtió que puede apretar el botón rojo en caso de que el sistema sanitario entre en colapso por la pandemia del coronavirus.

El presidente Alberto Fernández criticó esta noche a su antecesor Mauricio Macri al advertir que no se va a callar «cuando el ex presidente desde Suiza llama a la gente a marchar» en contra del Gobierno Nacional, en alusión a la manifestación del pasado 17 de agosto.

Lo afirmó en una entrevista con TN en la Residencia de Olivos en la que, cuando le advirtieron que Macri volvería en breve al país, respondió que «habrá terminado sus vacaciones y después tendrá otras».

También afirmó que no tiene «jefe político» y que el último que cumplió ese rol «fue Néstor Kirchner». En ese sentido indicó que la ex mandataria y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner «es representante de un sector muy importante» de la alianza Frente de Todos.

«Tengo una relación espléndida con Cristina y aprendimos a respetarnos. Soy el presidente de una alianza electoral y represento los intereses de todos. Ella es representante de un sector muy importante del frente y no tengo ningún jefe político», sentenció el mandatario.

Tampoco descartó la posibilidad de endurecer las medidas de aislamiento social si aumenta el porcentaje de camas ocupadas en terapia intensiva por la pandemia de coronavirus, y advirtió que no permitirá que el sistema sanitario entre en riesgo de colapso.

Alberto Fernández dijo que se no se puede tirar por la borda el esfuerzo de la sociedad, y del personal sanitario en especial. «Hay cierto relajamiento social que no está midiendo las consecuencias».

Al ser consultado sobre si podía accionar el «botón rojo» para aumentar las restricciones a la circulación y la actividad ante el crecimiento de los casos de contagiados por coronavirus en los últimos días, dejó claro que desde el primer momento su prioridad «es la salud de los argentinos».

Añadió que por ese motivo «puede haber botón rojo», debido a que no va a «dejar que el esfuerzo que hicimos se pierda. Lo dije el primer día: lo más importante es que la gente tenga la posibilidad de ser atendida, y hay muchos lugares donde la utilización de camas de terapia intensiva han crecido y no voy a permitir que lleguen a un punto de colapso», advirtió.

También insistió con que no existe en rigor una «cuarentena», sino que lo que se pide es «un aislamiento sanitario» ante el alto nivel de contagios por coronavirus que atribuyó a la mayor circulación de personas.

«Es falso que haya 160 días de cuarentena. La verdad no hay cuarentena. La cuarentena supone encierro, es quedarse encerrado en su casa y la gente sale, se mueve. Lo que pedimos es aislamiento sanitario de quienes están con mayor vulnerabilidad», dijo el jefe de Estado en diálogo con el programa A dos voces.

En este marco, mencionó los casos de provincias que no tenían casi contagios y hoy tienen creciente número y tienen casi al borde del colpaso el sistema sanitario, como el caso de Jujuy, que «tras cien días sin contagios, hoy no tiene camas de terapia intensiva libres».

Precisó además que «en barrios populares», apenas surgieron los primeros picos, al inicio de la pandemia, se propició «una cuarentena comunitaria», adaptada a la realidad de esos lugares, donde la gente vive en lugares pequeños con familias numerosas y necesita salir.

En cuanto a la carta de los terapistas, a quienes hoy recibió en Olivos, señaló que «fue muy realista» y que para interiorizarse más invitó a la reunión no sólo al presidente de la Sociedad Argentina en Terapia Intensiva, sino también a enfermeras, kinesiólogos y al director del Hospital Posadas.

«Todos tuvieron la misma mirada que el presidente de la Sociedad Argentina en Terapia Intensiva», puntualizó el Presidente, que destacó «la alta exposición» de esos profesionales de la salud «cada día» ante el contexto de pandemia, y lo contrapuso con «el relajamiento social que no mide las consecuencias».

En otro tramo de la entrevista, señaló que «la pandemia se politizó en Argentina», movida por «factores de poder y por la oposición», que «la usaron como mecanismo de ataque al gobierno».

«Inventaron el enamoramiento del Gobierno con la pandemia», dijo y preguntó: «¿Ustedes creen que un presidente es feliz con una cuarentena, ustedes creen que un presidente es feliz con una economía parada?».

Dijo que sigue «día a día» cómo evoluciona la ocupación de camas en el país y adelantó que el lunes va a viajar a Mendoza a ver «cómo» se puede ayudar, en un marco en el que el gobernador «ya tomó medidas más restrictivas» frente al crecimiento de casos.

Agregó que seguirá «hablando con todos los gobernadores», que «hace un mes y medio tenían una perspectiva distinta en su provincia que la que tienen hoy» por la expansión del virus por todo el país, más allá del Área Metropolitana de Buenos Aires.

Finalmente, mencionó que la actividad industrial está «en el mismo nivel que el 19 de marzo» cuando comenzó el aislamiento y que eso está demostrado en que «se consume la misma energía».

Dijo en este sentido que no es lo mismo una industria que un comercio, ya que la primera se maneja con protocolos y empleados y el segundo con gente que entra y sale y son desconocidos.

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