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No politicemos todo

La periodista Julia Mengolini, fundadora de Futurock, realizó un posteo en Facebook acerca de las repercusiones del nuevo tema que Shakira lanzó justo al artista argentino Bizarrap

Por Julia Mengolini

Ayer escuché el tema de Shakira y me dio un poco gracia eso de hiperventilar tanto los dolores y rencores personales con tanto detalle. Pero me pareció realmente de mal gusto -en momentos donde se supone que todos estamos en contra de la desigualdad social (que también impacta en otras crisis como la climática)- la ostentación de “facturar” y alardear con marcas carísimas como grandes metáforas de realización personal. Más viniendo de una artista multimillonaria al borde de un juicio por evasión fiscal en España.

Hasta acá detalles anecdóticos o contradicciones que vemos en miles de artistas que nos encantan. Luego empecé a ver posteos de amigas y colegas a las que quiero de y las que aprendí mucho, proponiendo que la canción de Shakira podía ser pensada como un avance simbólico del feminismo. Por más aprecio que les tengo no estoy de acuerdo porque no cualquier actitud de poder de una mujer es un acto feminista. Para que sea una actitud feminista tiene que necesariamente ser algo que nos empodere a todas.

Me asombré y tuve ganas de plantear mi postura. Hice unos twitts que luego borré en un acto de cobardía pero que acá vuelvo a dejar. Muchas respondieron que era sólo una canción y que no se puede politizar todo. No puedo estar más de acuerdo. Me la paso escuchando y bailando canciones con letras horribles como todos lo hacemos. Mi planteo vino a partir de una politización previa, que ubicó a la canción como lema feminista. En un lugar más liviano, tampoco me parece que escribir sobre el despecho sea un acto emancipatorio. Si cualquier expresión femenina es feminismo, nada (o todo) es feminista. Y nuestro cuchillo se queda sin filo ni fuerza.

Es cierto que lxs artistas hacen canciones con lo que tienen en el corazón y no cuestiono la canción. Pero creo que ni el rencor con un ex (y su actual novia) ni la ostentación pueden ser nuestro empoderamiento. Al feminismo no se lo puede comer el liberalismo e individualismo de estos tiempos.

Bailemos, disfrutemos de la música que nos gusta. No politicemos todo. Lo que también significa no darle entidad política a obras artísticas que no merecen esa etiqueta.


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