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No sólo el odio afecta los monumentos históricos; los negocios, también

El Hogar Escuela Juan Domingo Perón de Granadero Baigorria fue fundado en 1952, y supo albergar a 1.200 niños. Algunos aún recuerdan imágenes pavorosas de quemas de camas, sábanas, frazadas, colchones y vajilla en 1955. Hoy, cuando la pobreza azota a niños, es símbolo y necesidad

Gabriela Venturi, Oscar Genovese y Esteban Guida

Fundación Pueblos del Sur (*) / Especial para El Ciudadano

En las últimas horas de la tarde del 30 de junio pasado se desató un incendio en un sector del Hogar Escuela Coronel Juan Domingo Perón de Granadero Baigorria. Según declaraciones de la directora de la institución, el sitio se usaba como depósito y estaba clausurado, con las aberturas soldadas debido a los recurrentes robos y actos de vandalismo. Los daños de este incendio se suman a los tantos ya sufridos en el Hogar, producto del abandono deliberado que sucesivos gobiernos han hecho de este icónico predio.

El Hogar Escuela Juan Domingo Perón de Granadero Baigorria fue fundado en 1952, y supo albergar a 1.200 niños de nivel inicial, de lunes a viernes, inclusive muchos que no volvían a sus casas también se quedaban los sábados y domingos. Allí los niños pasaban sus días junto a sus amigos, se escolarizaban, estaban contenidos, eran efectivamente valorados y cuidados; realizaban actividades deportivas, recibían educación y aprendían todo tipo de tareas de oficios. El Hogar tenía todo lo necesario para la atención completa de los niños, en un estándar de calidad y servicio inexistente en la Argentina de hoy (en la que el 50% de los niños son pobres y están a la deriva). Tenía su propia peluquería, su propio transporte, su propia enfermería, su propia proveeduría; además de la escuela y miles de metros cuadrados para que los niños puedan jugar y estar en contacto con la naturaleza. El Hogar Escuela es mucho más que un edificio en un predio gigante; es un símbolo vivo de cómo nuestro país supo tratar a los niños, con dignidad y amor.

En 1955, la dictadura de Pedro Aramburu procedió a la intervención, desmantelamiento y expropiación de los bienes de la Fundación Eva Perón. En nuestra ciudad, algunos aún recuerdan imágenes pavorosas de quemas de camas, sábanas, frazadas, colchones y vajilla del Hogar Escuela, hasta el horrendo desalojo de los niños. Aunque durante el tercer gobierno peronista el Hogar volvió a funcionar a pleno, hasta que la dictadura cívico-militar de 1976 cedió el predio completo a la provincia de Santa Fe, abandonando nuevamente la tarea.

En el año 2013, esta apropiación casi deriva en un parcelamiento de 200 lotes para viviendas de un sindicato sobre un sector del predio, lo que habría resultado en el traspaso a manos privadas de parte del legado de la Fundación Eva Perón. Afortunadamente, este proyecto fue detenido por un fallo favorable a un recurso de amparo oportunamente interpuesto por personas que siguen luchando en el silencio en defensa del Hogar. A partir de allí, el intento de los gobiernos provinciales por hacer del predio un emprendimiento inmobiliario de interés privado, nunca cesó su marcha impune…

Por eso es que los ex alumnos pupilos del Hogar Escuela no tardaron en manifestar a través de las redes sociales su conmoción frente a este nuevo siniestro, muchos relatando la experiencia de aquel “segundo hogar” y la educación privilegiada que habían recibido, entre otras emocionadas memorias. También se inundaron las redes con comentarios indignados de numerosos ciudadanos que trazan una correlación entre este episodio y la megaobra actualmente en curso, denominada “Plan de Reordenamiento y Rehabilitación del Complejo Paganini”, diseñada por el Ente de Coordinación Metropolitana Rosario, y aprobada a mediados de 2018 por el Honorable Concejo Municipal de Granadero Baigorria, con las urgencias de rigor para no perder el financiamiento parcial de la obra por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el marco del Programa de Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior (Dami) del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación. Como nos tiene acostumbrados la dirigencia que persigue sus propios intereses, quieren hacer del Hogar Escuela un negocio inmobiliario.

Y no se trata de una cuestión partidaria, porque fueron varios los gobernantes a los que no les interesó volver a hacer del Hogar lo que fue en favor de los niños. Pero la voracidad y el desprecio los ha conducido por el camino de la impunidad, al punto tal de ignorar que mediante decreto N° 2.297/2015 del Poder Ejecutivo Nacional, el Hogar Escuela N° 9020 “Coronel Juan Perón”, fue declarado Monumento Histórico Nacional, junto a otros once Hogares Escuela del país. Esto conduce al primer cuestionamiento en cuanto a la titularidad de las construcciones y los terrenos en los que estas obras se erigen: las tierras (en este caso aproximadamente 60 hectáreas) fueron en su momento adquiridas por la Fundación Eva Perón, con aportes de privados, para que el Estado construyera las instalaciones para un programa reivindicativo de vanguardia para los sectores más desprotegidos del país. Por ende, se trata de un terreno privado perteneciente a la Fundación Eva Perón, ya que fue comprado con los aportes de sus socios.

El mega plan, que hasta se atrevió a borrar el apellido Perón de la designación del predio renombrándolo “Predio Paganini”, tiene también serias debilidades en materia ambiental. Si bien es un proyecto a largo plazo (20 años según los documentos del plan) en esta primera etapa en ejecución comenzada en febrero de 2021 ya se registran de pasivos ambientales de significativo impacto, sea por la apertura de calles, los ruidos molestos, la tala de árboles añejos, la extracción de tierra y el daño sobre la fauna del lugar. Mientras se avanza con el mega proyecto urbanístico, se deja deliberadamente abandonado el lugar, permitiendo que el robo, el saqueo y el vandalismo sirvan como excusa para cambiar el destino de una obra hecha para que los niños reciban amor y aprendan a amar al prójimo y a la Patria.

En un momento en el que la pobreza azota principalmente a los niños, el Hogar Escuela se erige como un símbolo de lo que podemos hacer; un ejemplo del país que podemos volver a ser. En ese lugar se puede volver a dar cobijo a miles de niños, incluso también a sus familias, al mismo tiempo que se les podría dar educación de calidad, formación técnica o de oficios para que puedan desarrollar un trabajo digno. Tan sólo con la voluntad de volver a hacer lo que ya se hizo (o sea, sin necesidad de inventar nada nuevo) se podría dar una respuesta efectiva a los niños que hoy mismo están consumiendo su vida en las adicciones, el abandono, el desamor y la indiferencia social.

La falta de presupuesto no es una excusa válida para justificar el abandono o el cambio de uso secretamente impulsado por algunos vivos, porque el gobierno provincial está exhibiendo actualmente un superávit fiscal suficiente para comenzar a revertir la situación del Hogar Escuela, en dirección al destino que le dio existencia real: los niños de la Patria.

Los argentinos de buena fe queremos abrazar a esos niños y darles una efectiva y concreta muestra de amor: queremos que la dirigencia haga lo que el pueblo quiere, y abandone cualquier proyecto inmobiliario o urbanístico que pretenda cambiar el espíritu de ese lugar que le sigue perteneciendo a la Fundación Eva Perón, para que por lo menos 1.200 niños santafesinos de hoy puedan sentir lo que sintieron aquellos niños argentinos de ayer.

(*) fundacion@pueblosdelsur.org

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