El boxeo profesional es un espectáculo deportivo vinculado al negocio, nadie podría dudar de eso. Pero no siempre fue estrictamente así y en el pasado gozó de una época dorada que brindó algo mucho más profundo: aporte social. Estas acciones ocurrieron bastante seguido a lo largo siglo XX y profundizaron el enlace entre el pueblo y el pugilismo, fortaleciendo así el apego a esta cultura deportiva y sentando precedentes políticos, culturales y deportivos que difícilmente se vuelvan a repetir. Algunos de esos casos fueron llevados adelante por el boxeo rosarino a principios y mediados del siglo 20, que tuvieron como protagonistas al amateur José Delgado, Luis Ángel Firpo, Amelio Piceda y Juan Domingo Perón.
Ayuda al Firpo Boxing Club
El Club Gimnasia y Esgrima de Rosario fue protagonista no solo de la competencia pugilística sino que también apadrinó proyectos, como la conformación del Firpo Boxing Club, que para sostener económicamente su fundación, el 11 de junio de 1922, realizó un festival cuya recaudación fue destinada a esa función.
El evento también fue presidido por el entonces intendente municipal Doctor Emilio Cardarelli y el Raúl Martino, quien asumió la representación de la Federación Argentina de Box. También se sumaron algunas personalidades junto a varias empresas y la orquesta de la policía.
Firpo y la tuberculosis
Nuevamente Gimnasia, muy cercano al boxeo en esos tiempos, llevó adelante el 6 de agosto de 1922 un evento para juntar fondos destinados a la lucha contra la tuberculosis, colaborando con una gran fiesta deportiva en el desaparecido teatro Colón, por ese entonces ubicado en calle Corrientes entre San Lorenzo y Urquiza.
El festival despertó gran interés en la gente y se sumaron muchos boxeadores locales, aunque la figura de más prestigio que asistió y apadrino el evento fue nada más ni nada menos que Luis Ángel Firpo, quien en aquel entonces ostentaba el cinturón sudamericano de los pesos pesados y fue acompañado por dos sparrings llegados de Estados Unidos, con los cuales realizó cuatro rounds de exhibición.
La fama que precedía al campeón fueron motivos suficientes para ser uno de los más grandes éxitos deportivos benéficos de la época. “El Toro Salvaje de las Pampas” llegó a Rosario con un auto que Fiat puso a su disposición y visitó el sanatorio de la institución, cuya generosa iniciativa aportaba a la recaudación de dinero para equipos, medicamentos e inauguración.
José Delgado, un boxeador solidario
Fue un boxeador rosarino fallecido en combate, el primero en poder documentarse y tras este hecho aparecerían los primeros ejemplos de solidaridad en el ambiente pugilístico local. Lo ocurrido se desató tras la guapeza temeraria de Delgado, la que le jugaría una mala pasada en su etapa profesional, ocasionándole la muerte a raíz de una pelea en un ring entrerriano de Paraná, el 30 de diciembre de 1923 ante un tal Boyguro.
Delgado fue un verdadero mártir del boxeo, porque no solo murió en su ley, también fue el primer campeón santafesino amateur medio mediano de la historia y por sobre todo un boxeador solidario que supo subir al ring para causas benéficas, como cuando aportó su calidad de pugilista para la recaudación de dinero en ayuda de la Liga Argentina contra la Tuberculosis.
Ese gesto tuvo una respuesta leal del ambiente pugilístico, ya que sus restos fueron acompañados con honores desde el local Boxing Club de Paraná hasta el puerto por los empleados bancarios. Pero a este trágico suceso había un hecho que llamaba a una inmediata solución y era que la madre de Delgado había quedado desamparada. He aquí la solidaridad por parte de la familia boxística, que no se quedó con los brazos cruzados y organizó dos festivales a beneficio de la madre del boxeador, mientras que Boyguro, su adversario, donó a ese fin toda la bolsa que le correspondía.
Terremoto en San Juan
Este hecho fue el más importante realizado en la historia boxística nacional y fue a consecuencia del sismo que sufrió la ciudad de San Juan la noche del 15 de enero de 1944, considerado el hecho natural más destructivo que se haya registrado en nuestro país, ya que el 80 por ciento de la ciudad quedó bajo los escombros y las víctimas fatales rozaron las nueve mil.
Juan Domingo Perón, que ocupaba el cargo como Secretario de Trabajo y Previsión, hizo una convocatoria para trabajar a beneficio de los damnificados, una de ellas fue el espectáculo de boxeo realizado en el Luna Park, el sábado 22 de enero, donde uno de los boxeadores que participó fue el rosarino Amelio Piceda. En esa velada los púgiles donaron sus bolsas como contribución solidaria y Piceda esa noche empató con Domingo Archino, pero otra historia nacería en el templo del boxeo y es el famoso encuentro entre Eva Duarte y Perón. Años después Evita y el ascendente militar tendrían a su disposición la primera fila del Ring Side para asistir a los combates de boxeo en este estadio.
(*) Especial para El Ciudadano de Ever Palermo, ex boxeador amateur y autor de “Rebeldes de uniforme” y “Puños Rosarinos: tierra de campeones”, libro declarado de interés Municipal y Provincial.