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“No son policías, son corruptos, están en connivencia con los narcos», dijo el fiscal Carbone sobre los tres imputados

Tres efectivos -uno trabajaba en el Centro de Justicia Penal- fueron acusados de encubrir seis balaceras donde dejaban notas amenazantes, algunas dirigidas al gobernador, lo que puso el foco en la protección oficial del narcomenudeo en Parque Oeste y sobre quién está detrás de las intimidaciones

Tres policías fueron imputados por regentear las armas que fueron utilizadas en seis balaceras que tuvieron fuerte impacto social, ya que en algunas se dejaron notas dirigidas, entre otros, al gobernador Maximiliano Pullaro. Según la pesquisa, uno de ellos prestaba servicios en el Centro de Justicia Penal y fue quien hizo de nexo para entregar las armas a un grupo delictivo que cometió los hechos. Tras devolvérselas, junto con otros dos uniformados del Comando Radioeléctrico plantaron las armas a un hombre, primo de Claudio «Morocho» Mansilla y chofer de un tal Leo Tripi, sindicado capo de una banda que operaba en zona oeste, asesinado en forma llamativa en las últimas horas, lo que abre interrogantes sobre quién ordenó su ejecución. Los tres sospechosos quedaron tras las rejas por orden del juez actuante y el caso siembra dudas no sólo sobre el accionar policial en la zona de Parque Oeste, un populoso Fonavi ubicado a pocos metros de la sede de la Tropa de Operaciones Especiales, el cuerpo de elite de la Policía santafesina, sino sobre quién puede estar detrás de la conmoción política y social que generaron los ataques a la máxima figura democrática de la provincia.

El fiscal Franco Carbone contó que desde el 10 de diciembre pasado, tras la asunción del gobernador Maximiliano Pullaro, hubo una seguidilla de seis balaceras que eran acompañadas por notas intimidatorias. Se trata de los ataques armados al banco Macro, ubicado en Saavedra y Ovidio Lagos y al Heca el 12 y 13 de diciembre, donde dejaron notas intimidatorias dirigidas al gobernador. El 27 de diciembre la balacera llegó a la comisaría 19a, donde se dejó una nota en alusión a un miembro de una banda rival: o sea un ataque de falsa bandera, usual entre las organizaciones delictivas en el último lustro, al parecer concretada por el grupo del prófugo Mauricio Ayala con el clan Tripi como pato de la boda.

También hubo ataque a la sede de la TOE, ubicada en Rouillón al 1900, el 20 de enero, donde dejaron una nota con la firma Los Tripi y la balacera a un domicilio ubicado en Cerrito y Pedro Lino Funes, a pocos metros, en el Fonavi de Parque Oeste. El 22 de enero una moto con dos ocupantes llegó hasta la propiedad, que según refirió el fiscal en la conferencia está vinculado a un puesto de venta de drogas de una de las facciones vinculada al clan Tripi, efectuó una decena de disparos contra el frente y dos de ellos impactaron en Cristian Gustavo R. que se encontraba sentado en cercanías del lugar.

La última balacera imputada ocurrió el 23 de diciembre en la GNC ubicada en 27 de Febrero y Avellaneda, donde también dejaron una nota.

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La operatoria de la banda

Carbone explicó que los policías Marcos Martín Molina, Damián Gerardo Ruíz y Lisandro Emanuel Vera ayudaron a los autores de los ataques armados a eludir las investigaciones, además de ocultar las armas utilizadas para cometerlos y no denunciar los hechos a pesar de estar obligados por su función policial.

Respecto de Molina, que trabajaba en la Dirección General de Coordinación con las oficinas de Gestión Judicial, dijo que fue quien recibió las armas de los atacantes: una pistola semiautomática 40 que se usó para atacar el banco Macro y el Heca, una pistola semiautomática .380 que se usó en la balacera a la comisaría 19a y otra calibre 9 milímetros con la que se atacó la sede de la TOE, la estación de GNC y el domicilio de Parque Oeste. Luego, dijo Carbone, se las entregó a Ruiz y Vera, quienes el 31 de enero las “plantaron” a un hombre vinculado a Leo Tripi asesinado en la noche del martes.

Según el fiscal, los empleados policiales Ruiz y  Vera iban en un móvil policial perteneciente al Comando Radioeléctrico por la zona de Rouillón y pasaje Acuña. De acuerdo con esta versión, fueron en busca de Alexis C. M., quien estaba con otras personas al costado de una camioneta Toyota Hilux. Este joven era chofer de Leo Tripi, sindicado cabecilla de una banda criminal de Parque Oeste que fue asesinado este martes y primo de Claudio Javier «Morocho» Mansilla, cuyo nombre se vinculó a Esteban Alvarado. El hermano de Leo, Iván Tripi, cumple una condena a siete años de cárcel por narcotráfico.

Sin motivo alguno, sigue la acusación, los uniformados identificaron a Alexis C. M. , revisaron la chata y simularon el secuestro de una bandolera con tres armas, que fueron utilizadas en la media decena de balaceras imputadas, y una nota dirigida a la TOE con mención al gobernador Maximiliano Pullaro y lo detuvieron. Según la imputación, estos dos uniformados insertaron declaraciones falsas a los fines de borrar los rastros de delitos precedentes y consintieron esa información. Además declararon en contra de Alexis C. M. ante el MPA.

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A raíz de ello, acusa Carbone, estos policías hicieron incurrir en error a diversos funcionarios judiciales produciendo que la fiscal Karina Bartocci ordenara la detención de Alexis C. M., a quien el propio Carbone y su par Federico Rébola imputaron el 7 de febrero pasado, circunstancia en la que la jueza María Melania Carrara formalizó la imputación y dictó la libertad con una serie de restricciones.

Tras la imputación a estos tres policías de seis hechos de encubrimiento doblemente agravado en función de la pena del delito precedente, y por haber sido cometido por un funcionario público, privación ilegítima de la libertad por abuso funcional, tenencia ilegal de arma de fuego de guerra e intimidación pública, la jueza María Melania Carrara tuvo por formalizada la audiencia y dispuso un cuarto intermedio tras lo cual se va a discutir la prisión preventiva.

El fiscal dijo tras la audiencia que pedirán el encierro provisorio de los tres policías. “La gravedad institucional es inusitada porque están encubriendo seis hechos de balaceras que tienen mensajes amenazantes contra el gobernador y la TOE”, dijo.

En cuanto a Molina dijo que trabajó durante mucho tiempo en el Comando Radioeléctrico, “es el que hace el nexo con la banda rival” y agregó que en la mañana de este miércoles allanaron una docena de domicilios vinculados con esta persona.

“Conocen a los autores, reciben las armas, encubren a esos autores y quieren inculpar falazmente a la fracción rival (de quienes cometieron en forma material los ataques). Lo terrible es que una persona estuvo ilegítimamente presa. Hicieron incurrir en error a distintos funcionarios judiciales que hemos dispuesto tal consecuencia”, dijo Carbone.

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“Había una promesa remuneratoria, se habla de 5 millones de pesos, otros de 3 millones. Esto lo pudimos resolver gracias al trabajo de Asuntos Internos (la Secretaría de Control). Coordinadamente hemos trabajado con el Ministerio de Seguridad para poder decir al día de hoy que estos policías no son policías, son corruptos y están en connivencia con los narcos y están trabajando para ellos, no tenemos dudas”, aseguró.

«Tuvimos análisis de cámaras GPS, handies, comunicaciones radiales, análisis de teléfonos celulares, testimonios vinculados al aprehendido, otros que no tenían que ver con él y de policías», describió el fiscal.

El crimen de Tripi

En cuanto al homicidio de Tripi, dijo que no puede determinar que esté vinculado. “Será una hipótesis que tenga la fiscal (que investiga el crimen) pero sí puedo decir que la persona fallecida está en este procedimiento de entrada, porque está incluso en el momento de la aprehensión de Alexis C. M.”.

El crimen de Leonel Ariel Tripi se registró este martes, alrededor de las 16, cuando ingresó herido al Heca. Fue llevado en un auto particular custodiado por la policía y los médicos establecieron que presentaba tres heridas de arma de fuego, dos en el abdomen y la tercera en la pierna izquierda, por lo que fue ingresado de urgencia al quirófano, aunque murió en los primeros minutos de este miércoles.

Según las primeras averiguaciones, la víctima había sido atacada cuando se encontraba en la esquina de Cerrito al 5500 del Fonavi de Parque Oeste por hombres a bordo de motos que pasaron y abrieron fuego en su contra, tras lo cual escaparon a alta velocidad.

Con los datos proporcionados por los vecinos, la Policía montó un operativo en el que secuestró dos pistolas calibres 9 y 40 milímetros que estaban escondidas en un nicho de una bomba de agua, detallaron los informantes.

Asimismo, cuatro personas, una mujer de 43 años, un joven de 26 y dos menores de edad de 14 y 17, fueron detenidas y quedaron a disposición de la fiscal de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli, quien decidirá la situación procesal de los adultos en el marco de la investigación en curso, mientras que los adolescentes fueron remitidos al Juzgado del Menor y Familia de turno en Rosario.

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