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“No soportan la presión de la industria del alcohol”

Mónica Gangemi, de la ONG Compromiso Vial, explicó por qué el Congreso no aprueba “Alcohol Cero”.

A mitad de noviembre del año pasado los titulares periodísticos nacionales anunciaban el proyecto Alcohol Cero, impulsado por el gobierno nacional y presentado por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, en el Senado. Encarado para proteger a los más jóvenes, se trataba de extender la prohibición de consumo de alcohol a conductores particulares. Hasta el momento rige sólo para choferes de transporte público. Para automovilistas el límite es 0,5 gramos de alcohol en sangre y 0,2 para motociclistas. Con la necesidad de “hacer un cambio cultural”, como declaró Randazzo, la disposición conocida como “Tolerancia cero” fue pensada para las rutas nacionales.

Luego puede ser adoptada por las provincias y municipios. Pasó medio año y la iniciativa sigue en comisión. En el medio, la provincia de Córdoba y la ciudad de Salta ya implementaron, a través de leyes y ordenanzas, la prohibición. Las multas trepan a más de 20 mil pesos más retención del carné e inhabilitación para conducir.

Mónica Gangemi, titular de la Asociación Civil Compromiso Vial, viene participando en el Congreso de su debate. “Todos los legisladores, sin importar su partido, se mancan con la alcoholemia. No soportan la presión del lobby de la industria del alcohol. Se retrasa el proyecto nacional y mientras tanto Santa Fe tampoco avanza como lo hizo Córdoba, que no esperó la normativa nacional”, disparó la madre de Úrsula Notz, que murió en un siniestro vial.

En Santa Fe existe un proyecto de ley de Tolerancia Cero desde el año pasado. A pesar de haber tenido dictamen favorable en la comisión de Transporte está frenada en la de Asuntos Constitucionales y Legislación General. Las impulsoras, Aliza Damiani y Érika Gonnet, señalan que a pesar de tener el apoyo de intendentes y presidentes comunales no hay voluntad política en el oficialismo.

Panorama

Desde 2008 Argentina mantiene políticas viales dispuestas por la ley 26363. Allí se establece un límite de 0,5 gramo de alcohol en sangre para conductores de autos particulares y 0,2 para motociclistas. Los choferes de servicios no pueden tomar y manejar. Estos son los parámetros que toman las agencias de vialidad provinciales, incluida la santafesina. Desde 2010 existen varios proyectos tendientes a desterrar este nivel máximo permitido, siempre a nivel nacional. En noviembre del año pasado fue Randazzo quien presentó con el apoyo de la presidenta el proyecto Alcohol Cero en el Senado. “No quiero hacer distinción política. Todo el arco de legisladores se mancó con el proyecto por la presión de los lobistas del alcohol. En las comisiones estuvieron los representantes de las cámaras de cervecería, vino y licor”, añadió Gangemi.

“Ellos argumentaron en contra de poner el cero como límite. Dijeron que si aprobaban la Tolerancia Cero se reduciría un 10 por ciento las ventas de las Pymes (supermercados, almacenes, etcétera) a las que proveen. También trajeron un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que «avala» el 0,5 de alcohol en sangre para conductores. Este estudio en realidad refiere a países centrales que nada tiene que ver con los problemas que tenemos acá. Por más que las cervecerías impulsen el programa de conductor designado la gente se sigue muriendo en la calle”, añadió.

En el medio

A la espera del proyecto nacional, es posible, según reconoció Gangemi, instaurar la Tolerancia Cero en Santa Fe. A principio del año pasado las diputadas peronistas Aliza Damiani y Érika Gonnet presentaron un proyecto llamado “Ley de Alcoholemia Cero” en la Legislatura provincial. Logró dictamen positivo de la comisión de Transporte y está en la de Asuntos Constitucionales. “No ha habido voluntad política de que el proyecto llegue a votación en recinto. Insistimos en la comisión pero siempre nos dicen que hay otros temas prioritarios. Creemos que tenemos el apoyo de todos los santafesinos para que salga la ley”, dijo a este medio Damiani, quien también integra el Consejo de Seguridad Vial.

En reuniones de ese órgano, según agregó la legisladora, intendentes, jueces de paz y ONG de familiares de víctimas coincidieron con la necesidad de aplicar el cero de alcohol en todos los conductores. El proyecto santafesino espera el análisis de la comisión que preside Leandro Busatto y secunda Santiago Mascheroni.

Federal

La primera provincia en no esperar al Congreso Nacional fue Córdoba. En diciembre de 2013 se aprobó y a mitad del año pasado comenzó a regir el programa llamado “Alcoholemia Cero”. En la actualidad, todos los conductores en la provincia mediterránea están sometidos a la reglamentación. Las multas económicas llegan hasta más de 20 mil pesos, retención del vehículo y/o inhabilitación temporaria que varía según la cantidad de alcohol en sangre al momento del control.

También a mitad de año en la ciudad de Salta los concejales aprobaron y se puso en vigencia una normativa similar: cero alcohol en conductores. El incumplimiento lleva a sanciones punitivas, educativas y trabajo solidario. Además de Santa Fe, en Mendoza y Neuquén se estudia crear normativas similares.

Juicio por Emi y Facu: la defensa buscó sacar el alcohol del medio

En el juicio que se le sigue a Federico Gómez por la muerte de dos de sus amigos durante un choque en febrero del año pasado, ayer fue el turno de los testigos pedidos por la defensa.

Un amigo del imputado, que participó de una fiesta previa al choque fatal en el que murieron Emiliano Cáceres Ferreyra y Facundo Aguirre, declaró que el conductor estuvo trabajando en la organización durante la noche. También refirió que si bien vio a Gómez algunas veces en esa ocasión no advirtió comportamientos extraños.

Esta declaración es de importancia para Gómez, ya que tanto la Fiscalía como la querella sostienen que el joven automovilista estaba alcoholizado al momento del siniestro y por eso le valdría una pena de prisión efectiva de cuatro años.

Por otro lado, declaró el padre de uno de los sobrevivientes que viajaba en el Fiat Uno siniestrado. El hombre participó de la organización de la fiesta y declaró haber supervisado el trabajo del personal de seguridad. Fue uno de los últimos en ver a los jóvenes que se subieron al auto que momentos más tarde chocó contra un camión estacionado en Provincias Unidas y Pellegrini.

El hombre dijo haberle asignado a Gómez la tarea de cobrar entrada en la puerta del salón de fiestas, tal como alegó la defensa. Sin embargo, fue notorio cuando el testigo tartamudeó al decir: “Lo vi normal (por el imputado). No lo vi titubear”. Según su relato, estuvo a un metro de distancia del joven y no percibió en él signos de ebriedad.

Tampoco validó a los testigos que dijeron haber visto a Gómez borracho antes de manejar.

La defensa también llamó a dos empleados de la estación de servicio YPF ubicada a metros del lugar del choque, aunque no aportaron datos novedosos en la causa.

Hoy por la tarde las partes, incluido un testigo –acompañante del conductor imputado al momento del siniestro–, participarán de una inspección ocular como final de esta etapa del juicio. Irán al salón de fiesta ubicado en cercanías al Liceo Aeronáutico, en Funes, y reconstruirán el viaje hecho por los jóvenes hasta la intersección de avenida Pellegrini y Provincias Unidas, donde fallecieron Emiliano y Facundo.

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