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No todo es “libertad de expresión”

Una vez más, el papa Francisco rompió la corrección política y lanzó una cruda reflexión en medio del horror aún fresco del atentado a la revista parisina Charlie Hebdo, al valorar la libertad de expresión pero dentro de algunos límites.

Una vez más, el papa Francisco rompió la corrección política y lanzó una cruda reflexión en medio del horror aún fresco del atentado a la revista parisina Charlie Hebdo, al valorar la libertad de expresión pero dentro de algunos límites. “No se puede provocar, no se puede insultar la fe de la gente”, sostuvo durante una rueda de prensa a bordo del avión en el que viajaba desde Sri Lanka hacia Filipinas, y en donde, a la vez, afirmó que “matar en nombre de Dios es una aberración”.

“La libertad de expresión es un derecho y una obligación que debe utilizarse sin ofender”, destacó el Papa. El pontífice se refirió así al ataque de la semana pasada contra el semanario satírico, en el que murieron 12 personas, a manos de yihadistas que reprochaban a la revista mofarse del Islam.

El pontífice consideró que “todas las religiones tienen su dignidad” y “hay límites”.

“No se puede provocar, no se puede insultar la fe de la gente, reírse de ella”, insistió y aseguró que “la libertad de expresión es un derecho y una obligación que debe utilizarse sin ofender”.

“Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá ¡puede esperarse un puñetazo! ¡Es normal!”, graficó Bergoglio.

Como suele ser habitual en sus viajes fuera de Italia, Jorge Mario Bergoglio se sometió sin filtros previos ni casi límite de tiempo a las preguntas de la prensa internacional que lo acompañaba en el vuelo.

Un periodista francés le preguntó: “Usted habló durante la misa de la libertad religiosa como derecho humano fundamental. Pero en el respeto de las diversas religiones, ¿hasta qué punto se puede llegar en la libertad de expresión, que es también un derecho humano fundamental?”. La cuestión se refería claramente a los atentados sucedidos en Francia, y el Papa así lo entendió: “Creo que los dos son derechos humanos fundamentales, tanto la libertad religiosa como la libertad de expresión… Usted es francés, vayamos a [lo de] París, ¡hablemos claro!”.

Y, después de repetir que “cada uno tiene el derecho de practicar la propia religión” y que “matar en nombre de Dios es una aberración”, subrayó: “En cuanto a la libertad de expresión: cada persona no solo tiene la libertad, sino la obligación de decir lo que piensa para apoyar el bien común (…) Pero sin ofender (…)”.

“No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás (…) Hay mucha gente que habla mal, que se burla de la religión de los demás. Estas personas provocan y puede suceder lo que le sucedería al doctor Gasbarri si dijera algo contra mi mamá. Hay un límite, cada religión tiene dignidad, cada religión que respete la vida humana, la persona humana… Yo no puedo burlarme de ella. Y este es el límite. Puse este ejemplo del límite para decir que en la libertad de expresión hay límites como en el ejemplo de mi mamá”, dijo el jefe eclesial.

“No se puede ofender, hacer la guerra o asesinar en nombre de la propia religión o en nombre de Dios”, definió.

Además, recordó que aunque ahora resulte sorprendente la violencia despertada en nombre de los credos, en el pasado hubo guerras en las que la religión desempeñó un papel determinante. “También nosotros hemos sido pecadores, pero no se puede asesinar en nombre de Dios”, insistió.

Por otro lado, consideró que “hay un desequilibrio humano” detrás de todo atentado suicida y que quienes los cometen carecen de “un verdadero equilibrio sobre el sentido de su vida y la de los demás”.

“Ofrecen su vida, pero no por el bien”, aclaró el Sumo Pontífice para marcar la diferencia con los misioneros, que “dan la vida, pero para construir”, mientras que quien se inmola “da la vida, para destruir”.

Sobre el uso de niños en estas acciones, como ha pasado recientemente en Nigeria, Francisco lamentó que se los use para todo tipo de acciones “de todas las maneras, en todos los lugares, explotados como esclavos, sexualmente”.

En su contacto con la prensa en el avión, donde respondió ocho preguntas, Francisco también se refirió a su propia seguridad ante las amenazas que recibió la Santa Sede.

“Yo digo siempre que tengo un defecto, que tengo una buena dosis de inconsciencia”, bromeó, aunque señaló que sí le preocupan “los fieles” y por ello le ha encargado al jefe de los servicios de seguridad vaticanos que esté “muy atento”.

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