El ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, Jorge Lagna, renunció en la noche de este martes a su cargo, dijeron voceros oficiales. El ahora ex titular de la cartera se desvincula en medio de la ola de inseguridad y homicidios que azota a Rosario y la región.
El hecho también se da luego de las pintadas, entre ellas en Gobernación, que en las últimas horas se vislumbraron en la ciudad de Rosario. Fue algo así como la gota que rebalsó el vaso.
De hecho, es por esto que el propio gobernador Omar Perotti citó al caer la tarde de este martes en su despacho de Rosario a Lagna. La reunión, en la que también participó el ministro de Gestión Marcos Corach, no estaba prevista. Se desencadenó mientras el ministro de Seguridad preparaba su presentación de mañana en la Legislatura.
Tras el encuentro, en forma oficial se informó la renuncia de Lagna y de la jefa de Policía Emilce Chimenti. Será reemplazado Lagna por un comisario general retirado, Rubén Rimoldi, ex jefe de la regional con asiento en Casilda allá por 2008, mientras que al frente de la fuerza quedará su par Miguel Ángel Oliva, ex titular de la UR II de Rosario siete años atrás.
El contexto
El desplazamiento del Lagna se da luego de que la cifra de homicidios escalara en el departamento Rosario a niveles inéditos, incluso por encima de la cifra negra de 2013, el año en que estaba sentado en el mismo sillón el ministro Raúl Lamberto, como Lagna un político de carrera sin conocimiento profundo de lo que sucede tanto en las fuerzas de seguridad como en el territorio. Como Lamberto, un militante político de larga trayectoria, Lagna soportó estoico que la principal ciudad de la provincia quedara envuelta en llamas, sin atinar a enderezar el barco.
Lagna asumió en marzo del año pasado nada menos que en reemplazo de Marcelo Sain, el verborrágico criminólogo que pretendió cambiar todo, sin suerte, y se tuvo que ir de la provincia sin poder cambiar nada. La salida del fundador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria dejó un campo minado, por las internas al interior del partido gobernante, y por los virulentos choques con la oposición, incluido el antecesor de ambos en el cargo, el radical Maximiliano Pullaro, quien en los últimos tiempos se cobró con creces los mandobles que le dirigió el oficialismo, ya en carrera al sillón de la Casa Gris.
Lagna debía presentarse en las próximas ante la Legislatura para dar explicaciones sobre su accionar al mando del Ministerio, lo que ahora quedará en suspenso. Le tocará a su sucesor o sucesora enfrentar a diputados, donde la oposición tiene mayoría, y senadores. Cargando encima no sólo las fallidas gestiones de Sain y Lagna, sino también el famoso eslogan “la paz y el orden” que llevó a Omar Perotti a la gobernación.