El secretario de Transporte, Diego Giuliano, sostuvo que la administración de la Hidrovía es un proceso que no puede pensarse sin controles del Estado, porque remarcó que no es posible que este tipo de concesiones se autorregule “en ningún lugar del mundo”.
“Hay algunos sectores, que representan a la parte más oscura de la Hidrovía, que lo que no quieren es ningún control, ni de Afip, ni de Migraciones, ni de Aduanas, ni controles provinciales, o ambientales”, señaló Giuliano a Radio 990.
En ese sentido, destacó que “hay un debate de buena fe, que lo damos permanentemente, lo que no podemos aceptar es que la parte más oscura de la Hidrovía se haga cargo de ella”.
“Necesitamos ser muy claros y saber que tenemos que tender hacia un proceso moderno, más competitivo y con más tecnología y control”, afirmó el funcionario.
Sostuvo que «hoy no puede pensarse un proceso de la magnitud del de la Hidrovía sin controles ambientales, sin aplicarse legislación ambiental, que no sea moderno, con tecnología, y principalmente, con controles”.
En este sentido, subrayó que “una Hidrovía que se autocontrola no es el modelo en ningún lugar del mundo”, y reforzó entonces la idea de que “el modelo que existía de concesión de la vía troncal Paraguay-Paraná, se diseñó en la década de los ´90, en otro contexto, y con otra configuración de la Hidrovía y del mundo”.
“Esto ya se ha prorrogado en distintas oportunidades, y hoy necesitamos generar un sistema distinto, del siglo XXI y con una vía troncal navegable que se desarrolle plenamente, que tenga control del Estado, que tenga participación de las provincias, intervención de las universidades, y de la sociedad en general”, puntualizó el secretario.
El gobierno estableció mediante el decreto 427/2021 la decisión de dejar a la Hidrovía por los próximos 12 meses bajo control estatal, y otorgó a la Administración General de Puertos (AGP) la concesión de la operación para el mantenimiento del sistema de señalización y tareas de dragado y redragado, además del control hidrológico de la Vía Navegable Troncal comprendida entre el kilómetro 1.238 del Río Paraná, punto denominado Confluencia, hasta la Zona de Aguas Profundas Naturales en el Río de la Plata exterior.
En esa línea, Giuliano explicó que “el presidente Alberto Fernández estipuló una etapa intermedia, una licitación que algunos le llaman corta, pero que en realidad se trata de una concesión que se otorga a AGP para justamente administrar la Hidrovía hacia la preparación de la licitación nacional e internacional”.
“La AGP es una Sociedad del Estado, la cual se hará cargo durante este trayecto de mantener la Hidrovía con el valor fundamental de integración que tiene, y con un sentido productivo fuerte, dado que el 80% de todas las exportaciones nacionales transita por esa vía fluvial”, precisó el secretario.
Y añadió que la AGP a través de esta definición “comienza a cobrar el peaje para controlar, para establecer un componente redistributivo en la medida de lo posible con el fin de ir fomentando las zonas que tienen un menor desarrollo en materia de competitividad”.
Giuliano también destacó que la licitación prevé un sistema «de participación pública en coordinación con lo privado», y sostuvo que “la Argentina no está en condiciones hoy de asumir la totalidad del mantenimiento y balizamiento, entonces se hace este esquema intermedio de contratación de servicios y se va preparando para poder gestionar cada vez con mayor eficacia la Hidrovía, que es parte de nuestro país, pero que además nos conecta con los países limítrofes”.
También señaló que “la conexión con el Canal Magdalena, la hace una de las grandes Hidrovías del mundo”.
“Estos modelos mixtos son importantes, implican la posibilidad de ir fortaleciendo lo público e ir generando los recursos humanos necesarios, e incluso ir trabajando para que una marina mercante se desarrolle”, refirió Giuliano.
Sostuvo que “el plan tiene que ser integral, planteando el mejoramiento del tramo oceánico de la Hidrovía, pero también con el desarrollo del acceso a los puertos públicos”, y concluyó que el canal de navegación “es como la Avenida 9 de julio, pero también es necesario que tengamos calles laterales para que el flujo sea mayor, para que las economías regionales se desarrollen fuertes, y para que el productor sienta que tiene cerca al puerto”.