“Esta es una oportunidad histórica que tiene la Justicia provincial para esclarecer un caso emblemático. Pero, lamentablemente, un proceso judicial impecable no es acompañado por garantías para los familiares de las víctimas”, indicó Pedro Salinas, vocero de la agrupación en la que militaban Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez asesinados en la madrugada del 1º de enero pasado en una canchita de fútbol de la Agrupación Infantil Oroño.
Luego de una nueva agresión a familiares de los jóvenes asesinados en la masacre de Villa Moreno, miembros del Movimiento 26 de Junio contaron a El Ciudadano cuál es la situación que se vive en el barrio. ¿Como se manejan los custodios designados por la justicia para preservar la integridad de los implicados en la causa? ¿Cuál es la postura del movimiento y los vecinos ante otro impune ataque? El poder político provincial ,¿otorga garantías a quienes exigen justicia por Mono, Jere y Patom?, fueron algunas de las preguntas formuladas en la sede de Dorrego y Presidente Quintana.
Anteayer Keko, hermano de Claudio “Mono” Suárez, salvó su vida de milagro, luego que dos motoqueros dispararan sobre su integridad física, cuando estaba en la puerta de su vivienda, ubicada a pocos metros de donde ocurrió el triple crimen. Causalidad o no, al momento del hecho, los custodios del Comando Radioeléctrico que suelen estar asentados en el lugar de la balacera no se encontraban en su puesto.
“Cada vez que se genera un quilombo en el barrio, sea una pelea, un robo o una emergencia médica, los policías que cuidan a los familiares nos dicen que no pueden intervenir por orden judicial; pero ayer, cuando eran verdaderamente necesarios, no estaban en su puesto”, señaló uno de los militantes al ser entrevistado.
Pero también hay otras historias que involucran a los uniformados, que deben custodiar 24 horas el lugar. “En la canchita donde estacionan los patrulleros se toman sus buenos porrones, también hacen competencias con los móviles, aprovechando el barro que se hizo por las lluvias de los últimos días para tirar el freno de mano y hacer colear los coches”, señaló un habitante de la zona.
Pero más allá de la cuestión anecdótica, los voceros del Movimiento 26 de Junio resaltan lo grave de los hechos. “La violencia que se vive en los barrios pobres no es la misma del resto de la ciudad. El villero no cuenta con las mismas garantías. Acá los tipos que nos amenazan viven en la casa de al lado y las fuerzas policiales no nos respaldan”, señalaron.
“Como movimiento nos cuesta mucho contener a la gente para que no tome justicia por mano propia, para que crea en el proceso judicial. Si nadie los defiende, se tienen que defender ellos”, agregaron.
En este contexto es que exigen mayor intervención política. “Si el poder provincial no puede darnos garantías mínimas, la problemática debe nacionalizarse. Nosotros entendemos el trasfondo político, pero no vamos a poder contener a la gente mucho tiempo más, y es muy fácil horrorizarse después que pasan las cosas. Lo que vivimos es un claro autogobierno de la Policía. Creemos que no hay relación entre lo que manda el poder político y lo que se lleva a cabo”, terminaron diciendo.