El embajador argentino en El Vaticano, Eduardo Valdés, afirmó que no ve al papa Francisco «queriendo meterse» en la discusión sobre la sucesión presidencial, aunque señaló que «es cierto que hay candidatos con los que tiene mayor relación».
«Yo, particularmente, no lo veo a Francisco incidiendo o queriendo meterse en la sucesión. Sí es cierto que hay candidatos con los cuales él tiene mejor relación y otros con los que no. Esto es lo que yo leo. Pero cuando él habla conmigo no me habla de estas cosas», dijo el diplomático, en una entrevista que le concedió a la radio Nacional Rock.
Valdés, a quien esta semana el Papa le concedió el plácet de estilo para ser embajador en Roma y cuyo pliego aún debe ser aprobado por el Senado, dijo que «nunca hubo una relación entre el Estado argentino y el Vaticano de nivel que hay en este momento».
«Imaginemos que Cristina Fernández de Kirchner fue invitada por el Papa en tres oportunidades. Una duró dos horas; la otra, dos horas treinta, y la otra tres horas diez; más otra vez que se vieron en Brasil, donde fue la cumbre de los jóvenes, en la cual el Papa le regaló a la Presidenta los escarpines para su nieto», aseveró.
«La otra gran entrevista de tiempo del Papa -continuó- fue de cincuenta y ocho minutos con Barack Obama y había traductor mediante. También, otra de treinta minutos con François Hollande y otra de catorce minutos con la reina de Inglaterra. Frente a las ocho o diez horas con la Presidenta, ¿qué puedo decir?».
Sostuvo que «va a ser difícil igualar esa marca», insistió en que «es una extraordinaria relación, muy presente, de mucha visión conjunta sobre el mundo internacional» y afirmó que va a intentar «mantenerla y profundizarla».
En relación con la polémica por la carta manuscrita que el Papa le envió a la Presidente invitándola a Roma -había sido desmentida por el jefe de protocolo del Vaticano, Guillermo Karchner, y luego fue confirmada por el pontífice- Valdés dijo que esto fue «simplemente un error y eso mismo se resolvió al día siguiente, en veinticuatro horas».
«Esa carta debería quedar en el Archivo General de la Nación como muestra de la confianza que el Papa le dispensaba a la Presidenta de ese entonces, cuando dentro de cincuenta o cien años hagan la historia. Debe ser la primera vez que un Papa manda una carta personal para invitar a un jefe de Estado al Vaticano», planteó el embajador, que reemplazó en el cargo a Juan Pablo Cafiero.
«El Papa aparece en los teléfonos de uno en el momento menos pensado. Aparecen cartas del Papa manuscritas. Por ejemplo, a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, cuando apareció su nieto. Uno se cae desmayado cuando aparece un llamado del Papa en el teléfono», aseveró.
En este sentido, señaló que el pontífice «no usa» Whatsapp y qué para llamar «pide un celular prestado», como hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires.
«Nadie tiene el celular del Papa», ironizó.
El embajador también se refirió al sínodo de obispos realizado la semana pasada, durante el cual se analizaron asuntos como la no admisión de la iglesia a los homosexuales y el divorcio y señaló que, aunque las divisiones entre conservadores y aperturistas sobre estos temas impidieron un pronunciamiento, la actividad «fue un gran avance».
«Los documentos reflejan temas que nunca antes habían sido tratados por la iglesia», planteó y agregó: «Se ha hablado del tema de los homosexuales, del tema de los divorciados. Ya los documentos son irreversibles, por lo tanto creo que ha sido un gran sínodo, un gran avance».
En este sentido, dijo que «la lectura tiene que ser muy positiva, puesto que se animaron a discutir temas que eran imposibles de discutir», que «nadie podría pensar en unanimidad» en la votación que hay que analizar «de dónde venimos y adónde vamos».
«Hace dos años eran impensable que estas cosas se podrían conversar en un sínodo de obispos», analizó.
Valdés también señaló que el Papa le cuenta «la angustia que tiene debido a las once guerras» que hay actualmente en el mundo «que para él son una derrota de toda su predica, aunque no se da por derrotado».
