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Noche imperdible de rancheras y cumbias, con Lila Downs y La Delio Valdez, en el Humberto de Nito

Este sábado, desde las 21,  en el marco del  habitual ciclo de verano del Anfiteatro, la destacada cantante mexicana de trascendencia internacional se presenta junto con la popular orquesta argentina para compartir un viaje musical por ritmos de Latinoamérica


Un gran acontecimiento musical se vivirá este sábado por la noche en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito, en el corazón del Parque Urquiza que, en el marco de su ciclo de verano, contará en su grilla de propuestas con el regreso a Rosario de la popular banda de cumbia La Delio Valdez, pero esta vez junto a la destacada cantante mexicana Lila Downs.

El esperado concierto, que al mismo tiempo ofrecerá un cruce de géneros musicales de Latinoamérica, se concretará desde las 21 y las entradas aún disponibles  se venden a través del sistema Ticketek (https://www.ticketek.com.ar/lila-downs-la-delio-valdez/anfiteatro-municipal.

Ganadora del Grammy y de seis Latin Grammy, Lila Downs es una de las voces más referenciales, poderosas y singulares del presente. Su simbólica presencia en un escenario contando conmovedoras historias, ha trascendido todas las barreras del lenguaje.

Nacida y criada tanto en Oaxaca (México) como en Minnesota (Estados Unidos), Lila, hija de una mujer indígena Mixteca y de un padre angloamericano, ha escrito narrativas de resistencia indígena protegiendo la visión originaria de las plantas y comidas sagradas de su cultura oaxaqueña, guardando y difundiendo esas tradiciones.

La artista suma influencias que van desde la música folclórica y la ranchera de México hasta la música del sur de Estados Unidos, cruzando barreras y generando sonidos que van parten desde el folk, jazz, blues, folclórica, indígena y la tradicional ranchera, hasta el hip hop.

Las letras de Lila Downs a menudo marcan relatos enfocados desde la injusticia social, hasta las historias suprimidas de Latinoamérica de mujeres de orígenes indígenas y trabajadoras.

“Aquí estoy, sobreviviendo a esta nueva vida después de haber perdido a mi pareja y coautor de todos mis cantos, es una nueva vida y hay que ponerle todo; afortunadamente la música nos acompaña y nos ayuda porque nos permite expresar nuestro sentir y creo, de hecho, que para nosotros músicos se trata de momentos únicos en los que nos desenvolvemos sobre el escenario de una manera más profunda cuando estamos atravesando un sufrimiento tan grande”, relató Lila en charla telefónica con la agencia de noticias Télam desde su casa en las colinas de Oaxaca donde vive junto a su hijo de 12 años.

La gira Dos Corazones que la trae a la ciudad, inspirada en una canción nueva que grabará para el próximo disco y pensando también en Paul, su compañero de vida, propone un show con composiciones recientes que irán a este nuevo material de estudio que está presentando y temas anteriores, algunos convertidos ya en clásicos y que todo su público espera volver a escuchar cantando por ella en vivo, así como composiciones históricas de su extenso repertorio.

“Vamos cambiando de acuerdo a nuestro sentir, cada día y en cada ciudad sobre el escenario, y pensando también en ese cariño tan grande que viene de la gente. El amor es único y tan efímero y en estos momentos quiero expresar lo que estoy pasando, con un aprecio profundo por la vida y también un adiós a otro capítulo de la vida”, compartió Lila.

Entre esos capítulos es imposible olvidar los días en plena pandemia, donde el mundo, sobre todo el artístico, debió detenerse a la fuerza. “Llegamos allí sin hacer mucha música pero felices de estar en casa y hacer cosas en familia, también sufrimos, como todo el mundo, la cuestión de la pareja en medio de todo ese encierro pensando en la posibilidad de ir cada uno por su lado pero surgieron cosas dentro de la misma música y el trabajo que hicieron que repensáramos nuestra vida. Después de estar mucho tiempo con alguien hay que decidir si estamos a gusto así o qué hacemos y eso nos pasó a nosotros, porque se dieron una serie de cosas, también el tema del peso de la muerte en Paul, ya hacía diez años que sabíamos que él iba a perder la vida y eso no es fácil de atravesar porque por un lado quieres vivir más y por otro te vuelves muy cuidadoso, eso nos afectó pero también, afortunadamente, la vida nos volvió a reunir. Al final de su vida, Paul tocó mucho, estuvo tocando mucha música al final, y eso es un ejemplo de fortaleza de vivir con esa realidad y vivir plenamente”, remarcó.

Y además sumó: “Sabíamos que él iba a morir, cuando llegó la muerte fue como si la estuviéramos esperando todo ese tiempo y era algo muy pesado, aunque también es verdad que en cierta forma yo lo supe enfrentar, cuando tenía 16 años perdí a mi padre de un paro al corazón y fue muy trágico. Yo estaba sola con él y tuve como un pánico y tardé como siete años hasta restablecerme de eso y volver a sentirme como una persona total. En el caso de Paul no es que estaba preparada pero sí consciente de que esto iba a llegar, es algo muy difícil de aceptar pero también es como un camino que sueltas, tu tienes la posibilidad de soltar, como dicen los budistas, y eso es necesario”.


Por su parte, La Delio Valdez es una orquesta cooperativa de catorce integrantes, con más de una década de recorrido y un sonido muy reconocible, con un repertorio que combina obras originales del grupo con arreglos propios de cumbias pertenecientes al cancionero popular,​ incorporando recursos provenientes de otros géneros ligados a la tradición andina del noroeste argentino,  además de reggae, rock, salsa o jazz, un estilo que es, a la vez, tradicional y actual.

En 2021, luego del lanzamiento del disco El tiempo y la serenata, la orquesta viajó todo este año por el país compartiendo escenarios con reconocidas figuras como Julieta Venegas y Los Palmeras y grabando colaboraciones junto a artistas como Abel Pintos y Karina.

El tiempo y la serenata es un disco diferente a todos los anteriores de La Delio: fue realizado integralmente durante la pandemia y el aislamiento. Es naturalmente un disco cargado de emocionalidad, de nostalgia y melancolía, pero que conserva la profunda raíz bailable que caracteriza a la orquesta.

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