En el barrio Las Flores, en el distrito sur, precisamente sus arterias tienen nombres de flores; en el barrio Tango, en el noroeste de la ciudad, las calles cuentan con nombres de reconocidas figuras de la música ciudadana; ahora, en su última sesión, el Concejo Municipal aprobó que arterias que hasta el presente tenían solamente números, ubicadas en un sector de la zona oeste, lleven el nombre de destacados artistas plásticos rosarinos.
Las arterias, con sentido de circulación este-oeste, se encuentran ubicadas en el sector delimitado por las vías del Ferrocarril Mitre, al norte; la avenida Presidente Juan Domingo Perón, al sur; la avenida de Circunvalación, al este, y la avenida Las Palmeras y el límite del municipio, al oeste. Estas calles dejaron su antigua denominación numérica. Es que los nombres de Hugo Toman, a la calle 1725; Carlos Uriarte, a la 1711; Luis Ouvrard, a la 1735; Lía Barman, a la 1737; Julio Vanzo, 1731; Pedro Giacaglia, 1727; Eduardo Favario, 1721, y Verónica Celman, a la 1723, evocan a grandes pintores rosarinos.
El proyecto fue presentado por el presidente del bloque Socialista, Manuel Sciutto, a quien acompañaron sus pares de bancada, Clara García, Viviana Foresi, Edgardo Falcón y Aldo Gómez.
Asimismo en la norma votada se determina que con el objetivo de “acercar, transmitir y difundir a jóvenes, niños y vecinos en general, las principales obras realizadas por los artistas seleccionados el Departamento Ejecutivo deberá en coordinación con instituciones de la sociedad civil organizar la muestra Artistas en la calle”.
Tal exposición deberá presentar al menos dos reproducciones de obras de cada uno de los artistas y la muestra deberá permanecer como mínimo una semana en cada una de las escuelas del barrio.
Por otra parte se resolvió encomendar al Departamento Ejecutivo para que por intermedio del Centro Municipal Distrito Oeste Felipe Moré impulse un mecanismo de selección ciudadana para que los vecinos de dicha área “manifiesten nombres de los referentes sociales preferentemente del distrito Oeste, ya fallecidos, que consideren representativos por sus historias, esfuerzo o compromisos”, para designar con sus nombres las calles de sentido norte-sur, actualmente designadas con los números 1710, 1712, 1740, 1736, 1716, 1706, 1722, 1704 y 1702.
En los considerandos de la iniciativa se alude al desarrollo urbano de las últimas décadas que motivó el surgimiento de nuevas urbanizaciones y recuerda que los nombres de las arterias de la ciudad se vinculan con sucesos o personalidades de la historia nacional, provincial y local.
Acotan posteriormente que, “ese criterio, tradicionalmente aplicado para la identificación de calles, no ha sido empleado –generalmente– para los nuevos asentamientos poblacionales que la ciudad ha incorporado como consecuencia de su proceso de expansión y transformación”.
En tal sentido aluden a que hay una cantidad importante de barrios cuyas calles están designadas con números y al respecto indican: “Especialistas en el tema coinciden en calificar como deshumanizante a todo sistema de identificación de calles que opta por asignar números en lugar de nombres”.
También sostiene el concejal Sciutto que “se sostiene que la nomenclatura numérica mata la historia y nada dice del espíritu”.
Se recuerda de igual modo en los considerandos que “históricamente el hecho de poner nombres a las calles respondió o bien a acciones y prerrogativas políticas y gubernamentales o bien a una decisión popular”.
De igual modo consignan antecedentes de barrios que han puesto en marcha modalidades democráticas y participativas para seleccionar los nombres de calles y por otra parte mencionan: “Antes que las calles tuvieran nombres, los pobladores solían emplear expresiones como: «doble a la izquierda al llegar al viejo roble y continúe hasta la plaza» o «siga hasta el arroyo y desde allí gire a la derecha hasta la capilla» a modo indicativo para arribar a un destino puntual”.