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Nora Escobar buscaba un departamento para mudarse cuando fue asesinada por su esposo Gregorio Britez

El albañil fue imputado por matar a puñaladas a su pareja en la casa de Liniers al 1700. La autopsia indicó que la víctima recibió 17 heridas de arma blanca el 22 de abril. También fue acusado por encubrimiento un amigo del sospechoso y quedaron presos por el plazo de ley

Gregorio Britez, de 52 años, fue imputado este viernes por el femicidio de su esposa Nora Escobar cometido el 22 de abril pasado en la vivienda de Liniers al 1700 que compartían en la vecina localidad de Granadero Baigorria. En esta audiencia también fue acusado por ayudar a encubrir el asesinato de la mujer de 43 años, Alfredo L., de 58 años e íntimo amigo de Britez. El juez Hernán Postma les dictó a ambos la prisión preventiva por el plazo de ley.

La fiscal Marisol Fabbro indicó en conferencia de prensa que la autopsia determinó que la víctima tenía 17 lesiones de arma blanca. También describió que Britez, ayudado por su amigo, intentó por todos los medios lograr su impunidad porque no sólo enterró el cuerpo en el patio sobre una carpeta de cemento, sino que hizo una fosa que cubrió con 60 centímetros de concreto y también lo vertió a los costados, además de limpiar la sangre, arreglar y pintar todas las paredes de la casa para luego tomarse un colectivo con destino a Paraguay.

El caso   

Nora fue vista por última vez el viernes 22 de abril pasado y su hija Karen se enteró que estaba desaparecida el 4 de mayo cuando los jefes de su madre se comunicaron para informarle que no había ido a trabajar. Ese mismo día, comenzó una desenfrenada búsqueda no sólo en las redes sociales sino también en la Justicia donde en sus inicios no obtuvo respuestas. La desesperación de la joven se basaba en que no era una situación normal a pesar de que estaban distanciadas: Nora tenía actividades estables, era una activa maratonista, no faltaba a su empleo y tampoco dejaba de frecuentar a sus amistades. A esto se suma que era víctima de violencia de género por parte de Britez, con quien se había casado en 2019, y lo había denunciado en marzo de 2021. En esa oportunidad, el hombre obtuvo una orden de restricción. Luego la convenció para que volvieran a convivir en la casa de Liniers al 1700.

Los fiscales Iván Enriquez y Damián Cimino fueron los primeros en intervenir, solicitaron un allanamiento en la casa de Britez el sábado 7 de mayo y lo citaron para que declarara ante el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), pero no lo detuvieron. Ese día, el hombre dijo a los pesquisas que hacía seis u ocho meses que estaba separado de Nora y que ella se había ido, pero los vecinos contaron que la habían visto hacía casi dos semanas. En ese operativo en la casa de Liniers al 1700, los investigadores advirtieron una carpeta de cemento en el patio que era reciente, pero los perros entrenados de la Policía no detectaron nada.

El lunes 9 de mayo, Karen junto a organizaciones de mujeres y familiares llevaron adelante una marcha en Granadero Baigorria para reclamar por celeridad en la búsqueda de Nora que ya llevaba 17 días desaparecida.

La imputación

La fiscal Marisol Fabbro quedó a cargo del caso el martes 10 y al interiorizarse de esas medidas, pidió un nuevo allanamiento a la casa de Liniers al 1700 donde hallaron el cuerpo de Nora enterrado en el patio y en otra vivienda de La Cumbre 1400, propiedad del amigo de Britez, identificado como Alberto L., de 58 años. Este hombre se contradijo en su testimonio ante los investigadores hasta que terminó confesando que le había dado dinero a Britez y quedó detenido. A esto se sumó que las pruebas de luminol en su auto dieron positivas para rastros de sangre en el baúl, asiento trasero y del acompañante.

Gregorio Brítez de 52 años sindicado por el homicidio de Nora Escobar

 

Para la Fiscalía, Alfredo L. ayudó a Britez a enterrar el cuerpo, acondicionar la casa y le facilitó efectivo para que pudiera comprar el lunes 9 de mayo un pasaje de colectivo con destino a Paraguay.

Con respecto, a la evidencia que había en la casa de Liniers al 1700 donde el personal de la Sección Perros y de Bomberos Zapadores rompieron el contrapiso del patio y hallaron el cadáver de la víctima, Fabbro enumeró que el examen preliminar de la autopsia que se hizo bajo el protocolo de femicidio determinó que tenía 17 heridas cortopunzantes, una media docena por la espalda y cuatro de ellas fueron en zona vitales como corazón, tráquea, hígado y pulmón. Además, los peritajes estimaron que el crimen de Nora se cometió el 22 de abril pasadas las 22 en la vivienda de Liniers.  

La fiscal sumó otros indicios que señalan a Britez como principal sospechoso: uno fue la ubicación de la última actividad de la víctima en redes sociales obtenida por un especialista de la División Homicidios de la AIC que analizó sus perfiles en las redes sociales y la geolocalización del IP de su celular que arrojó que fue el 22 de abril a las 22 en la casa de Liniers al 1700. La última vez que se conectó, la víctima había buscado un departamento de una habitación para mudarse como también se lo había manifestado a conocidos a través del chat privado de su Facebook. Además, las pruebas de luminol dieron positivas para rastros de sangre en todos los ambientes de la casa que convivían Britez y Nora.

Britez «procedió a excavar en el patio trasero, una cavidad semejante a una fosa, para luego arrojar allí el cuerpo de la víctima, enterrarlo, tras lo cual, con el objeto de evitar cualquier filtración a la superficie, construyó un cerramiento del entierro mediante la elaboración y colocación de una losa de aproximadamente 60 centímetros de ancho y dos metros de largo por encima del cadáver y otra de igual tamaño de colocación vertical subterránea a un costado. Cuestión que evito el hallazgo del cuerpo en el primer allanamientos por parte de perros», describió la acusación en la imputativa según indicaron voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

En este punto, la Fiscalía incluyó a Alfredo L. Fabbro explicó que en su hipótesis por su contextura, su edad y su estado físico es imposible que Britez haya podido hacer estas actividades solo porque también tuvo que limpiar la sangre que estaba en  todos los ambientes de la vivienda, arreglar las paredes y pintarlas por completo.

Así, la fiscal le atribuyó a Alfredo L. haber colaborado con Britez con el objetivo de «ocultar, alterar y hacer desaparecer los rastros, pruebas e instrumentos del delito, por cuanto utilizó su vehículo para retirar pertenencias con manchas de sangre del domicilio de Liniers al 1700 con posterioridad a la comisión del homicidio, a la vez que concurrió en repetidas ocasiones al domicilio del imputado los días posteriores al suceso, a fin de prestar colaboración en la confección de la fosa y en la limpieza de la vivienda», indicaron para agregar que le dio dinero a fin de que el imputado emprenda la fuga hacia el exterior.

Vale recordar que al momento del segundo allanamiento, Britez había escapado y se le dictó un pedido de captura donde estuvo prófugo hasta el miércoles a las 16 cuando Gendarmería lo detuvo en la frontera de Misiones con Paraguay. Quedó detenido en una comisaría de Posadas y fue trasladado a Rosario este viernes donde quedó incomunicado hasta las 15 cuando tuvo la imputativa donde fue acusado por el delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio).

Tras escuchar a las partes, el juez Postma aceptó la acusación para Gregorio Britez y para Alfredo L. y les dictó la prisión preventiva por el plazo del ley, es decir dos años.

 

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