Anders Behring Breivik compareció ante una corte de Noruega para responder por un ataque con bomba y un tiroteo que dejó al menos 93 muertos, en una audiencia realizada a puertas cerradas pese a que el autor de la masacre deseaba explicar sus actos en público.
Un convoy de la policía que llevaba al responsable del doble atentado del viernes dejó la sede de un tribunal de Oslo tras la audiencia, dijeron funcionarios. Los medios no tuvieron acceso a la sesión y el juez redactará su conclusión para anunciarla durante el día.
«La audiencia fue cerrada al público y a la prensa», dijo el responsable del tribunal.
«Hay informaciones concretas que indican que una audiencia pública, en presencia del sospechoso, puede provocar una situación extraordinaria y sumamente delicada, con respecto a la investigación y a la seguridad», dijo el juez Kim Heder.
Una multitud abarrotó la plaza de la catedral de Oslo para un minuto de silencio que se convirtieron en cinco. «Esto es muy triste, muy triste», dijo Kent Ludvigsen, de 42 años, en la plaza, donde la gente apilaba más flores sobre una alfombra de ramos colocados en memoria de los muertos, luego que el viernes la violencia sacudiera un país normalmente tranquilo de 4,8 millones de habitantes.
Los fiscales quieren que Breivik permanezca detenido en principio ocho semanas, probablemente incomunicado y sin acceso a noticias, cartas o visitantes, excepto a un abogado. Su detención podría alargarse antes de su juicio por cargos de terrorismo.
La policía ha dicho que el juicio podría celebrarse dentro de un año. El período máximo de prisión en Noruega es de 21 años, aunque puede ampliarse si existe riesgo de repetir los delitos.
