“Si no tenemos los mismos miedos, no tenemos los mismos derechos”. El twit de Sol Despeinada se volvió viral después de la violación en grupo y en pleno día en el barrio porteño de Palermo. La consigna aplica a todo aquello por lo que este 8M paramos y marchamos. Miedo a que nos violen, miedo a que nos maten, miedo a que la Justicia no nos crea y nos revictimice una y otra vez, miedo a que no nos paguen lo mismo que los hombre por el mismo trabajo, miedo a que nos castiguen por abortar o no nos dejen hacerlo pese a que la IVE es ley, miedo a que los techos de cristal sean irrompibles, miedo a que las tareas de cuidado recaigan sólo sobre nosotras, miedo a que la complicidad entre varones cis heterosexuales no se corte nunca. Hoy las calles de Rosario se preparan para ver pasar desde la plaza San Martín hasta el Parque Nacional a la Bandera a la marea de mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, que se movilizan reclamando que todas estas deudas sean saldadas.
Paramos y Marchamos
Como todos los años, el encuentro será a las 17 en la plaza San Martín. Allí, las distintas columnas -cuyo orden dentro de la marcha fue sorteado en asamblea ayer por la tarde- partirán por calle San Lorenzo hasta el Parque Nacional a la Bandera, adonde se hará la lectura de la proclama, también redactada en forma colectiva. El cierre será un festejo con bandas en vivo.
Las asambleas para la organización de este Día Internacional de la Mujer Trabajadora comenzaron hace un mes en la plaza San Martín. “Como toda asamblea organizativa tiene una primera instancia de diagnóstico, que nos permitió analizar cómo nos encontramos los feminismos, en qué situación estamos, cómo avanzamos, cuáles son nuestras demandas de cara a este 8 de marzo”, explicó Majo Poncino, feminista popular e integrante de Ni Una Menos Rosario. “Se dieron varias discusiones, entre ellas cuál es la deuda pendiente con los feminismos, cuál es la situación que estamos atravesando en términos económicos, sociales, culturales y políticos, todo en clave del Dia Internacional de la Mujer Trabajadora, lo que hace a los derechos laborales de las mujeres, las lesbianas, travestis, trans y no binaries. También se dieron discusiones respecto de la situación económica en nuestro país, las condiciones y la crisis de cuidado que estamos transitando, la desocupación, precarización, la necesidad de la implementación de la Ley Micaela en los sindicatos, que los sindicatos estén libres de violencias, la participación paritaria en la conducciones de los gremios, el reclamo por condiciones de vida dignas para las trabajadoras de la economía popular. Todo esto tras dos años de una pandemia que profundizó esa crisis, visibilizó las desigualdades que veníamos denunciando y donde las que fuimos víctimas de esas consecuencia fueron los feminismos”.
La coyuntura económica nacional, la deuda con el FMI y el acuerdo para el pago de esa deuda fueron una de las grandes protagonistas dentro de la asamblea: “La deuda es con nosotras”, reclaman desde algunos sindicatos y agrupaciones sociales.
La proclama a la que se dará lectura en el Parque Nacional a la Bandera también abordará el reclamo por la aplicación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en todo el territorio nacional, el acceso igualitario a la salud y que se garantice la Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles y en todo el país. “¡Basta de femicidios y transfemicidios!”, el reclamo siempre está presente, máxime cuando el 2022 tuvo más muertas que días.
Higui, presente
En una semana comenzará en el partido bonaerense de San Martín el juicio contra Eva Analía de Jesús, o “Higui”, como es conocida. Higui es una lesbiana del conurbano que fue hostigada durante años por un grupo de varones cis heterosexuales de su barrio. Frente al acoso y amenazas constantes, Higui se mudó. Pero la violencia no se detuvo: dos veces la golpearon y le incendiaron la casa. Ella no denunció a sus agresores por miedo a represalias.
El 16 de octubre de 2016, esos mismos hombres la esperaron en la puerta de su casa y la atacaron mientras gritaban: “Te vamos a empalar, tortillera”. Higui se defendió de la violación correctiva (violar a una lesbiana para volverla hétero). En medio de su defensa, uno de sus agresores terminó herido y murió. Ahora, Higui irá a juicio por el delito de “homicidio simple”. Ayer, 7M, Día de la Visibilidad Lésbica, la defensa de la acusada lanzó la Campaña por la Absolución de Higui y realizó un encuentro frente al Congreso de la Nación.
El pedido de Justicia para Higui será uno de los puntos de la proclama, al igual que el reclamo de una “reforma judicial transfeminista”.