Se terminó la novela y con un final para nada alegre para Novak Djokovic: después de estar más de siete horas retenido en una sala del aeropuerto de Melbourne, el tenista serbio, número uno del ranking mundial de la ATP, fue notificado sobre la decisión de las autoridades del gobierno australiano de revocarle el visado y deportarlo de inmediato. No habrá Australian Open para Nole, que defendía la corona e iba en busca del récord absoluto de torneos grandes.
Djokovic, quien no se vacunó contra el coronavirus, había recibido una exención médica que de parte los organizadores del certamen, aunque la decisión generó tanto rechazo entre la población local e internacional que las autoridades se vieron obligadas a intervenir. Primero lo demorado varias horas en migraciones y le negaron el acceso por “un problema de visas”, para finalmente anunciarle que se tenía que pegar la vuelta.
En medio de la polémica, el primer ministro australiano declaró fuerte contra Nole. “Esperamos su presentación y las pruebas que nos brinde para respaldar eso”, dijo Scott Morrison en conferencia de prensa. Y enseguida agregó: “Si esa evidencia es insuficiente, entonces no será tratado de manera diferente a nadie más y se lo enviará de regreso a casa en el próximo avión. No debería haber reglas especiales para Novak Djokovic en absoluto. Ninguna en absoluto”.
Según datos de la ATP, prácticamente el 100 por ciento de los primeros 100 tenistas del mundo han recibido ya las dos dosis de alguna vacuna contra la Covid-19, que era requisito imprescindible para entrar al país. Por eso que la decisión de conceder una exención a Djokovic despertó tantas quejas de otros tenistas, como Jamie Murray, hermano de Andy, quien aseguró que a otra persona menos famosa no le hubieran concedido el permiso. Y razón no le faltaba.
Lo cierto es que esa exención de poco le sirvió a Djokovic, quien en las próximas horas tendrá que volar de regreso a Belgrado tras ser deportado del país donde era ídolo absoluto: con 9 coronas, Nole es el que más veces conquistó Melbourne y este año encima iba en busca de su Grand Slam número 22, cifra inédita, ya que de momento comparte el récord con el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, ahora gran candidato al título.
Serbia estalló de bronca
El padre del deportista, Srdjan Djokovic, confirmó primero que su hijo estaba retenido en el aeropuerto, lo que causó una ola de indignación en el país natal del número 1 del mundo. “Se encuentra actualmente alojado en una habitación y nadie puede entrar en ella. Hay dos policías frente a la habitación”, reveló el papá de Nole.
El diario serbio The Telegraph consideró que las autoridades aeroportuarias en Melbourne lo tratan al campeón de 20 torneos de Grand Slam como si fuera un delincuente. “Djokovic está detenido, ¡lo tratan escandalosamente como un criminal en una habitación! Trato escandaloso de las autoridades australianas hacia el mejor tenista del mundo”.
“El mejor tenista del mundo es tratado como un delincuente y recibe un trato escandaloso. Está detenido en una habitación con dos agentes de policía vigilándolo”, informaron. Y denunciaron que le prohibieron el uso de su teléfono celular, además del contacto con cualquier miembro de su staff.