Con la Reforma Constitucional de 1898 se posibilitó la creación del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, y el 11 de octubre de 1898 la Ley N° 3727 crea el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, que no solo se ocupaba de obras portuarias y no portuarias sino de un sin fin más de funciones en cuanto a lo hídrico, desde llevar agua potable a la población, el estudio de las cuencas hídricas y también su dragado y balizamiento de ser necesario (no olvidemos que en ese tiempo no calaban tanto los buques mercantes a vela). En realidad se ocupaba de toda la obra pública para el bienestar de los argentinos, hasta de hacer una ruta pavimentada y demás obras públicas para el bienestar y desarrollo de todos.
Luego, más específicamente cuando se denominó Dirección Nacional de Construcciones Portuarias y Vías Navegables, fueron función las construcciones portuarias específicamente (por ejemplo: encargándose de las construcciones de caminos, vialidad nacional, etc.), y la atención de las Vías Navegables en cuanto a su estudio, dragado y balizamiento, etc. Esta luego pasó a ser Sub Secretaria de Vías Navegables, pasando a ocuparse solo de las vías navegables en cuanto al estudio, dragado y balizamiento. En cada descenso de jerarquía de ministerio a secretaria y de secretaria a subsecretaria, fueron cesando algunas funciones y por consiguiente el presupuesto de la misma repartición.
En tiempo del desgobierno de Mauricio Macri fue reducido el plantel flotante y los distritos a “Logística y Operaciones” y luego “Operaciones” cerrando administrativamente todos los distritos, como así también dejándola sin nada de presupuesto. Hubo despidos de personal terrestre que por más de 20 años cumplían servicios por el “plan Marco”, o sea contratados. El Estado te contrata en negro y te despide luego de 25 años sin indemnización, en negro. Cabe agregar que durante ese mismo gobierno se intentó vender cada buque y/o artefacto naval a un peso cada uno, a un peso nominal, maniobra desbaratada por los mismos trabajadores, hasta por los mismos despedidos. ¡Así es el amor que los trabajadores le tenemos a nuestra repartición, nuestro lugar de trabajo! También se debe agregar que en el distrito ya cerrado de Corrientes, se intentó construir un “desarrollo” inmobiliario tipo “Puerto Madero”. No solo querían cerrarlo y vender los barcos, sino también querían las tierras.
Cambió el gobierno y muy poco cambió, se abrieron los distritos y nada más se hizo, no se recuperó nunca el presupuesto ni se reincorporaron los despedidos, casi todo sigue igual. Los buques sin presupuesto para operar ni proyectos de dragado y balizamiento. Mientras, vemos a EMEPA operar el balizamiento con los balizadores, muelles, galpones y oficinas de la Dirección Nacional de Vías Navegables (DNVN), al igual que lo hace Jan De Nul con la draga 256-C Capitán Núñez y embarcaciones auxiliares, más muelles, galpones y oficinas de la DNVN.
De la poderosa Marina Mercante del Estado, ELMA (que era 5ta flota del mundo de ultramar), flota fluvial del Estado (que fue cerrada y vendido su plantel flotante a precios irrisorios a empresarios argentinos, que luego con la ley de “bandera de conveniencia” -ley anti argentina si las hay- cambiaron su bandera por la paraguaya y así se fueron del país) y la Dirección Nacional de Vías Navegables, de toda esa poderosa flota mercante estatal, solo queda esta última. Flotando, resistiendo el destino de desaparecer, pese a que muchos funcionarios se empeñan en hundir o regalar parte del plantel flotante (como ocurrió recientemente, que al Sub Secretario Leonardo Cabrera, oriundo de Concepción del Uruguay, le gustó el dique flotante que hay en el distrito río Uruguay y mandó que lo retiren para regalárselo a la Armada). Ninguna gestión a favor de la DNVN.
Es la última flota de todas y todos los argentinos y debe tener un destino distinto al que pareciera que los funcionarios de la misma repartición quieren llevar, que es un destino de abandono, de vaciamiento y de liquidación.
Siendo la ultima flota de todos los argentinos y argentinas, que por la obstinada acción de sus trabajadores, y el mismo destino, se niega a desaparecer. Porque deben tener un destino de gloria tanto la flota como sus trabajadores profesionales de la Marina Mercante devenidos a la fuerza en serenos de buques. Deben tener el destino de trabajo y de prosperidad que sus trabajadores merecen y para eso proponemos que sea cuestión de Estado su resurgimiento, no su liquidación, con una política para su reactivación (como lo vienen pidiendo hasta el cansancio sus trabajadores, aún los despedidos). Y que los subsecretarios que vienen a ocupar sus cargos y a gestionar en contra de la misma repartición que deben representar, personifiquen los intereses de todos los argentinos y argentinas y no de las multinacionales. Es curioso que se castigue más a una repartición nacional que sea operativa, que a una puramente administrativa. Estas últimas siempre gozan de buena salud.
Por todo lo antedicho, tanto los trabajadores argentinos de la DNVN como su plantel flotante se merecen una oportunidad, porque ya demostramos muchas veces en estos 123 años que no solo es mucho más barato, sino totalmente competente para dragar y balizar. Si hablan de tecnología, esta se adquiere, se compra, se prepara con cursos a los trabajadores, ya que los argentinos no somos menos que los extranjeros, somos tan o más capaces que ellos. Para todo esto el mismo Estado debe comenzar a invertir para poner en valor instalaciones (si le sirven a EMEPA y a Jan De Nul ¡cómo no van a servir a la DNVN!), plantel flotante y personal para iniciar la tarea de poner en marcha esta repartición, que es también comenzar a poner en marcha el país. Además, debe aglutinarlo bajo una figura jurídica que permita que lo producido por los servicios que presta quede en la empresa o repartición para mantenimiento del plantel flotante e instalaciones.
Ahora es el momento de cambiar la historia, de cambiar el país para encaminarlo en un rumbo que lo lleve al desarrollo, al trabajo y felicidad de este pueblo, y se comienza por la DNVN y por el canal troncal del río Paraná. Justamente por lo que nos fue despojado y por dónde comenzaron nuestras penurias y deterioro como Nación, es justicia que la recuperación del país comience por la reactivación de la DNVN y el río Paraná.
Por todo esto, la propuesta es la puesta en valor del plantel flotante y que haya un proyecto de operatividad de dicho plantel y sus trabajadores bajo la figura de una empresa del Estado, donde su destino sea la grandeza de todas y todos los argentinos dragando y balizando con la DNVN.
Urge la derogación del Decreto 949/20 y la realización del Canal Magdalena.
Feliciano Ramos
Capitán Fluvial Dragador, 48 años de servicio
Luciano Orellano
Foro por la recuperación del Paraná
Integrante de la Mesa Coordinadora por la Defensa de la Soberanía Nacional del río Paraná y el Canal Magdalena