Un hacker fue demorado ayer acusado de realizar estafas con tarjetas de crédito de una mujer por medio de internet. El hombre, de alrededor de 40 años, quien será imputado en libertad, cayó en dos operativos en la zona sudoeste que realizó el personal de la División Judiciales. En tanto, hay un segundo sospechoso que no fue apresado pero cuya participación está bajo investigación. Los estafadores se dedicaban a comprar electrodomésticos y los investigadores no descartan que en el transcurso de la causa aparezcan más damnificados.
La pesquisa comenzó en diciembre pasado cuando la víctima, identificada como Andrea A., denunció que le habían sustraído información de sus tarjetas de crédito por medio de un hackeo web.
En ese momento, los fiscales Fernando Rodrigo y Guillermo Apanowicz ordenaron un trabajo de inteligencia en redes sociales para averiguar direcciones de IP, domicilios de entrega y casillas de correo desde la cual se realizaron las compras junto a relevamiento de sitios web de comercios. En ese sentido, el mes pasado y como resultado de la recolección de esos datos, los investigadores realizaron allanamientos en la ciudad, en Ibarlucea, en San Lorenzo y en Granadero Baigorria, e incautaron material informático de interés para la investigación. De ese análisis, los fiscales determinaron que los autores de la estafa compraban electrodomésticos con datos sustraídos de la web y también habían realizado pedidos a los Estados Unidos. “Todo vinculado con servidores y servicios VPN para hacer movimientos de modo anónimo y ocultar actividad en la red”, remarcaron los voceros en un comunicado.
Los pesquisas aclararon que las tarjetas son de diferentes entidades bancarias. “La particularidad fue que una de las tarjetas fue sustraída pero la otra tarjeta nunca salió de la esfera de la custodia de la víctima”, precisaron.
Fue en ese marco que ayer personal de la División Judiciales llevó a cabo dos nuevos allanamientos en Doctor Riva al 2400 y Rodríguez al 4200, en el sudoeste y en jurisdicción de la comisaría 15ª, donde incautaron dos lavarropas embalados sin uso aparente. Estos habían sido comprados online. Producto de esos operativos, los uniformados demoraron a Carlos B., de alrededor de 40 años, quien será imputado en libertad. A su vez, Darío F. no fue detenido pero quedó relacionado con la investigación, informaron los voceros judiciales.
Las fuentes del caso indicaron que en esta instancia la causa sólo posee la denuncia de la mujer, pero estimaron que tras la individualización de estas personas y el material incautado no descartan que surjan nuevas víctimas.
En la capital provincial las clonaban
El antecedente más reciente de una investigación similar ocurrió a principios de año, cuando dos jóvenes santafesinos fueron detenidos acusados de formar parte de una banda de estafadores que clonaba tarjetas de crédito para luego utilizarlas para realizar compras a través de internet en la capital provincial.
Todo empezó en febrero pasado cuando una persona hizo la denuncia en la seccional 1ª de Santa Fe. Luego la cifra rondó el centenar de víctimas con 40 operaciones comprobadas, las cuales llegaron al millón de pesos. Uno de los imputados resultó ser el hijo de un personal jerárquico en el Servicio Penitenciario, el cual prestaba servicios en la Unidad Penal Nº 3, de Zeballos y Riccheri. La maniobra fue detectada por la denunciante al realizar una consulta por el sistema homebanking y se encontró con dos compras de televisores de 40. La víctima se comunicó con la empresa para seguir la operación por internet, esta brindó los datos de donde sería entregada la mercadería y así se produjeron las detenciones.
“Cuando se detectan estas operaciones el usuario debe comunicarse con la empresa de tarjeta y desconocer la compra. De esa manera se activa el seguro que cada uno de los clientes paga con el resumen de cuenta y la pérdida puede llegar a ser compensada”, advirtieron los pesquisas.
Recomendaciones para usuarios
La Fiscalía realizó una serie de recomendaciones para que los usuarios de los cajeros automáticos no sean víctimas de estafas:
⇒ En cajeros automáticos: cuidar que en el techo no se hallen apostados cámaras de seguridad; son dispositivos diminutos que graban la contraseña que digitamos.
⇒ Tapar con la una hoja de papel o similar la mano que digita la contraseña.
⇒ Luego de digitar la contraseña, tocar, aunque sin activar, todos los botones. Esto es porque las cámaras a veces son termosensibles y, bien cubrimos las manos al digitar, al descubrir la misma queda la impresión de calor en las teclas utilizadas.
⇒ Operaciones electrónicas, sólo en sitios seguros con certificados HTTPS.
⇒ Tener precaución en no dejar datos personales utilizando la red wifi pública.
⇒ Usar password (contraseñas) complejas.
⇒ Concurrir a comercios de confianza al hacer nuestras compras con plástico.