Si la idea es meterse entre los cuatro mejores de la zona el camino canalla para lograr el objetivo está muy lejos de concretarse. Central volvió a hacer un equipo Vecchio dependiente y así le fue en el Bajo Flores. El Canalla cayó 2-0 ante San Lorenzo y quedó a una estancia de la clasificación.
Encima y para que la noche termine peor Vecchio y Blanco vieron la roja en un final casi escandaloso.
Central juega mal y hace varios partidos que ocurre lo mismo. Pero el Kily quizás no la nota. Y ahí está el problema mayor. Por momentos quiere salir jugando, por otros mete pelotazos, en algunos pasajes depende muchísimo de lo que haga Vecchio y eso desemboca en nada.
Dabove estudió de memoria al Central del Kily. Maniató a Vecchio con faltas sistemáticas y así anuló cada avance canalla. Por eso la tarea del entrenador auriazul, ahora más que nunca, es pensar en otro plan.
El primer tiempo fue parejo. De hecho los dos contaron con situaciones claras de gol. La diferencia la hizo Di Santo, que aprovechó un horror de Gamba en su afán por defender, para ajusticiar a Fatura Broun.
En el complemento Vecchio se soltó más y ahí se vio lo mejor de Central. El volante provocó varias faltas a favor, pero ninguna fue aprovechada. El Kily cambió de esquema a los 10 minutos y pasó a jugar un 4-4-2 bien definido. De mucho no sirvió. Y si bien el partido pedía a gritos otro gol, el que lo terminó haciendo fue el local. Con el capitán canalla y Blanco expulsados, el paraguayo Ángel Romero elaboró una buena jugada individual para liquidar un partido que tuvo un final caliente.
Párrafo aparte merece el árbitro Lucas Comesaña, que si bien no incidió en el resultado, dejó muchas dudas, principalmente sobre el final, en donde todo fue protestas y pierna fuerte. Le faltó manejo al joven referí.
El equipo del KIly volvió a cosechar una derrota y nuevamente se abren los interrogantes en el hincha canalla. Lo cierto es que jugando así será muy difícil que Central se meta entre los cuatro mejores.A