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Nueva matanza en Estados Unidos: empleado municipal asesinó a 12 personas

Ingresó al edificio público de Virginia Beach en la tarde de este viernes y comenzó a disparar. La Policía lo abatió antes de que la masacre fuera mayor. Crece la polémica por la regulación de las armas en manos de civiles: el tirador las había comprado legalmente

Un empleado municipal de Virginia Beach, una ciudad de la costa este de Estados Unidos, abrió fuego en la tarde de este viernes a la multitud desde un edificio público y mató a 12 personas antes de ser abatido por la Policía.

Las fuerzas de seguridad encontraron una pistola semiautomática y un rifle en el lugar. Los investigadores creen que fueron utilizados en el tiroteo. Y que el sospechoso de la masacre las compró en forma legal.

Es un nuevo asesinato masivo en un país marcado por la violencia con armas de fuego. Esta vez, afectó a la ciudad costera –sobre el Atlántico– de 450.000 habitantes situada a unos 300 kilómetros al sur de Washington.

«Tenemos ahora 12» víctimas fallecidas, declaró en una rueda de prensa el jefe de la policía local, James Cervera. La primera información de 11 muertos fue revisado por la noche, tras el deceso de una víctima que «sucumbió a sus heridas camino al hospital».

Otras cuatro personas que resultaron heridas de gravedad fueron trasladadas a hospitales de la zona, precisó el responsable policial.

Los fallecidos, cuyas identidades fueron divulgadas este sábado en un contacto de autoridades con la prensa que incluyó un sobrio recuerdo de las víctimas, son siete hombres y cinco mujeres. Menos uno, el resto trabajaba para los servicios municipales.

Ingeniero civil con entrenamiento militar y sin antecedentes

Autoridades de la ciudad identificaron este sábado al empleado que efectuó los disparos como DeWayne Craddock. Tenía 40 años, trabajó como ingeniero en el Departamento de Servicios Públicos, que atiende las redes de agua y alcantarillado sanitario de la ciudad, durante unos 15 años.

Se había graduado de la escuela secundaria Denbigh High School en 1996 y se enroló en la Guardia Nacional del Ejército. Recibió entrenamiento militar básico y entrenamiento individual avanzado en Fort Sill, Oklahoma.

Después estudió ingeniería civil en la Universidad Old Dominion, en Norfolk, Virginia. Una vez recibido, trabajó en varias empresas privadas hasta que se convirtió en empleado público.

No tenía antecedentes penales. Apenas figuraba con algunas infracciones de tránsito.

Tarde de infierno

El tiroteo fue poco después de las 16 hora local. El hombre armado, «empleado desde hacía tiempo» del municipio, ingresó a uno de los edificios del complejo municipal de Virginia Beach y «de inmediato comenzó a disparar indiscriminadamente» en varios de los pisos, relató Cervera.

Con cada tiroteo mortal, se relanza el debate sobre la regulación de armas de fuego.

Una de las víctimas murió en el exterior, cerca de su automóvil. Las demás fueron halladas en los tres pisos del inmueble. «El sospechoso disparó luego a la policía», que respondió y lo mató tras un intercambio de balazos. Uno de los policías se «salvó» gracias a su chaleco antibalas, según Cervera.

El responsable policial indicó, preliminarmente, que el tirador estaba armado con una pistola calibre 45 con silenciador, que recargó varias veces.

En el edificio público había, en el momento de los disparos, unas 400 personas

Un país con civiles armados y muchos muertos

Bullrich reloaded: «El que quiera andar armado, que lo haga»

El 20 de abril pasado, Estados Unidos conmemoró el vigésimo aniversario de la matanza del liceo de Columbine, en Colorado, en la que dos alumnos mataron a balazos a 12 compañeros y a un profesor.

En un país en el que la tenencia de armas está garantizada por la segunda enmienda de la Constitución, desde el comienzo de este año se registraron 150 tiroteos con más de cuatro víctimas (muertos o heridos), señaló Gun Violence Archive, una ONG especializada en la violencia con armas de fuego.

En la Argentina, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, avaló la habilitación de uso de armas por parte de civiles. Fue en noviembre del año pasado, y ante una consulta periodística –a la salida de una casa de comidas– sobre el caso del policía Luis Chocobar, que la funcionaria dijo: “El que quiere estar armado que ande armado“ porque, justificó, Argentina «es un país libre».

En Virginia, el tema tomó una dimensión particular, al tratarse del estado donde tiene su sede la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), el principal lobby nacional de las armas.

Se trata de un estado tradicionalmente conservador, pero donde el Partido Demócrata crece en influencia a medida que avanza la urbanización y su población se diversifica.

Virginia fue escenario en 2017 de un tiroteo particularmente dramático, cuando un estudiante con desórdenes mentales mató a 32 personas en el campus de la universidad Virginia Tech.

Con cada tiroteo mortal, se relanza el debate sobre la regulación de armas de fuego.

«Es inaceptable que Estados Unidos sea el único país desarrollado donde esto es habitual», dijo en Twitter el precandidato presidencial demócrata Pete Buttigieg.

«Nuestros corazones están con todos los afectados por este insensato acto de violencia armada», dijo a su vez la asociación Moms Demand Action, que pide leyes más estrictas de control de armas.

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