Bajo la consigna de que la juventud debe ser la prioridad, jóvenes de los barrios más vulnerables de Santa Fe y referentes de organizaciones sociales se movilizaron este jueves, hacia la Legislatura provincial, para pedir que se garantice por ley la continuidad y ampliación del programa Nueva Oportunidad.
Entre las principales demandas, reclaman mayor presupuesto para las políticas dirigidas a la juventud, la continuidad del programa implementado a partir de 2016 (del que participan más de 17 mil jóvenes coordinados por organizaciones territoriales) y que sea por ley, para que siga vigente luego del recambio de mandatos.
“Esta es una política pública que se tiene que profundizar para que no se pierda la dinámica de trabajo con las organizaciones en el territorio, que es lo que nos permite tener un termómetro de cómo evoluciona esta política pública”, sostuvo Juan Cruz Valdez, referente del Nueva Oportunidad en barrio Santa Rosa de Lima. “Es necesario que haya madurez política de todos los legisladores para sostener esto, porque la ausencia del Estado se nota en los barrios y con esta crisis hay cada vez más necesidades”.
Para que el programa siga vigente después de diciembre, el gobierno provincial envió un proyecto de ley a la Legislatura con el objetivo de consolidar una experiencia que surgió destinada a jóvenes en situación de vulnerabilidad social, a través de la cual se los acompaña en un trayecto pedagógico de capacitación y fortalecimiento de vínculos sociales.
Los jóvenes de Santa Fe y los referentes barriales fueron a la Legislatura y pudieron dialogar con algunos diputados, que se comprometieron a estudiar el tema. Por ahora, el proyecto ingresó formalmente y fue derivado a las comisiones internas, aún sin fecha de tratamiento.
Durante la movida realizada en la explanada de la Legislatura, los capacitadores y los jóvenes que forman parte del programa compartieron sus experiencias y mostraron las producciones de los grupos que trabajan en la ciudad de Santa Fe, una de las 28 localidades donde se desarrolla el Nueva Oportunidad.
“El programa permite la articulación entre las organizaciones territoriales y el Estado, algo que nos ayuda a fortalecer los vínculos con los pibes que hoy están en una situación altamente vulnerable, sin trabajo ni estudio”, explicó Valdez.
“A partir del programa logramos que los pibes puedan ir rearmando su proyecto de vida con apoyo de las organizaciones y del Estado. Nosotros los acompañamos desde la capacitación y la presencia barrial, pensando en los trayectos de los pibes, que puedan retomar la escolaridad o incorporarse a algún circuito formal de laburo. El Nueva Oportunidad generó las condiciones para poder sostener las referencias territoriales con los pibes”, agregó el referente barrial.
Por su parte, Ana María Martínez, integrante del Servicio de Educación Popular del mismo barrio, sostuvo que “lo que vemos es cada vez más dramático, pese al Nueva Oportunidad que es un programa que se puede profundizar todavía mucho más. Lo que vemos son historias de vida destrozadas, muy complejas, en un sistema absolutamente desigual que los va empujando a no tener sueños o a pensar que ellos no pueden”.
Además de remarcar “la autonomía de los pibes” que lograron poner en marcha emprendimientos de panificación y catering, entre otros rubros, Martínez comentó que “hay chicos que se capacitaron en el programa y hoy son capacitadores de otros chicos, por eso pensamos que este es un programa que no solo tiene que seguir: se tiene que profundizar. Da para mucho más”.
Que siga por ley
El programa propone un abordaje integral de jóvenes en situación de alta vulnerabilidad social, a los que se acompaña en un trayecto pedagógico de capacitación y fortalecimiento de vínculos sociales, con herramientas concretas para que puedan construir un proyecto de vida.
De la iniciativa participan jóvenes que no acceden a instituciones o al mercado laboral y tampoco disponen de recursos ni estímulos para volver a estudiar o a reinsertarse en el sistema productivo. Actualmente, 17.745 jóvenes en toda la provincia forman parte del Nueva Oportunidad.
Con el objetivo de que siga vigente, el 25 de septiembre el gobernador Miguel Lifschitz presentó el proyecto de ley que propicia la creación del programa Nueva Oportunidad en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Social.
“A diferencia de otros proyectos de ley que surgen de una idea, este es fruto de la construcción colectiva y la experiencia de trabajadores y jóvenes que hicieron carne el programa Nueva Oportunidad”, señaló Lifschitz en esa ocasión. “Esta iniciativa surgió como una respuesta contra la violencia que se generaba, en ocasiones, por la falta de oportunidades, porque sabemos que no hay nada más violento para los jóvenes que ver cómo se les cierran las puertas y no hay una mano tendida”.
El programa Nueva Oportunidad comenzó a implementarse en Rosario en 2013 y en otras localidades a partir de 2016. Se articula en red con más de 260 organizaciones de la sociedad civil de distintos tipos y orientaciones. Tras las capacitaciones en talleres, los jóvenes armaron más de 50 emprendimientos de trabajo denominados Unidades Productivas y casi 30 empresas sociales que progresivamente se insertan en la comunidad mediante su producción.