En Argentina, 800 mil hipertensos pueden beneficiarse gracias a la cardiología intervencionista, que es una especialidad nueva nacida de la cardiología. Está integrada por dos ramas: una diagnóstica y otra, terapéutica. Se la llama intervencionista pues se ocupa de acceder a los órganos internos del cuerpo humano a través de una pequeña punción en cualquier arteria periférica. “Usando esas arterias como autopistas podemos llegar al corazón, a las diferentes arterias y a las carótidas”, afirmó el doctor Claudio Cigalini, cardioangiólogo intervencionista.
—¿Qué se logra mediante esas intervenciones?
—En muchos casos se recurre a ellas para realizar estudios, mediante angiografía. En otros, para tratar las afecciones del corazón, de las arterias, con el implante de un stent para resolver obstrucciones arteriocleróticas. También podemos obstruir la circulación, lo que nosotros llamamos embolizaciones, con el fin de tratar hemorragias, tumores, aneurismas. Logramos muchas aplicaciones con el mismo principio: la factibilidad de resolver un problema, muchas veces grave, muchas veces mortal, mediante una mínima incisión.
—¿La recuperación del paciente es más rápida?
—Sí. Lo más frecuente es que el paciente en 24 horas se vaya a la casa. Estas intervenciones son alternativas a las intervenciones clásicas de cirugías a cielo abierto, las que insumen más tiempo de recuperación y ocasionan más injuria al paciente, además de exigirles un tiempo prolongado de internación. Las alternativas de tratamiento por vía endovascular, tanto sea en patologías coronarias, como carotidias, o en las arterias renales y en las piernas, muestran resultados en el tiempo tan buenos como los logrados con la cirugía convencional, y con menos riesgos y más pronta recuperación
—¿Cuál de las novedades de la especialidad es la más relevante?
—Lo más novedoso que tenemos en estos momentos es la denervación renal. Es una alternativa al tratamiento de la hipertensión arterial en pacientes resistentes que, pese a estar bajo tratamiento, no logran los niveles normales de presión arterial. Para estos pacientes hemos adaptado una técnica tradicional, una cirugía abierta que era efectiva pero con una alta tasa de complicaciones. Años después, cuando se comenzó a avanzar en los tratamientos farmacológicos, se la fue dejando de lado. Retomando esa idea los investigadores lograron denervar los riñones, aislarlos del sistema nervioso con una técnica muy simple de cateterismo, entrando por una punción a través de la pierna y mediante calor bajo un procedimiento que no dura más de 40 minutos. Sin necesidad de recurrir a la anestesia general demostró ser efectivo para bajar los niveles de presión no controlada a pacientes tratados farmacológicamente.
—¿Qué condiciones deben reunir los pacientes a quienes se indica esta intervención?
—Ser hipertensos severos que no logran estabilizar su presión arterial tomando tres o cuatro drogas combinadas, de las cuales una debe ser un diurético.
—¿Qué cantidad de hipertensos hay en la Argentina?
—Justamente, comunicamos este tipo de soluciones porque afecta a un número muy importante de personas. La HTA (híper tensión arterial) es una enfermedad silente y frecuente. Se cree que en el país hay ocho millones de hipertensos y se calcula que el 10 por ciento de los mismos no responde a los tratamientos farmacológicos. Estamos hablando de una población cercana a las 800.000 personas. Estamos seguros de que esta técnica tendrá un alto impacto en la salud pública. Sabemos que la HTA no controlada guarda relación con complicaciones serias que invalidan a los pacientes, como infartos, accidentes cerebrovascular es, insuficiencia renal, demencia vascular, etcétera, llevándolos hasta la muerte y causando un impacto negativo en el costo de la salud pública. Por eso creemos que la denervación renal por vía endoscópica es una contribución vital para un número significativo de pacientes que no encuentran respuestas terapéuticas efectivas para una enfermedad de alta importancia en la salud pública.
—¿Cuál es, en el tiempo, el porcentaje de éxitos de esta práctica?
—Habiendo ya registrados seguimientos de tres años, estamos en condiciones de afirmar que la tasa de respondedores a esta técnica es cercana al 90 por ciento.