En la madrugada del último miércoles, el estado de Nueva York legalizó el uso de la marihuana recreativa mediante la aprobación de una ley que en la misma jornada promulgó el gobernador Andrew Cuomo.
La norma, fruto de un trabajoso acuerdo legislativo, pone fin a décadas de prohibición. “Este es un día histórico para Nueva York, uno en que se corrigen los errores del pasado al poner fin a las duras sentencias de prisión, abraza a una industria que hará crecer la economía del Empire State y da prioridad a las comunidades marginadas”, dijo Cuomo.
Nueva York se convierte en el decimoquinto estado norteamericano en legalizar el uso adulto del cannabis. Y se espera que para los próximos años se posicione en uno de los mercados más grandes del país, junto con California.
Seis plantas, 85 gramos
Desde ahora, los usuarios y usuarias mayores de 21 años podrán poseer hasta 85 gramos de marihuana o 24 de formas concentradas, como aceites o extracciones. Además, se podrá fumar en público en los mismos lugares donde está habilitado consumir tabaco, aunque no se permitirá en escuelas, lugares de trabajo o dentro de vehículos.
La ley permite el autocultivo con un límite de seis plantas. Y crea “sitios de consumo” además de habilitar dispensarios de cannabis.
De acá en más, las agencias que se crearán para la regulación podrían crear nuevos artículos para controlar el uso en público. La Junta de Control de Cannabis será la encargada de elaborar nuevas regulaciones, y la Oficina de Manejo de Cannabis tendrá la responsabilidad de guiar la implementación.
Nueva York hace años que intenta legalizar la marihuana para todos sus usos. El oficialista Partido Demócrata asumió el tema como una bandera desde 2018, cuando le arrebató el control de la Legislatura a los republicanos, quienes se opusieron fuertemente a la liberación de la planta. Incluso, organizando campañas junto a fuerzas de seguridad para que la legislación no avance. Los tiempos cambiaron, y esta semana el proyecto fue aprobado con una amplía mayoría de representantes (diputados) y senadores del estado.
El estado gobernado por Cuomo se sumó así a los de Alaska, California, Colorado, Massachusetts, Nevada y Oregon, entre otros, que legalizaron el cannabis no sólo para uso medicinal sino también recreativo o «adulto». Es una tendencia en varios países y tiene como uno de sus objetivos el de combatir el narcotráfico.
Venta, además de autocultivo, con impuestos, inclusión y control
La nueva regulación estipula un impuesto del 9 por ciento sobre las ventas de cannabis, al que habrá que sumar un 4 por ciento adicional a repartir entre los municipios y condados. Las autoridades prevén recaudar 350 millones de dólares al año sólo en impuestos y crear una industria que podría alcanzar los 4.000 millones de dólares.
La legislación aprobada este miércoles establece que el 40 por ciento de los impuestos que se recauden serán destinados a las comunidades afrodescendientes y latinas que fueron perseguidas durante años gracias a la prohibición. Y estimula el ingreso de las personas con condenas pasadas a ingresar al nuevo mercado legal.
Las primeras licencias para comercialización se entregarán recién en 2022 y cada localidad tendrá la potestad de definir si habilita o no la actividad en su jurisdicción.
La legislación establece mecanismos para evitar que pocos jugadores, entre las empresas, consoliden a todo el mercado. Está previsto que las agencias entreguen sólo un tipo de licencia a cada compañía por rubro de la industria cannábica. Así, los dispensarios no podrán cultivar ni distribuir cannabis. La excepción son los 40 dispensarios ya existentes para uso medicinal, habilitados por el gobernador Cuomo en 2014.