Peritos de Policía Científica, bomberos y brigadas caninas participaban este viernes de una inspección en el predio del emprendimiento inmobiliario de la localidad bonaerense de General Rodríguez, donde se cree que el 18 de julio pasado fue asesinado Fernando Pérez Algaba, el empresario que apareció descuartizado adentro de una valija arrojada a un arroyo de Ingeniero Budge, para intentar confirmar si una casa ya demolida fue la escena del crimen.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que la diligencia fue ordenada para la mañana de este viernes por el fiscal de Lomas de Zamora a cargo de la causa, Marcelo Domínguez, en el predio del barrio privado en construcción «Renacer», ubicado sobre avenida De las Américas y su cruce con la ruta 6, de la mencionada localidad del oeste del conurbano.
Allí, fueron convocados los expertos de la División Casos Especiales Oeste de la Superintendencia de Policía Científica que desde el inicio trabajan en la causa, pero también un grupo de rescate de bomberos y brigadas caninas K9 con perros específicamente entrenados para rastrear restos cadavéricos.
También pidió el fiscal la presencia de máquinas retroexcavadoras, según detallaron las fuentes.
«La idea es poder confirmar si, tal como confesó uno de los detenidos, una de las construcciones del predio, que luego fue demolida, es el lugar del hecho, es decir la escena del crimen», dijo a Télam una alta fuente policial que trabaja en el caso.
El mismo vocero explicó que más allá de que ese sitio está destruido, la idea es que entre los perros rastreadores y los expertos en rastros se pueda hallar algún indicio que confirme que allí fue asesinada la víctima y si en ese mismo sitio también fue descuartizada.
Las declaraciones de los imputados
Nahuel Sebastián Vargas, uno de los siete detenidos que tiene la causa, fue quien al ser indagado por el fiscal reveló que el asesinato de «Lechuga» lo cometió otro de los imputados, Maximiliano Ezequiel Pilepich, en una de las construcciones de ese sitio, de dos balazos por la espalda y cuando la víctima estaba cambiando una bombita.
«En la segunda habitación a la izquierda la luz que había que cambiar estaba alta, entonces Fernando que era el más alto de los tres, toma una silla y se para en la silla para cambiar la luz», declaró Vargas.
El acusado explicó que en ese momento salió del lugar a pedido de Pilepich para abrir una ventana y, en ese momento, escuchó los dos disparos.
Cuando regresó, Pilepich le dijo: «Ya está, no aguantaba más, hay límites», en referencia a que el empresario le venía exigiendo que le pague una deuda de unos 150.000 dólares y que lo extorsionaba.
«Maxi estaba enojado porque Fernando había agregado al Instagram a su hija de 13 años y le escribía y luego realizaba capturas de pantalla y se las enviaba a Maxi para provocarlo», contó Vargas.
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio «Renacer» de General Rodríguez a encontrarse con él.
Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, «Lechuga» reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.
El fiscal consideró que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía «una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos».
El crimen de Pérez Algaba
El joven fue visto por última vez la tarde del 18 de julio cuando a bordo de una camioneta Range Rover blanca que le había prestado Pilepich se dirigió junto a Vargas al predio «Renacer» a cobrar esa deuda.
La desaparición del «Lechuga» fue denunciada al día siguiente por la dueña de un departamento que la víctima había alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
Sus restos descuartizados fueron encontrados entre el 22 y el 24 de julio en un arroyo en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
Por el crimen, además de Pilepich y Vargas, permanecen detenidos Luis Alberto Contrera, Flavia Lorena Bomrad, Fernando Gastón Carrizo, Matías Ezequiel Gil y el comisario de la Policía de la Ciudad Horacio Mariano Córdoba.