Una vez más los activistas climáticos volvieron a ser tendencia en las redes sociales por vandalizar la obra de arte La joven de la perla, de Vermeer, que se encuentra exhibida en el museo Mauritshuis de La Haya, luego de que dos mujeres hicieran lo mismo con Los Girasoles de Van Gogh en la National Gallery de Londres, y el fenómeno se replicara.
Como en los anteriores casos, quienes llevan a cabo este modo de protesta son los activistas de la organización Just Stop Oil que, en otras oportunidades, atacaron otras pinturas en museos europeos.
En las imágenes se observa cómo un hombre pasa el vallado que protegía la pintura e inmediatamente se pega a la obra de arte, mientras su compañero le tira salsa de tomate y luego también se pega a la pared.
La única información al respecto es que la Policía detuvo a tres sujetos dentro del museo y una vez más las alarmas se encienden ante la proximidad de un nuevo ataque.
De hecho, el pasado fin de semana activistas climáticos lanzaron puré de papas contra <Los Almiares<, obra de Claude Monet disponible en el Museo Barberini de Potsdam, Alemania.
Manifestantes ecologistas arrojaron sopa de tomate sobre «Los girasoles» de Van Gogh
La joven de la perla es una pintura reconocida a nivel mundial realizada entre 1665 y 1667 por el pintor neerlandés Johannes Vermeer. Lo llamativo de esta obra es que su punto focal está en la perla que lleva en su oreja la joven y es por eso que fue nombrada de esa manera.
Preocupación en España
Los ataques contra obras de arte por parte de grupos ecologistas radicales se han repetido en los últimos días, una peligrosa moda que miran con recelo desde los principales museos españoles. “Preferimos adoptar un perfil bajo sobre este asunto porque no queremos contribuir a crear un efecto llamada”, aseguraron desde el Museo del Prado de Madrid, donde no ocultan que se mantienen “alertas” para evitar que se produzcan acciones similares.
La misma postura mantienen en museos como el MACBA de Barcelona, el Picasso de Málaga o el museo Reina Sofía de Madrid, a poco más de una cuadra del Museo del Prado. “Tenemos planes de seguridad encaminados a evitar cualquier acto de vandalismo o acción en contra del buen estado de las obras de arte. Estos se ven reforzados en algunas zonas que pueden estar sometidas a un mayor riesgo”, subrayaron desde este último. “No creemos que sea bueno ni necesario seguir estirando más el tema”, dijeron desde el Reina Sofía, dejando entrever el temor a ese “efecto llamada”.