Tras una investigación interna, el fray Luis Federico Lenzi, de la provincia argentina de San Agustín, de la Orden de Predicadores, fue apartado de sus tareas pastorales con menores en el colegio Cardenal Newman, de San Isidro. Las acusaciones contra Lenzi fueron recibidas por los directivos del colegio donde se desempeñaba. Primero se lo apartó de sus funciones, y luego se dieron por concluidas sus tareas por no cumplir con el código de conducta de la institución.
En el comunicado, firmado por el prior provincial, fray Javier María Pose, la Orden de Predicadores lamentó lo sucedido y renovó su compromiso de vivir el ministerio con coherencia y fidelidad, destacando el accionar del colegio, que priorizan el cuidado de los alumnos.
“Hace algunos días fuimos informados por los directivos del Colegio Cardenal Newman de ciertas acusaciones que habían recibido en relación con fray Luis Federico Lenzi, fraile dominico de nuestra Provincia”, indica el mensaje. “Por estas razones, el colegio decidió dar por concluidas sus tareas pastorales”, sostuvo la Orden. “Valoramos que las autoridades del colegio hayan puesto en primer lugar el cuidado de sus alumnos”, dijeron.
Una cadena de abusos
A fines del año pasado, el ex alumno Rufino Varela denunció haber sufrido abusos sexuales cometidos por el capellán del colegio Cardenal Newman en 1977, cuando era alumno de 7° grado. La noticia causó conmoción en la comunidad del colegio, uno de los más exclusivos de la Argentina, donde estudiaron Mauricio Macri y varios de sus ministros.
Seguidamente, como en efecto dominó, aparecieron cinco nuevas víctimas y el propio Varela admitió conocer 22 casos del mismo tipo. La información se propagó y la Policía de Irlanda terminó interesándose en el asunto, ya que el Newman fue fundado en 1948 por los Christian Brothers, una orden religiosa de ese país que llegó a tener cientos de colegios en el mundo. Por otra parte, varios integrantes de los Christian Brothers aparecieron involucrados en casos de abuso de menores en diferentes países. En 2011, Philip Pinto, que entonces estaba al frente de la Orden, admitió que el futuro de los Christian Brothers era incierto por el alto costo de las indemnizaciones que tuvieron que pagar por abusos sexuales. En junio de 2012, el Newman organizó una cena de recaudación de fondos para ayudar a las maltrechas finanzas de los Christian Brothers. Por eso el sargento Jonathan Hayes, de la Policía irlandesa, le escribió a Varela para pedirle detalles del caso, en respuesta a un correo que la víctima envió al gobierno irlandés.
Hayes le dijo a Varela que notificó a la Agencia del Menor y la Familia de Irlanda para que siguiera el tema y le pidió detalles de quién había cometido los abusos y cuándo. Según Varela, el suyo ocurrió en 1977, cuando tenía 12 años. Él ya era abusado por el casero del campo de su familia y fue a confesarse con el llamado padre Alfredo. Al enterarse en confesión de los abusos que sufría, lo llevó a su cuarto, le hizo bajarse los pantalones, lo acostó boca abajo en su catre, le puso una almohada en la cabeza, le dio diez azotes con un cinturón, y le manoseó los genitales mientras le preguntaba detalles sexuales. El padre Alfredo murió en 1997, a los 88 años. Pertenecía a la orden de los Pasionistas. La Policía de Irlanda se interesó luego por John Burke, que era director del colegio en la época en que Varela era alumno y que ahora vive en Irlanda, donde viajó para encargarse de las negociaciones por los escándalos de abuso que acechan a la Orden. Burke es un hombre muy apreciado por la comunidad del Newman y estuvo en octubre pasado en la cena de egresados, donde participaron Macri e integrantes de su gabinete con tarjetas que superaban los 20 mil pesos por persona, lo que da una idea del nivel económico de quienes sostienen una vinculación con la institución.
El Newman en la vidriera
La comunidad de egresados del Newman entró en estado de ebullición por el destape de los abusos cometidos en su seno. Muchos acusan a Varela por desprestigiar al colegio en el momento en que la presidencia de Macri lo puso en un lugar muy público. Otros le agradecen la valentía y se acercan con historias personales de abusos cometidos por el mismo cura. Todos acusan a Finnlugh Mac Conastair, a quien llamaban padre Alfredo. Las tensiones internas de la camada de Varela, egresada en 1982, que venían siendo canalizadas por redes sociales y grupos de WhatsApp, explotaron en un asado en donde hubo 40 hombres, todos ex Newman, y sobre e final comenzó la conversación donde varios de los presentes admitieron haber sido víctimas del padre Alfredo.
Escuela de funcionarios
Para el colegio fundado en 1948 por la congregación católica de los Irish Christian Brothers, nunca había sido tan difícil mantener el perfil bajo, una característica que, coinciden directivos y ex alumnos, siempre les gustó tener y que se vio vulnerada por primera vez el 22 de noviembre de 2015, cuando Mauricio Macri, un egresado de la camada 76, fue elegido presidente de la Nación. La estructura del nuevo gobierno empezó a llenarse de nombres y apellidos y la lista de ex alumnos en posiciones de poder fue creciendo: Alfonso Prat Gay; Jorge Triaca; Emilio Basavilbaso, y José Torello, son algunos de los nombres que pueden verse en la lista de egresados del Newman, y son los que se ufanan de “pertenecer” a ese “prestigioso” colegio.
Hoy, la función de los pocos brothers que quedan en el colegio es sólo simbólica. En la década del 90, la necesidad de tener más profesores para una currícula moderna y la baja en la cantidad de vocaciones en el mundo hicieron que fuera cada vez más difícil abastecer de hermanos irlandeses a las instituciones de la congregación, y el colegio empezó una transición que ya está completa. El director y los profesores son laicos y hay una gestión compuesta por ex alumnos, padres y madres. Son 1.100 alumnos –Alberto Olivero, su actual director, los llama “familias”–, que cursan todos los días de 8 a 16. El 30 por ciento de los alumnos viene de la Capital, otro treinta de San Isidro y alrededores y el resto de la zona norte, de Tigre a Pilar. A diferencia de otros colegios tradicionales, como el Champagnat y el Northlands, que se hicieron mixtos, el Newman sigue siendo exclusivo para hombres y no hay planes para que eso cambie, lo cual, evidentemente, sigue siendo una fuente de posibilidades de que los abusos sigan ocurriendo, hoy como ayer.