El gobernador Omar Perotti y su antecesor Miguel Lifschitz protagonizaron un nuevo contrapunto en las últimas horas, esta vez por la obra pública. Perotti acusó a Lifschitz de entregarle la provincia con “obras paradas desde diez meses antes de nuestra llegada y que estaban sin pagar”; el socialista le contestó que la provincia tiene más de 40 mil millones de pesos en plazos fijos “por lo que no se explica por qué las obras no se terminan en tiempo y forma”.
La nueva polémica empezó el martes cuando Perotti hizo cuestionamientos al ex mandatario en el marco del acto conmemorativo por el Día de la Construcción, en Santa Fe. Allí el actual gobernador señaló que al momento de asumir al frente de la Casa Gris “había obras paradas desde hacía diez meses y que estaban sin pagar, una serie de obras paralizadas o neutralizadas y sin dinero para hacer frente a 6 mil millones de pesos (de deuda). Desde allí tuvimos que arrancar y se empezó a pagar, se consolidó y estamos en marcha con obras en toda la provincia pagando en tiempo y forma”.
“Solamente aquí, en la jurisdicción de Santa Fe, está prevista una inversión de más de 2 mil millones de pesos entre licitaciones y adjudicaciones desde hoy hasta fines de diciembre”, apuntó el gobernador.
En ese marco, Perotti mencionó una serie de cifras que dan cuenta de una incipiente recuperación económica: “Se registró un récord en el consumo de bolsas de cemento de 50 kilos. En septiembre de este año, en plena pandemia, fue mayor al que se había establecido en el año 2014. Este año se vendieron 56.891 toneladas en bolsas de 50 kilos, contra 56.834 de setiembre de 2014”.
Según el gobernador, eso se debe al repunte “en la construcción privada, alentada por el gobierno provincial y nacional. Y que, a pesar de las dificultades en la obra pública, cuando se mide el consumo de cemento a granel, está solo un 8% debajo del consumo interanual, en una marcada recuperación”.
“El 2021 será un año con muchas obras y por eso queremos contar con un presupuesto en el que se van a priorizar las obras que tienen un impacto decisivo en la salud, como son las obras de agua, cloacas, viviendas, desagües. Obras que ayudan en la salud y generan trabajo intensivo”, concluyó el mandatario provincial.
Respuesta de Lifschitz
El ex gobernador y actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia contestó este miércoles las críticas lanzadas por Perotti: sostuvo que la provincia tiene más de 40 mil millones de pesos en plazos fijos “por lo que no se explica por qué las obras no se terminan en tiempo y forma”.
“La gente votó a Perotti para que las obras se hagan y se terminen las empezadas. La provincia tiene más de 40 mil millones de pesos en plazos fijos, por lo que no estaba quebrada en absoluto. Tiene cuentas que están en perfecto estado, una caja como nunca antes y no se explica el motivo por el cual las obras no se terminan en tiempo y forma, como tampoco por qué no se ponen en marcha nuevas obras”, agregó Lifschitz.
Además, el líder socialista criticó que el gobierno de Perotti “no presentó nuevos proyectos de infraestructura pública”, por lo que pidió “que se dediquen a gobernar”.
Deuda heredada
Los cruces políticos entre oficialismo y oposición no son nuevos. Dominaron buena parte de la larga transición durante 2019 y los primeros tres meses de gestión del nuevo gobierno, hasta que la pandemia del coronavirus estalló con fuerza en la provincia y se convirtió en la principal prioridad de la Casa Gris.
Hacia mediados de mayo, luego de una larga negociación, la provincia selló un acuerdo con las empresas contratistas nucleadas en la Cámara de la Construcción para cancelar las deudas heredadas de la gestión Lifschitz a través de bonos y cheques diferidos. Ese acuerdo implicó unos 6 mil millones de pesos para el gobierno provincial y a partir de allí se comenzó a reactivar tímidamente la actividad de la construcción, prácticamente paralizada desde junio de 2019.
El decreto firmado el 12 de mayo por el gobernador Perotti dispone la emisión de bonos, pagarés y cheques de pago diferido para cancelar las deudas que mantiene la provincia con empresas contratistas y otros proveedores del Estado. Ese acuerdo fue posible a partir de las herramientas incluidas en la Ley de Necesidad Pública, sancionada el 31 de marzo por la Legislatura a pedido del nuevo gobierno.
Entre los fundamentos de aquel decreto, el gobierno señaló que “las variables económicas financieras críticas” de la provincia al asumir la actual gestión “se han visto singularmente agravadas” por la pandemia del coronavirus. Y agrega que “dicha situación afecta con igual fuerza tanto al sector público como al privado, lo cual hace necesario diseñar en este marco un instrumento con finalidad cancelatoria de deudas”.
Se pica el debate
El nuevo entredicho entre el gobernador y su antecesor se produce luego de algunas semanas de tensa calma durante las cuales parecía empezar a suavizarse la relación entre oficialismo y oposición. De hecho, en los últimos días de octubre Perotti y Lifschitz se reunieron a solas en Rosario para dialogar sobre las leyes que necesita el Ejecutivo: entre las más importantes, el presupuesto 2021, la nueva ley tributaria y la creación el programa Santa Fe Más Conectada.
Para el oficialismo resulta vital contar con el aval del Frente Progresista en la Legislatura. El PJ domina el Senado –tiene 12 representantes sobre un total de 19–, pero es minoría en la Cámara de Diputados donde solo cuenta con siete bancas sobre 50. Allí el Frente Progresista es mayoría y tiene 28 diputados.
En el último encuentro que mantuvieron el gobernador y su antecesor dialogaron sobre los proyectos que deberá abordar la Legislatura en los próximos días y, tras la foto de la reunión entre Perotti y Lifschitz, sobrevino un período de relativa calma.
Pero la semana pasada, con la renovada discusión sobre el sistema electoral y la posibilidad de suspender las primarias de 2021 por la pandemia –una idea a la que adhiere Perotti–, los cruces políticos volvieron al centro de la escena. Ahora, las acusaciones cruzadas en torno al manejo de la economía y las deudas de la obra pública, le agregan un poco más de picante a una relación de por sí tensa. En las próximas horas, cuando la Legislatura comience a debatir las leyes que pide el gobierno, se podrá comprobar si hubo algún nivel de acuerdo entre ambos líderes o si todo quedó en una simple foto.