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Nuevo júbilo, nuevo ruido: lo que dejó Patti Smith

La cantante visitó por tercera vez la Argentina. En dos días cerró su gira latinoamericana con un concierto en el Luna Park, brindó una conferencia de prensa y un concierto íntimo en el Centro Cultural Kirchner, y se reunió con el presidente electo Alberto Fernández

Lucía Rodríguez
Especial para El Ciudadano

Patti Smith habita el escenario del Luna Park con la comodidad de quien está en el living de su casa. Se rodea de su familia, sus compañeros de toda su vida musical. Lenny Kaye y Tony Shanahan la escoltan, su hija la mira desde el costado del escenario y sube cuando su madre se lo pide. Entran todos al mismo tiempo, nadie se hace esperar. También hay lugar en la mesa para los muertos amados, ella los invoca. A su amor Fred Sonic Smith, “su novio en el cielo” a quien le dedica “Because the night”. A los desaparecidos en “Beneath the southern cross”, a los pueblos originarios, arrasados y ultrajados en “Ghost dance”, invoca a los trabajadores en “My bakean year”. Sus 72 años no se ven, sólo se percibe la energía de un cuerpo joven, la potencia de quien durante décadas le cantó a generaciones enteras “Usá tu voz”, una verdadera invitación a la emancipación.

 

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This is the last night of our tour, in Buenos Aires. Same sweaty clothes. New jubilation. New noise.

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El jueves 21 de noviembre Patti Smith visitó por tercera vez Argentina. Fue la primera vez que lo hizo junto a su banda. Estuvo dos días  y cerró su gira latinoamericana después de visitar Brasil, Chile y Uruguay. Menos de doce horas después del concierto, la cantante estadounidense se reunió con el presidente electo Alberto Fernández junto a su hija Jesee Paris y a Rebecca Foon, cofundadoras de la ONG Pathway to Paris, que trabaja en favor de combatir el cambio climático. Luego, dio una conferencia en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y brindó un recital para periodistas y personalidades de la cultura.

Gesto de amor

La visita de Patti Smith al país aparece en una época de reparaciones simbólicas. Las reacciones de emoción hace algunas semanas por la foto del presidente electo Alberto Fernández con una gorra puesta y abrazado a Brian Gallo, autoridad de mesa de Moreno que durante las elecciones nacionales fue atacado en redes sociales, fue la primera de ellas. Un gesto de amor. Y una poeta como Patti Smith sabe lo que significa para los pueblos un gesto, una palabra, una canción.

Entre poesías y elogios, Alberto Fernández recibió a la cantante Patti Smith

El concierto del jueves conmovió a cinco mil personas hasta las lágrimas. Un magnetismo eléctrico sostenido por su banda conformada por Jay Dee Daugherty en batería, Tony Shanahan en bajo y teclados y, Lenny Kaye y Jack Petruzzelli en guitarras; la tienen a ella de vocera. Patti, baila, mueve los brazos, escupe el escenario, se ríe con el canto “Olé olé olé, Patti, Patti”, le dice al público “ustedes son mi concierto”.

“Dancing barefoot” y “Redondo beach” abrieron un show con una lista de canciones esperadas, conocidas y cantadas por su público para darle paso a “Ghost dance” de su disco Easter de 1978, que compuso dedicada a los indígenas masacrados y desplazados en Estados Unidos en el siglo XIX. “Hoy nuestros indígenas son masacrados y desplazados, y sus tierras son tomadas y quemadas. Tenemos que unirnos y defender a nuestros indígenas”, dijo antes de tocarla. Una vez más es el presente el que interpela al pasado, el que le exige y lo actualiza.

Un momento explosivo de la noche fue el cover de Midnight Oil “Beds are burning”, en el que ella comenzó recitando: “Están derritiendo Groenlandia/están incendiando Portun/están quemando California/están quemando el bosque de Australia/la tierra calentándose y los icebergs brillando/derritiéndose como los huesos de santos en el sol”. Este himno ecologista insiste en el interés y la preocupación de Patti Smith en acompañar la concientización por el calentamiento global, no desde una perspectiva individual sino desde el activismo y la militancia política ciudadana, acudiendo a los canales de comunicación y participación que habilitan la democracia.

La furia y denuncia llegaron con “Free Money”. La entrega de Patti Smith fue total, sus gritos y su rabia, claramente, se dejan interpelar por su entorno, por esta Latinoamérica en contexto de ebullición y crisis política que ella recorrió en los últimos meses.

El descanso de Patti no implicó el cese de la música. Mientras ella se recuperaba, su banda junto a Jimmy Rip, músico de Television que vive actualmente en Buenos Aires tocaron “I’m free” de los Rolling Stones y “Walk on the wild side” de Lou Reed para dar paso a uno de los momentos más conmovedores de la noche: el cover de Neil Young incluido en el disco Banga (2012), “After the gold rush”, acompañada solamente por el teclado de Shanahan, brindando la sensación de unidad en la fascinación. Un sentimiento de comunión a través de la música.

Los clásicos “Pissing in a river”, “Because the night” y el himno con el que irrumpió en los 70, el cover de Van Morrison titulado “Gloria” en el que anunciaba: “Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos”, acercaban al final. La madrina del punk, esa mujer poeta y música de 72 años recorrió el escenario y miró a su público, tomó una whiphala entre la gente y se la enrolló en la muñeca. Mientras, llevaba colgado en un bolsillo del jean el pañuelo verde por la legalización del aborto. Entiende de gestos, sabe lo que son las heridas de los pueblos, entiende la importancia de un cuerpo que se carga de insignias, de los colores que llevan las deudas con los derechos de los pueblos. Canta “People have the power” y el Luna Park vibra al unísono. “Usen su voz”, pide una vez más como lo viene haciendo desde sus comienzos, a esos que crecieron al calor de sus canciones, a quienes pudieron leer en su carrera, en sus actos, en su manera de afrontar el arte una posibilidad de libertad.

Pero eso no fue todo, y un concierto con una entrada no tan accesible no es lo único que dejó Patti Smith. Las imágenes junto al presidente electo Alberto Fernández, su preocupación por los jóvenes y por los reclamos del movimiento de mujeres y el pedido al próximo primer mandatario de comprometerse en trabajar por una unidad latinoamericana y con el acuerdo de París no son menores. Sin embargo, ningún pedido dejó de ser acompañado por un regalo: mirándolo a los ojos, Patti le cantó a capella “Wing” y le deseó, como dice su canción, “ser un ala azul”. “Haz el bien”, le pidió Patti apoyándole la mano en su mano. Otro verdadero gesto de amor.

Pathway to Paris, el compromiso una ciudad a la vez

El mediodía del viernes, después de su reunión con Fernández, la poeta y cantante dio una conferencia de prensa junto a su hija Jesee Paris Smith y Rebecca Foon, cofundadoras de Pathway to Paris, una ONG que busca sumar fuerzas y unir a los países en un compromiso efectivo con el Acuerdo de París para la reducción de gases de efecto invernadero.

La conferencia y recital en el CCK estuvo organizada por Kabinett, plataforma de Eduardo Constantini que visibiliza la urgencia del estado de crisis climática actual junto a artistas, músicos, cineastas y activistas.

https://www.youtube.com/watch?v=wAsuuFYGZd4&feature=emb_logo

Rebecca Foon, cofundadora de Pathway to Paris, explicó que trabajan para que mil ciudades se unan y en 2040 abandonen completamente el uso de combustibles fósiles. “Queremos comprometer a los ciudadanos porque somos nosotros quienes las habitamos y tenemos las herramientas para lograrlo”, explicó.

“Hay una urgencia climática, lo vemos todos los días y esta urgencia afecta sobre todo a las personas con menos recursos. Hay que actuar hoy, tomar acciones”, dijo Eduardo Constantini en su presentación como reciente representante de Pathway to Paris en la Argentina.

Patti Smith, que acompaña en este proyecto a su hija y habilita espacios para difusión de la problemática, explicó: “Estamos viendo la destrucción de nuestro ambiente, la contaminación de nuestros ríos, residuos tóxicos y todo en nombre del progreso, de la necesidad de trabajo, de poder llegar a fin de mes incluso. Nosotros tenemos que poder resetear nuestra mentalidad y hacer sacrificios. Los gobiernos no están haciendo nada, por eso son las personas desde el nivel comunitario que deben elevarse y concretar la acción”.

También conversó con periodistas sobre su encuentro con Alberto Fernández de quien dijo que era “razonable, con mucha escucha, así que estamos esperanzados”. Cuando le preguntaron si Fernández podría ser mejor presidente que Donald Trump respondió: “No es muy difícil ser mejor que nuestro presidente. Él nunca nos recibiría ni escucharía lo que Jesse, Becky o yo tenemos para decir”.

Por su parte Jesse Paris Smith hizo hincapié en el perfil ciudadano del proyecto, en la necesidad de percibirse como tales y de pensar en cada instancia participativa que tiene la democracia para generar cambio. En este sentido, contó una experiencia que hicieron en Nueva York en el 2017. Se trató de una movida para que los fondos de pensiones y jubilaciones se desinvirtieran en empresas de combustibles fósiles, y se invirtieran en empresas que trabajan a favor de las energías renovables. En ese momento organizaron un concierto en el que pidieron a los presentes que escribieran cartas y firmaran la petición para lograr la desinversión. El texto fue enviado al auditor general de Nueva York y después organizaron una audiencia pública en donde diferentes ciudadanos atestiguaron.

“A los pocos meses, la ciudad de Nueva York anunció que iba a desinvertir en todo lo vinculado con combustibles fósiles. Esta es la idea, ir más allá de las medidas individuales, apostar por la acción ciudadana, usar nuestra voz como ciudadanos”, explicó Jesse Paris Smith y agregó que disponen de una plataforma en la que los usuarios pueden firmar una petición que se dirige inmediatamente a los gobernadores de cada una de esas mil ciudades del objetivo 2040.

La presentación de Pathway to Paris en Buenos Aires culminó con un concierto en la Cúpula del CCK, con periodistas y personalidades de la cultura y la política como audiencia. Participaron Patti Smith, Jessie Paris Smith, la cellista Rebecca Foon, Lenny Kaye, Tenzin Choegal (músico tibetano e integrante de la ONG), Sebastián Salco y Juana Molina.

Patti Smith interpretó una versión desnuda de “Wing”, la conmovedora “After the gold rush” acompañada de Shanahan en el piano y para el cierre subieron todos al escenario a cantar “People have the power”. Durante la performance, bajó del escenario en busca de una niña, a quien invitó a cantar el estribillo, siempre amplificando las voces que suenan bajas.

En 48 horas Patti Smith instó al futuro presidente argentino a que trabaje por la unión de Latinoamérica y comprometió a los privados que muestran interés en problemáticas ambientales a que tomen el guante. Dos días de la vida de Patti a Argentina le hicieron más que bien.

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