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Nuevo sellado en Chernobyl

El sarcófago que envuelve el reactor está agrietado.

La conferencia de donantes celebrada ayer en Kiev reunió 550 millones de euros sobre los 740 millones que faltan para construir una nueva capa aislante en la central nuclear ucraniana de Chernobyl accidentada el 26 de abril de 1986.

“Las contribuciones anunciadas esta mañana permiten reunir, tras un nuevo cálculo corregido, la notable suma de 550 millones de euros” (785 millones de dólares), declaró el primer ministro francés, François Fillon, tras la conferencia de donantes que copresidió, ya que Francia es el actual presidente del G8.

El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, prometió que la Unión Europea entregaría 110 millones de euros, mientras que Estados Unidos prometió 123 millones de dólares (86 millones de euros).

Francia anunció una contribución de 47 millones de euros, Alemania de 42 millones, Gran Bretaña de 28,5 millones de libras (32,45 millones de euros) y Rusia de 45 millones de euros.

El presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, elogió el resultado “sin precedentes” de la conferencia.

El mandatario recordó que, para que Chernobyl se vuelva “ecológicamente seguro”, es necesario “construir un nuevo sarcófago alrededor del reactor accidentado, así como un depósito seguro para poner el combustible nuclear usado”.

El accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima “demostró que la seguridad nuclear ignora las fronteras nacionales”, añadió Yanukovich.

La unidad accidentada fue recubierta en 1986 con una capa de cemento, pero ésta, construida muy rápido, tiene ahora fisuras.

Representantes de más de 50 países participaron el martes en Kiev en una conferencia internacional de donantes para intentar reunir los 740 millones de euros (1.060 millones de dólares) que faltan para construir una nueva capa aislante en el reactor de la central nuclear ucraniana de Chernobyl accidentada en 1986.

La usina, a 100 kilómetros al norte de Kiev, fue escenario de la peor catástrofe nuclear de la historia, cuando su cuarto reactor estalló el 26 de abril de 1986, contaminando una buena parte de Europa, y en especial de Ucrania, Bielorrusia y Rusia.