El asesinato de Lucio Maldonado sorprendió, aun en época de crímenes por encargo, por su ferocidad: le metieron dos tiros por la espalda y uno en la nuca y lo tiraron una madrugada lluviosa en el inicio de la autopista a Buenos Aires, entre un cardal. En un bolsillo los ejecutores dejaron una nota, similar a otra hallada tras una agresión a tiros atribuida a Los Monos en la saga que tuvo como objetivo intimidar a funcionarios judiciales. Sin embargo, de entrada los investigadores sospecharon que pudo tratarse de un ataque de «falsa bandera», y que bien este mensaje escrito y que el cadáver fuera descartado cerca del bastión del clan Cantero, barrio La Granada, podían dirigir la pesquisa a otros rumbos. Ese nuevo horizonte trascendió en las últimas horas tras una serie de allanamientos que pusieron bajo la lupa a un histórico enemigo de Los Monos: Esteban Lindor Alvarado, histórico especialista en el rubro automotor, el mismo negocio con el que, afirman, Maldonado hizo multiplicar varias veces un modesto patrimonio.
Un video de una cámara de seguridad frente a la propiedad de Lucio Maldonado en barrio Tablada captó cuando este prestamista, hallado asesinado a tiros el martes 13 de noviembre pasado frente a Las Flores, fue chupado por otros cuatro. Se observa en esa madrugada del domingo 11 a Maldonado llegar en auto y ser interceptado secuestradores que bajaron de una Renault Kangoo. Tres de ellos lo toman y se lo llevan a la parte trasera del vehículo, donde abren la compuerta del furgón y de un empujón lo meten al interior del utilitario. Mientras otro de los atacantes se sube al auto de la víctima y sigue al resto de los captores. Esta evidencia fue el puntapié de la investigación que llevó a la pesquisa a revisar las cámaras de seguridad de la ciudad y determinar el recorrido: llegaron al paraje Los Muchachos, ubicado sobre la ruta A012, entre la 14 y la 18.
En ese pequeño lugar, jurisdicción de la localidad de Piñero y ubicado cerca de la estación ferroviaria abandonada del mismo nombre, al final hay una tranquera donde se ubica una finca que, según pudieron determinar los investigadores, pertenece a Esteban Lindor Alvarado, condenado a 6 años y medio de cárcel en territorio bonaerense por robo de autos y mencionado en forma recurrente como vinculado con el narcotráfico. Ello disparó un allanamiento donde se obtuvo documentación que derivó en otras medidas del mismo tenor. Hasta el momento no hay detenidos por el crimen, pero todo gira en torno de que este hombre que se encuentra en los últimos meses de libertad condicional en la causa mencionada pudo haber encargado el homicidio. En esa quinta había recibos de pago de expensas y servicios de un departamento donde vive el segundo jefe del área inteligencia antinarcóticos de la Policía de Investigaciones (PDI) de Santa Fe, quien fue apartado de su cargo. Ahora la pesquisa profundiza también sobre qué relación tiene el uniformado con Alvarado.
El perfil
Lucio Maldonado se mostraba en su perfil de Facebook con autos de alta gama, un helicóptero, armas, joyería y la imagen del icono narco Pablo Escobar. Surge del perfil su amor por los colores canallas y, según una leyenda urbana, no podía entrar al casino después de agarrarse a trompadas con un conocido ex jugador de Newell´s.
En la noche del sábado 10 de noviembre sus familiares lo vieron por última vez. El cuerpo fue hallado tres días después, en inmediaciones de bulevar Oroño y Circunvalación, frente al barrio Las Flores, con tres tiros, uno de ellos en la cabeza. Entre la ropa tenía un cartel que decía: «Con la mafia no se jode».
Una cámara de seguridad privada mostró cómo Maldonado era llevado por la fuerza alrededor de la 0.42 del domingo por cuatro hombres que lo empujaron hasta un utilitario frente a su casa de Garibaldi al 600, ubicada enfrente de la vivienda de su hermano.
Los domos municipales ayudaron a reconstruir el recorrido y saber que llegaron hasta el paraje Los Muchachos. La cámara también tomó cuando tres hombres volvieron hasta la casa de Maldonado, cerca de las 3 de la madrugada, y dejaron el Chevrolet Cruze de la víctima, después de estar una media hora dentro de la casa del prestamista.
El paraje Los Muchachos es muy pequeño y una de las últimas propiedades es una quinta que, según la investigación, es de Esteban Alvarado, alias Chuchino o Rengo, quien en los Tribunales santafesinos sólo cuenta en su prontuario con una condena, a tres años en suspenso, por el robo de un auto ocurrido once años atrás. En la quinta sólo había un casero que no estaba en el momento de la irrupción policial, aunque se encontró documentación que derivó en otras medidas judiciales.
También allanaron una casa en Almafuerte al 1400 (Alberdi al 800 bis). Este lugar de la zona norte era el domicilio que fijó Alvarado en la causa penal ante los Tribunales de San Isidro por la que cumple condena, pero no estaba. En su lugar encontraron a otra persona que dijo haber comprado la propiedad a Alvarado.
Hasta lo que se sabe, parece no haber notificado el cambio de domicilio a la Justicia bonaerense, que lo penó en esta causa conocida como la Banda de los Rosarinos. Los procedimientos siguieron en la casa de Rosa C., la esposa de Alvarado, en el country Funes Hills.
Una hermana y el cuñado de Alvarado están con prisión preventiva desde junio pasado, luego de que el Tribunal Oral Federal Nº 3 se las prorrogara en el marco de una causa narco originada en diciembre de 2014, que desbarató una banda destinada a proveer de droga de alta calidad, algunas de ellas de diseño, a sectores de buen poder adquisitivo de la ciudad. El juicio por este caso no tiene fecha prevista aún.
El policía
También fue allanado un departamento en avenida Central Argentino 180, frente al shopping Alto Rosario. Hasta el condominio se llegó porque en la quinta encontraron pagos de expensas y servicios de esa propiedad. Al allanarla descubrieron que allí vivía el segundo jefe de inteligencia antinarcótidos de PDI, identificado como Javier Makhat, a quien el Ministerio de Seguridad separó preventivamente del cargo.
El uniformado, quien según fuentes del caso se había desempeñado a principios de esta década en la ex Drogas Peligrosas y luego hizo lo propio en la Delegación Tribunales, aseguró que ese departamento se lo compró a un médico, dijeron fuentes del caso, y que lo había adquirido con dinero de su esposa, ya que su familia vivía en el condominio. Aseguró tener la escritura y es documentación que aún no fue evaluada por quienes están al frente de la pesquisa, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra. Por el momento no hay elementos que acrediten alguna vinculación con el crimen, aclararon los investigadores.
Las hipótesis
Los fiscales provinciales brindaron una conferencia de prensa en la mañana de este viernes sobre más de una docena de allanamientos que se hicieron un día antes en el marco del caso Maldonado, y de los que tomaron parte la Tropa de Operaciones Especiales provincial, además de la Policía Federal y Prefectura Naval.
Los investigadores libraron las ordenes con el objetivo de recuperar documentación y secuestrar teléfonos, aunque no pidieron detenciones. De los procedimientos sólo una persona quedó bajo arresto, porque en su domicilio se secuestró un arma. Será sometido a una audiencia imputativa por tenencia de una pistola calibre 32, aunque es una causa independiente al crimen.
La Fiscalía tiene indicios de quién pudo estar detrás del crimen, pero investigan varias líneas respecto del móvil, dijeron los funcionarios durante la conferencia. En cuanto a Maldonado explicaron que no hay investigaciones abiertas en su contra, aunque tuvo causas viejas en el viejo sistema. Las veces que lo allanaron no encontraron armas y actualmente no estaba vinculado con ninguna banda, al menos dentro de la investigación, explicó Edery.
Otro dato que se conoció respecto de la víctima es la realización una importante cantidad de viajes al Paraguay con un ex policía condenado en el juicio por asociación ilícita a la banda de Los Monos. Según la información que circuló, los viajes tenían como fin la compra de ropa.