Proveniente de Cuba, el presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, iniciará hoy una histórica visita oficial de dos días a la Argentina, que contemplará un encuentro bilateral con su par Mauricio Macri y un homenaje a las víctimas de la última dictadura. Obama estará protegido por un megaoperativo de seguridad, el que incluirá cortes de calles, despliegue de efectivos locales y norteamericanos, traslados en vehículos especiales y blindaje en el Palacio Bosch, donde se hospedará. Incluso, tras los atentados en Bruselas, el gobierno de Macri anunció medidas de seguridad adicionales.
Agenda y señales
La visita del mandatario norteamericano –la sexta de un jefe de la Casa Blanca al país– es un gesto clave de Estados Unidos hacia la Argentina luego de la asunción de Macri en la presidencia en diciembre pasado, tras una década de chispazos políticos y diplomáticos entre Washington y Buenos Aires.
Comercio, lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, así como la desclasificación de archivos secretos sobre la dictadura argentina, serán algunos de los temas que se cristalizarán en acuerdos que suscribirán los integrantes de ambos gobiernos hoy por la mañana en el Palacio San Martín.
El combate al terrorismo adquirirá relevancia en las declaraciones públicas de ambos jefes de Estado, luego de varios ataques simultáneos en la capital de Bélgica, Bruselas, que dejó al menos 34 muertos y 200 heridos en el aeropuerto internacional de la ciudad y en una céntrica estación de subterráneo cercana a las instituciones de la Unión Europea.
Tras la rúbrica de los acuerdos, Obama será recibido por Macri en la explanada lateral de la Casa de Gobierno para así hacerlo ingresar por la Galería de los Bustos, desde donde se trasladarán hacia el Salón Blanco para dejar registrado ante las cámaras el saludo oficial entre ambos mandatarios.
Luego, mantendrán un encuentro bilateral y, para cerrar la primera etapa de la actividad oficial, brindarán una conferencia de prensa conjunta en el Salón Blanco ante los más de 150 periodistas de distintas nacionalidades que se acreditaron.
Por la noche, el presidente homenajeará al visitante con una cena de honor en el Centro Cultural del Bicentenario (ex Centro Cultural Kirchner), en lo que será la primera actividad en ese lugar desde que fue cerrado ni bien asumió Macri y luego de la polémica por las decenas de despidos.
En tanto, mañana, 24 de marzo, en coincidencia con el aniversario número 40 del último golpe de Estado, Obama encabezará un homenaje a los detenidos-desaparecidos en el Parque de la Memoria junto a organismos de derechos humanos.
Horas después partirá rumbo a la ciudad rionegrina de Bariloche para descansar allí hasta la noche y emprenderá luego el regreso hacia la Casa Blanca.
Uno de los principales objetivos del gobierno es que la visita oficial de Obama “se traslade a una confianza en lo económico” y así la Argentina atraiga inversiones productivas de la mano de capitales estadounidenses.
Visita blindada
Dentro de la comitiva que acompaña a Obama en su visita a la Argentina están incluidos varias decenas de agentes del Servicio Secreto de los Estados Unidos, que se sumarán a los más de 300 uniformados que arribaron a Buenos Aires en los últimos días para preparar el esquema de seguridad y acordar el operativo conjunto con el gobierno argentino.
Incluidos en ese despliegue también hay un Boeing C40C y 11 Boeing C-17, Globemaster III, así como un helicóptero Marine One y seis de guerra Black Hawk (Halcones negros), estos últimos apostados en la base aérea de El Palomar.
En el espacio aéreo argentino habrá más custodia: mientras la Casa Blanca asignó cuatro cazas F-16 para proteger a Obama, la Argentina sumó al operativo dos aviones Pucará y dos Pampa.
El Ministerio de Defensa informó además que “el Comando Aeroespacial, perteneciente al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, lleva adelante un operativo especial para preservar el espacio aéreo durante la visita del primer mandatario estadounidense al país”.
En tierra, dos limusinas, Cadillac One y Two TTS, serán los vehículos oficiales que trasladarán al jefe de la Casa Blanca en su visita a la Argentina, que estarán acompañados por varias camionetas en las que viajarán los escoltas del Servicio Secreto.
Ambos autos de lujo, a los que se pudo ver cargando nafta en una estación de servicio del barrio porteño de Retiro, cuentan con extremos mecanismos de seguridad: blindaje completo que resiste impactos de cualquier tipo de proyectil e incluso puede soportar ataques con explosivos, químicos y hasta nucleares.
Además, las dos limusinas poseen en su interior tanques de oxígeno y una pequeña reserva de sangre del grupo y factor del presidente estadounidense.
Durante su paso por Buenos Aires y Bariloche, el presidente de Estados Unidos estará custodiado y protegido por unos 1.200 efectivos de la Policía Federal, que estarán a pie, en patrulleros, motos y helicópteros.
También se desempeñarán uniformados de la Gendarmería, Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, a la vez que tendrán su lugar las fuerzas porteñas: la Policía Metropolitana y la de Río Negro.
En lo que respecta a la zona circundante a la Casa Rosada, el operativo conlleva un amplio vallado que evitará la circulación de vehículos por el microcentro porteño, mientras que varias estaciones de subte permanecerán cerradas hasta la medianoche del jueves.
En el marco de la visita y ante la eventualidad de alguna urgencia médica, Obama tendrá a su disposición dos médicos: el personal, que depende de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos; y uno argentino, contratado por la Embajada de ese país en la Argentina.