El presidente demócrata Barack Obama, que desde hoy enfrentará a un Congreso dominado por los republicanos, que tratarán de combatir sus reformas, pidió que no se echen por tierra los logros de su gestión, especialmente en el plano económico.
“Pienso que va a haber juego político, eso es lo que pasa en Washington”, dijo Obama a periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One, que lo llevó de regreso desde Hawai, donde pasó 10 días de vacaciones con su familia.
“El país comenzó a realizar buenos progresos en materia económica luego de sufrir la peor crisis desde la Gran Depresión de 1930”, agregó.
“Espero que reforcemos esos progresos”, agregó el mandatario demócrata, quien apeló personalmente a los máximos líderes republicanos del Congreso, el presidente de la Cámara baja, John Boehner, y al líder opositor en el Senado, Mitch McConnell.
Los republicanos “van a tratar de hacer su juego durante cierto tiempo, pero tengo bastante confianza en que van a reconocer que nuestro trabajo es gobernar y asegurarnos de estar generando empleos para el pueblo estadounidense y creando una economía competitiva”, afirmó.
El presidente estadounidense deberá gobernar a partir de hoy con un nuevo Congreso dominado por la oposición republicana, que ya prometió complicarle la segunda parte de su mandato e intentar evitar su reelección.
Por su parte, los republicanos anunciaron anteayer que el 12 de enero –antes incluso del tradicional discurso sobre el Estado de la Unión que se prevé pronuncie Obama a fin de mes– planean celebrar una votación en la Cámara baja para derogar la reforma de salud aprobada el año pasado.
La norma fue el mayor logro político y legislativo de los dos primeros años de presidencia del demócrata, pero polarizó al país y fue unánimemente rechazada por los republicanos.
Otro campo de batalla serán la deuda pública y el déficit presupuestario, considerados excesivos por los republicanos, en especial por el movimiento ultraconservador Tea Party, que fue el motor de la victoria opositora en noviembre y que hoy instalará en la Cámara baja a decenas de representantes afines.
Cabe destacar que, ante este panorama, los analistas coinciden en que se acabó en buena parte para Obama la era de impulsar grandes reformas como la sanitaria y que a partir de ahora deberá consolidar un giro hacia el centro, concentrándose en medidas más pequeñas y sobre todo orientadas a la situación económica y la reducción del desempleo. Se trata de una concesión al Tea Party, que al fin y al cabo logró colocar a 40 de sus candidatos en ambas cámaras del Congreso, y una prueba a la vez del creciente peso que este movimiento ultraconservador puede adquirir en la política nacional, pese a no contar con un amplio apoyo nacional.