El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, anunció ayer la renuncia de su secretario de Defensa, Chuck Hagel, quien sin embargo permanecerá en el cargo hasta que el Senado confirme el nombre de su sucesor. El adelanto de la salida del funcionario llega luego de menos de dos años en el cargo, marcados por las tensiones con los asesores de seguridad de la Casa Blanca por su visión para las Fuerzas Armadas del país.
En una aparición conjunta ante la prensa en la Casa Blanca, Obama elogió el desempeño en su cargo de Hagel, el único miembro republicano de su gobierno, y dijo que ambos habían acordado que era “el momento apropiado para que completara su servicio”.
Hagel, de 68 años, es el primer miembro del gabinete de Obama que deja su puesto desde la debacle electoral del gobernante Partido Demócrata en las elecciones legislativas del 4 de noviembre pasado, en las que los republicanos se hicieron con el
control total del Congreso.
Su renuncia llega, además, en momentos en que el equipo de seguridad nacional de Obama lidia con múltiples crisis internacionales, incluyendo la lucha contra el Estado Islámico (EI) en Siria e Irak y las tensiones con Rusia por el conflicto separatista en el este de Ucrania.
“Chuck Hagel se entregó a nuestra seguridad nacional y a nuestros hombres y mujeres de uniforme a lo largo de seis décadas”, señaló Obama sobre el renunciante jefe del Pentágono, quien peleó en Vietnam y fue el primer veterano que llegó a titular del Departamento de Defensa.
Pero la prensa norteamericana afirmó que Hagel se fue bajo presión, sobre todo del selecto círculo de altos asesores en seguridad del presidente.
Según The Washington Post, The New York Times y CNN, entre otros medios, los asesores de la Casa Blanca no confiaban en la capacidad de Hagel para comunicar las posiciones del gobierno y hasta se habían quejado de no verlo muy activo o involucrado en las reuniones de gabinete y otras discusiones de seguridad.
En lo que pareció un esfuerzo de Obama por refutar esas críticas, el presidente dijo ayer que Hagel “siempre me fue de frente” durante sus conversaciones privadas en el Salón Oval.
Pero Hagel también expresó, en privado, sus frustraciones con la Casa Blanca.
Hace unas pocas semanas, envió una carta a la asesora de seguridad nacional, Susan Rice, en la que dijo que Obama necesitaba articular una visión más clara del enfoque de su gobierno respecto a cómo tratar con el presidente sirio, Bashar Al Assad.
La carta, que se filtró a la prensa, indignó a funcionarios de la Casa Blanca, informó CNN.
El nombre que más fuerte sonaba para reemplazar a Hagel es el de Michele Flournoy, quien fue jefa de política del Pentágono durante los tres primeros años del primer mandato de Obama.