El presidente estadounidense Barack Obama exhortó al presidente yemenita Alí Abdalá Saleh a ceder el poder «inmediatamente», después de tres días de enfrentamientos en Saná entre las fuerzas gubernamentales y miembros tribales que causaron 44 muertos.
«Llamamos al presidente Saleh a cumplir con su compromiso de transferir el poder», dijo Obama en una conferencia de prensa en Londres, donde se encontraba este miércoles antes de desplazarse a Francia para participar en la cumbre del G8.
No es la primera vez que Estados Unidos lanzan un llamamiento de este tipo a Saleh, considerado hasta el inicio de la revuelta contra su régimen a finales de enero, como un aliado de peso de Washington en la lucha contra Al Qaida, bien implantada en Yemen.
La jornada del martes fue particularmente sangrienta después de que un misil impactara en el barrio de Al Hasaba, bastión al norte de Saná del más poderoso de los jefes tribales yemeníes, el jeque Sadek al Ahmar, líder de la tribu de los Hashed.
Este disparo y los posteriores combates alrededor de este bastión tribal, que acogía además una reunión de jefes tribales, causaron 38 muertos, según partidarios del jeque Al Ahmar, que se ha convertido en una bestia negra para el régimen yemení desde su adhesión al movimiento de contestación.
Para los analistas, estos combates fueron provocados por los partidarios de Saleh, que decidió aferrarse al poder a toda costa al negarse el domingo a firmar el plan de salida de la crisis propuesto por los países del Golfo, que preveía la formación de un gobierno de reconciliación, junto a la oposición, y la dimisión del presidente en un plazo de un mes, a cambio de inmunidad para Saleh y los suyos.
«Ante este bloqueo que él mismo ha creado, Saleh ha optado por la estrategia del caos», estimó Frank Mermier, especialista francés de la situación en Yemen, quien no descartó que Saleh trate de que los países del Golfo propongan un nuevo plan de paz mucho más ventajoso para el aún presidente. El gobierno alemán emplazó este miércoles a Saleh a aceptar el plan de paz propuesto por los países del Golfo.
Los combates continuaban este miércoles por tercer día consecutivo y los partidarios de Al Ahmar lograron tomar el control de varios edificios públicos de Saná, entre ellos la agencia oficial de noticias SABA, indicaron testigos. Al Hasaba permanecía aislado este miércoles y la situación era sumamente tensa, con muchos civiles intentando esconderse para protegerse.
Los partidarios de Al Ahmar también ocuparon las oficinas de la compañía nacional aérea Yemenia tras haber intentado tomar el ministerio de Interior, según testigos. Ante la tensa situación en la capital, muchos de sus habitantes intentaban huir de la ciudad, donde hay cada vez más cortes de electricidad o agua.
La gente huía principalmente hacia el sur del país, ya que quienes intentaban dirigirse hacia el norte encontraban en su camino puestos de la Guardia Republicana que les advertía que tal vez no se los autorizara a regresar. Los enfrentamientos estallaron el lunes, al día siguiente de que Saleh se negase a firmar el acuerdo de transición pacífica del poder, y dejaron seis muertos. En la tarde del martes, Sadek Al Ahmar acusó a Saleh de intentar provocar «una guerra civil» para mantenerse en el poder.
Ahmar, uno de los 10 hijos del fallecido jeque Abdalá Al Ahmar, quien fuera el principal aliado de Saleh, está en condiciones de movilizar a más de 10.000 hombres armados, según fuentes tribales. El presidente yemení había amenazado el domingo por la noche a la oposición con una «guerra civil» y rechazó firmar el acuerdo de salida de la crisis elaborado por el Consejo de Cooperación del Golfo.