Los datos del empleo en Estados Unidos en diciembre pasado, según el informe mensual del Departamento de Trabajo, trajeron ayer cierto alivio: la baja de dos décimas dejó una cifra de 8,5 por ciento de desempleo, mejor de lo esperado por los analistas, que aguardaban un 8,6. Se trata también del nivel más bajo desde febrero de 2009. “Hubo más empleos creados en el sector privado en 2011 que en cualquier año desde 2005”, dijo el presidente Barack Hussein Obama, quien, sin embargo, evitó cualquier triunfalismo, y recordó que “muchos sufren todavía” por la recesión de 2007-2009, que destruyó 8 millones de empleos.
El indicador de empleo confirmó que el sector privado es el motor, con 212.000 contratados firmados en diciembre de 2011, frente a los 120.000 en el mes anterior y los 12.000 destruidos en el sector privado.
A pesar de los números, la imagen de la economía estadounidense sigue siendo ambivalente y los analistas se preguntan si el ritmo de contratación de los últimos meses se sostendrá en 2012, más allá de las expectativas un tanto desconfiadas de una posible aceleración.
Todos los sectores de actividad registraron creación neta de empleos en diciembre pasado, con excepción del sector público, que continuó eliminando empleos (12.000, 40 por ciento menos que en noviembre).
Los datos oficiales muestran que durante 2011, el empleo avanzó por primera vez en cuatro años. Luego de una baja de 0,6 por ciento en 2008; 4,4 en 2009 y 0,8 en 2010, aumentó 1 por ciento en 2011, según cifras que serán revisadas en los meses venideros.
De los 11,8 millones de puestos de trabajo perdidos durante la crisis, el país recuperó 5,4 millones desde el primer trimestre de 2010, de acuerdo con el Departamento de Trabajo.
A diez meses de las elecciones presidenciales, estas cifras, y sobre todo la evolución que se dibuja, deberían aportar argumentos a la campaña del presidente Obama para su reelección, sometido a fuertes críticas de la oposición republicana sobre el frente económico.
No obstante, las cifras oficiales muestran que el descenso del desempleo se explica también por el hecho de que muchas personas dejan de buscar trabajo: en diciembre pasado, la tasa de participación de la población económicamente activa, que mide las personas en edad de trabajar empleadas o en busca de empleo, se ubica en 64 por ciento, 0,3 puntos menos que hace un año, y muy cerca de su nivel más bajo en 30 años.
Existen además, según los datos oficiales, 8,1 millones de personas que trabajan a tiempo parcial porque no pueden encontrar, como querrían, un empleo de tiempo completo.
