El Congreso estadounidense, que no tuvo tregua de fin de año, adoptó al final anteanoche una ley para evitar el llamado abismo fiscal, que habría provocado subidas de impuestos y recortes de gasto público, y que significó una victoria para el presidente Barack Hussein Obama frente a los republicanos. Sin embargo, apenas si tendrá tiempo para festejar. Dentro de unas semanas se vienen otros problemas importantes para la economía, entre ellos fijar el techo de la deuda del país, una nueva batalla legislativa en el primer trimestre del 2013.
Obama apenas si paladeó su victoria. Todavía quedan cuestiones pendientes para la economía estadounidense, como las medidas de recorte del gasto público, aplazadas dos meses, y que provocarán probablemente un nuevo enfrentamiento entre la Casa Blanca y los republicanos. Por el momento, Obama consiguió, tan sólo dos meses después de su reelección, una victoria política con una ley que pone fin a las ventajas fiscales para los más ricos heredadas de la presidencia de su predecesor, el republicano George W. Bush.
En su alocución en la Casa Blanca, poco antes de la medianoche del 1º de enero, luego de la decisión del Congreso que mantuvo en vilo a los norteamericanos, Obama no se olvidó de los duros desafíos que tiene por delante y advirtió a sus adversarios que no permitirá que se ponga en duda la necesidad de aumentar el techo de la deuda, una medida a la que se oponen los republicanos.
“Si el Congreso se niega a dar al gobierno de Estados Unidos la capacidad para pagar las facturas a tiempo, las consecuencias para la economía global serían catastróficas”, dijo el presidente.
En 2011, el conflicto con los republicanos sobre el techo de la deuda había llevado a la agencia de calificación financiera Standard and Poors a rebajar la nota de Estados Unidos.
Y todos volvieron a respirar
Obama, quien había interrumpido un día después de Navidad sus vacaciones en su Hawai natal para volver a Washington, y resolver esta nueva crisis con los republicanos, subió ayer al Air Force One para reunirse con su mujer y sus hijas en Honolulu y tener su brindis pospuesto.
La resolución de la crisis del abismo fiscal también llegó a tiempo para evitar el pánico en los mercados, especialmente en Wall Street, que volvió a abrir ayer después de las vacaciones de Año Nuevo.
El voto del Congreso fue recibido, además, positivamente por las principales bolsas del mundo que comenzaron a operar ayer en fuerte alza.
“Una de las principales promesas de mi campaña fue cambiar el código de los impuestos, demasiado sesgado hacia los ricos a expensas de los trabajadores americanos de clase media”, dijo el presidente. “Esta noche (por antenoche) hemos cumplido la promesa gracias a los votos de los demócratas y de los republicanos en el Congreso”, añadió triunfante.
Apenas 20 minutos antes, la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, aprobó un proyecto de ley que aumenta los impuestos para las familias con ingresos superiores a 450.000 dólares al año, un día después del voto favorable del Senado dominado por los demócratas.
A pesar de su rechazo a cualquier tipo de aumento de impuestos, una parte de los republicanos aceptó votar a favor de la medida para evitar el llamado abismo fiscal, que habría provocado una subida generalizada de impuestos combinada con importantes recortes en el gasto público, en particular en el presupuesto de defensa.
Números finales
Con 275 votos a favor y 167 en contra, la Cámara de Representantes puso así fin a dos semanas de enfrentamientos y negociaciones en Washington.
El martes pasado, el Senado se había reunido un primer día de año –por primera vez en los últimos 40– para aprobar el proyecto de ley por mayoría (89 contra 8), gracias a un acuerdo entre el vicepresidente Joe Biden y el jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
Una vez que Obama promulgue la nueva ley, el tipo impositivo para las familias con ingresos de más de 450.000 dólares al año pasará del 35 al 39,6 por ciento.