Las consecuencias del sedentarismo, la mala alimentación y la falta de conducta a la hora de comer son cada vez más visibles en la figura de los niños. Según cifras dela Organización Mundialdela Salud(OMS), en los últimos años se triplicaron los casos de obesidad infantil. El pediatra y médico de adolescentes, Damián Leto, se refirió a la temática y aseguró que el problema fundamental es que “no se considera a la obesidad como una enfermedad”.
“La gente está acostumbrada a ir al médico especializado en las distintas cosas según la molestia que lo aqueje, pero no van al médico por casos de obesidad. No se minimiza una meningitis, no se minimiza una angina, una diabetes, pero sí la obesidad”, sostuvo Leto.
El especialista definió a la obesidad infantil como un aumento generalizado de la grasa corporal y especificó que “los métodos para cuantificarlo son el índice de masa corporal, el peso relativo y el pliegue cutáneo”. Sin embargo, aclaró que “sólo se trata de una definición física, orgánica, pero hay que tener en cuenta que tiene implicancias psicológicas muy importantes”.
“Hay sobrepeso cuando el peso relativo aumenta un 110 y 120 por ciento por arriba del peso promedio y hay obesidad cuando supera el 120 por ciento”, diferenció.
El 95 por ciento de las causas de la obesidad durante la infancia y adolescencia son multifactorial y surge por el resultado de una compleja interacción entre los factores genéticos, psicológicos, ambientales y orgánicos. En tanto, el otro 5 por ciento son causadas por síndromes poco comunes.
Respecto a las consecuencias de la obesidad, Leto aseguró que “se trata de una enfermedad silenciosa. El chico no nace gordo, nace con un peso normal. Hubo causas que lo llevan a eso y las secuelas son muy graves”.
“Las consecuencias físicas y las estéticas son terribles para un chico. El chico se ve gordo y no sabe cómo hacer para bajar de peso. No lo puede hacer si no tiene a alguien al lado”, detalló el especialista. Y agregó: “Desde el punto de vista metabólico, hay problemas cardiovasculares, aumento del colesterol y triglicéridos. También hay problemas ortopédicos y hasta de la piel”.
“La mayoría de estas consecuencias son a largo plazo. Si no fuera a largo plazo sería más fácil luchar contra la obesidad”, insistió.
Evitar y tratar de reducir la obesidad infantil no es una tarea sencilla, pero sí posible. Para esto es necesario mantener una dieta equilibrada, variada, realizar actividad física y un control permanente de los adultos. “Hoy en día se ven muchísimos chicos caminando con las gaseosas en la mano y no son dietéticas. La toman como agua y tienen un poder calórico altísimo. Y eso que no tocamos el tema de la actividad física, porque no hay dieta que sirva si no se hace una actividad física adecuada. Siempre hay que bajar calorías de más a través del ejercicio”, indicó el pediatra, al tiempo que lamentó que “últimamente, los chicos se pasan horas y horas frente a la televisión, frente a la computadora o con los videojuegos en lugar de emplear ese tiempo en una actividad física”.
Respecto a la cantidad de alimentos que deben ingerir los niños con problemas de sobrepeso, Leto dijo que “no existe una cantidad exacta de comida, pero sí hay que tener en cuenta los alimentos que no se deben dejar fuera de la dieta”.
“Todos los niños tienen que comer carne roja al menos una vez por semana, abundante cantidad de verduras y al menos dos frutas por día”, detalló. Y agregó: “El chico necesita nutrientes, necesita hidratos de carbono. Tiene que ser una dieta muy equilibrada, puntillosa. Salvo las pastas, batata y choclo que son las que más tienen hidratos de carbono, pueden comer toda la verdura que quieran”.