La Cámara Federal de Apelaciones de Rosario ordenó a una obra social sindical que brinde asistencia domiciliaria las 24 horas a una afiliada que padece una enfermedad motora grave y demencia senil. El recurso de amparo, presentado por los familiares de la mujer a mediados de 2013, había sido rechazado en primera instancia debido a que el neurólogo convocado por el juzgado confundió la prestación solicitada con las de acompañante terapéutico e internación domiciliaria.
La demandante es una mujer discapacitada de 86 años que sufre de Parkinson, deterioro de sus capacidades cognitivas y Alzheimer.
La medida cautelar fue solicitada en septiembre pasado por su hijo ante el Juzgado Federal Nº 2, secretaría “A”, de la ciudad, para que la obra social sindical proveyera a su madre, en forma inmediata, las dosis indicadas por su médico de quetiapina y memantina. Además, pidió que le brindaran el ciento por ciento de asistencia domiciliaria con el objeto de evitar la institucionalización.
La decisión de primera instancia fue hacer lugar sólo parcialmente a la medida cautelar presentada, ordenando la prestación farmacológica y rechazando el pedido de asistencia domiciliaria.
Las abogadas especialistas en Derecho en Salud Carina Mazzeo y Julia Canet, quienes además representan a la demandante, explicaron que la negativa por parte del juzgado fue originada “por una confusión entre las terminologías de acompañante terapéutico y asistencia domiciliaria”, lo que fue resuelto ahora por la Cámara de Apelaciones.
“Al ser cuestiones médicas complejas, con buen criterio el Tribunal convocó a un médico de su confianza que consideró competente en el tema. En este caso se llamó a un neurólogo y el profesional fue el que llevó a la confusión. La jueza no tiene por qué saber de especificaciones médicas. Si nosotras no nos dedicáramos a Derecho en Salud posiblemente tampoco las sabríamos”, señalaron las letradas.
