El mercado inmobiliario, estancado hacia finales del año pasado, repuntó sobre el final del primer semestre de 2015 gracias a un incremento de la confiabilidad de los ahorristas y de perspectivas económicas más alentadoras a nivel nacional, aseguraron desde el sector.
El amplio abanico de locales comerciales se vio ampliamente favorecido hacia la mitad del año gracias a una mayor injerencia de las empresas inmobiliarias, que establecieron de manera conjunta criterios para la renovación de alquileres, resignando algo de dinero a cambio de continuar durante algunos años más con el inmueble ocupado.
Tanto para locales comerciales como para viviendas, 2014 se caracterizó por los cruces entre organizaciones de defensa del consumidor, empresas inmobiliarias y propietarios por el incremento –muchas veces desmedido– del valor de los alquileres: en algunos casos hasta en un 100 por ciento, obligando a muchos emprendimientos a cerrar sus puertas o buscar locaciones más pequeñas o en zonas menos atractivas comercialmente. No obstante, a pesar de tratarse de un año electoral, el flujo de operaciones, sobre todo en lo que respecta a la incorporación al mercado de propiedades ociosas, parece haberse estabilizado hacia la segunda mitad del año.
“Si bien tuvimos un fin de año (por 2014) muy malo, hoy vemos que la actividad ha repuntado muchísimo y que ya casi no se ven locales desocupados”, aseguró en diálogo con este diario Marcelo Gustaffson, presidente de la Corporación Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir).
En igual consideración, Ricardo Diab, al frente de la Asociación Empresaria (AER), y Juan Marcos Aviano, titular del Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), reconocieron haber observado una mejora en relación con la ocupación de algunos locales comerciales emblemáticos que durante mucho tiempo permanecieron desocupados por el alto costo de los alquileres.
“No sé si se ha normalizado pero antes teníamos mucha demora entre la salida de un inquilino y el ingreso de otro. Hoy debemos decir que hay una mejora. Algunos locales emblemáticos se alquilaron y veo que se va hacia ese proceso”, expresó Diab.
En tanto, Aviano observa un clima de estabilidad en tiempos en los que “la actividad comercial viene registrando un importante crecimiento”. En referencia a ello, señaló: “Los números que analizamos como consumidores nos demuestran que la actividad se mantiene. Eso es bueno para el consumidor porque si hay más locales abiertos, hay más opciones para pelear por una mejor calidad y precio”.
Éxodo hacia los barrios
En disidencia con estas posturas, Silvana Crocci, prosecretaria general de la Asociación Empleados de Comercio (AEC), reveló que en el último tiempo se registró una importante mudanza de firmas hacia los centros comerciales barriales como consecuencia de los altos costos que representa sostener un negocio en la zona central de la ciudad, aunque se mostró tranquila porque ello no representó una pérdida de puestos de trabajo.
“Hay empresas con varias sucursales que terminan centralizando todo en un mismo lugar. Si bien uno se puede ir achicando (en cantidad de locales) también está restringido por la cantidad de empleados. Vemos traslados hacia los barrios, principalmente por lo que cuesta un alquiler en el centro de la ciudad”, contó al tiempo que recordó los casos de cierre de la juguetería Gulliver (local en la esquina de Córdoba y Dorrego) y de la disquería Zivals (en Corrientes al 800).
No obstante, Aviano estimó que este éxodo responde más bien a “estrategias comerciales” que a al precio de los alquileres, ya que “generalmente los negocios de paseos barriales a cielo abierto son los mismos que están en el área central, Paseo del Siglo o peatonales”.
“Aumentos desmedidos”
Crocci enfatizó que si bien hubo una mejora en los últimos meses, el precio de los alquileres sigue siendo el principal escollo para los comerciantes que desean encarar un nuevo emprendimiento. “Superan ampliamente el nivel inflacionario. Hay muchos locales en alquiler porque los aumentos son de hasta el doble. La mayoría de las veces eso se termina trasladando al costo del producto y el que termina resultando más perjudicado es el ciudadano”, sentenció.
En referencia a esta cuestión, Diab explicó que en muchos casos “los pequeños emprendedores tienen una expectativa comercial que finalmente no se les concreta”. De acuerdo a su análisis, “siempre hubo emprendedores o nuevos postulantes que entraron al mercado” pero las indefiniciones políticas y la falta de perspectivas para este año derivaron en una situación de crisis. “Hoy deben estar volcándose de nuevo al mercado porque quieren estar preparándose para una nueva etapa o gobierno y jugar en el mercado otra vez”, estimó.
Para el titular de Cesyac, “el tema de los alquileres siempre va a ser discutido” porque el propietario fija el precio a partir del valor de la propiedad y los impuestos a pagar, mientras que el inquilino lo analiza en cuanto al desenvolvimiento de los negocios con poca rentabilidad. “Gracias al asesoramiento de inmobiliarias se pudo avanzar en esta cuestión y se pone de manifiesto que es preferible perder algunos puntos en la renta pero mantener el inmueble ocupado”, cerró.
UN CASO TESTIGO: EL INMUEBLE DE CÓRDOBA Y DORREGO
Un caso emblemático y que tuvo mucha repercusión de lo que puede considerarse como pretensiones “desmedidas” de aumento de alquiler ocurrió en febrero del año pasado, cuando el titular de la juguetería Gulliver, Francisco “Coco” Benzi, anunció que se mudaba del local de Córdoba y Dorrego porque no podía hacer frente a los nuevos valores que le pedían para renovar el alquiler. Trascendió extraoficialmente que de los 30 mil pesos mensuales que pagaba se lo querían llevar a 60 mil. Esa esquina estuvo prácticamente un año sin inquilinos hasta que se instaló, a principios de este 2015, la perfumería Diferent.
Por un gesto de la Nación
Desde la Asociación Empleados de Comercio (AEC) insistieron en la necesidad de que el gobierno nacional avance en una legislación que establezca un mayor control sobre los precios de los alquileres.
Esta entidad hizo el año pasado, conjuntamente con Cesyac, una presentación ante el ministro de Economía Axel Kicillof en la que reclamaban que no haya aumentos superiores al 20 por ciento para familias, el 25 por ciento para comercios y que ningún contrato nuevo supere de piso un 15 por ciento al anterior.
“Actualmente, eso lo regula el mercado, que es incuestionable. El Estado debe intervenir porque esto después termina siendo en perjuicio de todos los ciudadanos. Un departamento de dos dormitorios está cerca de 6 mil pesos, más de la mitad promedio de un sueldo de empleado de comercio”, criticó Silvana Crocci, prosecretaria gremial de AEC.
A fines de junio, el ministro de Economía descartó que el gobierno nacional fuera a impulsar en el futuro próximo medidas para controlar el mercado de alquileres, aunque no ocultó su inquietud por abordar la problemática, sobre todo la de los inmuebles vacíos que son usados con fines especulativos.