Una vieja bronca, un piedrazo y un reclamo enmarcan esta historia que terminó en crimen. Era invierno y de madrugada cuando Héctor salió en moto, pasó por una esquina de Villa Gobernador Gálvez donde había unos pibes con los que estaba enfrentado. Volvió para recriminarles un piedrazo y lo mataron a puñaladas. El muchacho apuntado como autor se mantuvo prófugo un poco más de un año: cayó junto con su hermano tras un allanamiento. Este viernes aceptó su responsabilidad en el hecho: firmó un acuerdo abreviado por el homicidio. Las partes solicitaron una condena de 8 años de prisión por homicidio simple, acuerdo homologado por el juez Hernán Postma.
Héctor Omar Almirón tenía 24. La madrugada del 23 de julio de 2016 fue hasta un quiosco en moto con un amigo. Cuando pasó por la esquina villagalvense de Comandante Espora y San Luis había un grupo de pibes, entre los que estaba Marcos Gabriel Yedro. Le tiraron un piedrazo. En ese momento Almirón decidió seguir la marcha a pesar del golpe, pero poco después volvió a reclamar el ataque y fue peor.
Los atacantes le dieron a Héctor múltiples puñaladas en el tórax, brazo y cuello. Su amigo llamó al 911 y una ambulancia lo trasladó al hospital Gamen, donde falleció. El primero en caer fue un joven de 20 años, Alan Matías «Topo» A., en mayo de 2017 tras un allanamiento en Villa Gobernador Gálvez. En septiembre cayeron Marcos Yedro y su hermano Cristian, durante unos allanamientos en la zona sur de Rosario. Los tres fueron imputados por el crimen.
Este viernes Marcos Yedro aceptó su responsabilidad en el crimen. El fiscal Adrián Spelta y el defensor Fausto Yrure llegaron a un acuerdo. Encuadraron el caso en un homicidio simple. Yedro dio su consentimiento para el procedimiento abreviado ante el juez Hernán Postma, quien dictó una sentencia condenatoria contra el acusado: deberá purgar una pena de 8 años de cárcel por el crimen.