Diego Ochoa, más conocido como Panadero, último jefe de la barra brava de Newell’s, fue sobreseído en tres hechos de sangre. Se trata de los ataques sobre Matías Pera, Maximiliano “Quemadito” Rodríguez y el posterior crimen de este último. En estas causas Ochoa había sido procesado como instigador, pero la Cámara Penal revocó la decisión y sólo confirmó su participación en el asesinato de su antecesor en el paravalanchas, Roberto “Pimpi” Caminos, juicio que se tramitará en forma oral. Los casos donde el tribunal revocó el procesamiento fueron nuevamente remitidos al Juzgado de Instrucción 9ª, que dictó un falta de mérito. Esta decisión llevó a la Fiscalía a solicitar nuevas pruebas que, a criterio del magistrado instructor, no modificaron la situación procesal de Ochoa, quien finalmente terminó desvinculado.
La resolución que la Cámara Penal dictó en diciembre pasado alivianó notablemente la situación procesal de Diego Ochoa en tres de las cuatro causas que enfrentaba y marcó el camino que desembocó en el sobreseimiento, que dictó el juez Juan Andrés Donnola en su favor. La muerte del Quemadito Rodríguez se produjo el 5 de febrero de 2013, cuando recibió un certero disparo en la cabeza en Corrientes y Pellegrini. A partir allí, la investigación derivó en varios detenidos y el Panadero quedó en el ojo de la tormenta.
Finalmente fue imputado como instigador de este hecho y de un ataque previo, donde el Quemadito fue herido en las piernas. A su vez se pidió el desarchivo –respecto de Ochoa– del crimen de Pimpi Caminos, ocurrido el 19 de marzo de 2010 en la puerta de un bar de zona oeste, y un ataque sobre su ex ladero Matías Pera, sucedido el 21 de noviembre de 2010, en Isola al 100 bis.
Procesamiento y revocatoria
El Juzgado de Instrucción 9ª, por ese entonces a cargo de Javier Beltramone, procesó en octubre de 2013 a Ochoa por ambos crímenes y por dos tentativas de homicidio. La decisión fue apelada por la defensa y en diciembre de 2014 los vocales Daniel Acosta, Adolfo Prunoto y Otto Crippa revocaron tres de los procesamientos.
Respeto del ataque y posterior homicidio de Rodríguez, el tribunal entendió que el Panadero estaba debilitado como jefe de la barra y no se encontraba en condiciones de procurar una venganza por el episodio en el que había sido retirado a golpes del paravalanchas leproso. A la vez, detallaron que el Quemadito podía haber orientado sus proyectos hacia el comercio de estupefacientes u algún otro emprendimiento mafioso que le dejara dinero y de donde podría haber venido el ataque. Respeto de la balacera sobre Pera, el tribunal sostuvo que le juez instructor citó el caso pero dejó dudas respecto de la resolución.
Sobreseimiento
Las causas volvieron a Instrucción 9ª, donde Ochoa recibió falta de mérito en las tres. En marzo de este año, el fiscal Luis Schiappa Pietra solicitó una nueva batería de medidas, entre ellas prueba documental, análisis de listas sábana de celulares secuestrados, informe de la Side sobre el teléfono del acusado, informe de la Secretaría de Delitos Complejos sobre la situación económica y financiera de todos los acusados y sus familiares, entre otras. Con los resultados de estas pruebas, la defensa de Ochoa, a cargo de Ignacio Carbone y Juan Ubiedo, solicitó el sobreseimiento del Panadero en las dos tentativas de homicidio y el crimen de Rodríguez, lo que fue admitido por el juez instructor Donnola, al entender que la prueba producida luego de la resolución de Cámara no modificó la situación procesal del acusado.
El juez sostuvo que, si bien se incorporó prueba que demuestra que un año antes del crimen existió comunicación entre Ochoa y Sergio “Chuno” A. –uno de los hombres que espera juicio junto con Héctor “Porteño” R., Walter “Walo” A. y Jesús R. por el crimen del Quemadito–, esa circunstancia, que fue negada por el acusado, no pasa de un mero indicio extraído de un acto de defensa. Y agregó el juez que ese dato no fue complementado con otros elementos coincidentes que reforzaran la participación de Ochoa en los hechos endilgados, ni se logró determinar el contenido de esas comunicaciones telefónicas a las que refieren los informes.
Donnola sostuvo que los indicios que sustentan esta hipótesis no distan de otras líneas investigativas que citó el fiscal, y que fueron barajadas al inicio y luego descartadas, entre las que se destacaron una posible vinculación con el narcotráfico o una venganza por el triple crimen de Villa Moreno (ocurrido el 1º de enero de 2012 y por el cual fue condenado el padre del Quemadito). El juez entendió que no hay elementos que señalen a Ochoa como instigador y agregó que el Porteño R. cuenta con numerosos antecedentes relacionados a delitos contra la propiedad, actividad que no tendría, en base a la prueba colectada, vinculación con el Panadero y cuyos vínculos con bandas organizadas de la ciudad no pueden descartarse, refirió.
En cuanto al ataque sobre Pera –donde Jonatan C., apodado Cachorra, enfrenta la acusación de autor material del hecho en un juicio que se tramita en el Juzgado de Sentencia 5ª–, refirió que no se incorporó ningún elemento que permita revisar lo anteriormente resuelto y dispuso el sobreseimiento de Ochoa en los tres casos citados.
Crimen de Pimpi
Así, la única causa que enfrenta ahora el Panadero es la instigación por el homicidio de Pimpi Caminos. Por este caso René “Rana” Ungaro, Carlos “Betito” Godoy y Emanuel Suárez fueron condenados. Si bien la Cámara Penal confirmó el procesamiento bajo la calificación de homicidio calificado por la participación de dos o más personas y se quitó la calificante “por precio o promesa remuneratoria”, el fiscal acusó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, una figura que prevé menor pena. Actualmente, la causa se encuentra en Sentencia 6ª y la defensa solicitó que se juzgue en juicio oral, por lo que está ultimando el trámite para que se realice por esta modalidad.
Por su parte, el defensor Ignacio Carbone sostuvo que la decisión es contundente respecto de la falta de pruebas para acreditar la instigación por parte de su cliente y mostró su conformidad. Refirió que la resolución confirma lo que la defensa sostiene desde el minuto cero, en referencia a la inocencia de su pupilo. Añadió que la causa madre de esta investigación fue el homicidio del Quemadito y, en base a este expediente y a las conjeturas que hizo el juez, se desarchivaron dos causas: la de Pera y la de Pimpi, donde Ochoa había sido testigo. El abogado sostuvo que ello sucedió porque el juez entendió que en todos los casos hubo el mismo modus operandi y agregó que el cierre definitivo –respecto de Ochoa– de las causas de Rodríguez y Pera implica para el próximo juicio por el caso Caminos un “debilitamiento extremo” y auguró: “Las posibilidades de condena son nulas”.