Cuerpos atravesados por la tradición y por la historia pero también por el presente y el debate por la despenalización del aborto; cuerpos de mujeres que hablan, describen, transitan, cuentan y exorcizan vivencias y relatos, que de lo personal derivan en lo colectivo a través de una serie de metáforas. El grupo rosarino de experimentación en la danza y el movimiento Mudanceras está de regreso con Ombilia, otra apuesta a una construcción escénica en la que conviven bailarinas y músicos, a partir del trabajo colectivo en el que investigan las danzas, los ritmos, poesías y melodías folclóricas desde una perspectiva ancestral pero, al mismo tiempo, con una impronta contemporánea.
Ahora a partir de la dirección de Severo Callaci, actor, director y docente local muy cercano al teatro antropológico, esta nueva experiencia de Mudanceras, Ombilia, cuyo nombre se asocia, entre muchas otras cosas, con el ombligo como esencia y origen de todo, apela a nuevo diálogo interdisciplinario entre movimiento, canto, música, relato y poesía que dio lugar a improvisaciones, composiciones musicales y producciones individuales de textos que luego fueron retrabajados grupalmente, dando lugar a lo que hoy conforma el cuerpo de la obra, cuya composición es colectiva, y de la que participan las bailarinas Julia Ayarza, Evangelina Jakas, Inés Quinteros, María Laura Legarreta e Inés Maguna, con música original interpretada en vivo por Martín Reinoso y Diego Zabala, al frente de un gran equipo. Se trata en ciernes de un montaje en el que la investigación en lo sonoro dispone a bailar de otra manera abriendo un nuevo campo de sentido que busca correrse de las formas tradicionales.
“En Ombilia –adelanta el equipo de trabajo–, la danza transcurre como metáfora de las palabras que remontan a la vivencia de cada mujer. Aparecen objetos resignificados y el paisaje sonoro se compone de relatos, alternados con la música en vivo. La música, el canto, la palabra, el movimiento y la danza conviven en relación dialéctica retroalimentándose”.
Proceso de trabajo
“El trabajo del grupo con Severo Callaci surgió a partir de una invitación que nos hicieron desde las áreas municipales de Cultura y Salud para participar de la inauguración del Área de Atención Integral del Hospital Roque Sáenz Peña del año pasado, en el contexto de la puesta en marcha del parto respetado, una de las instancias por las que están militando los colectivos de mujeres; a partir de allí surgió esto de conectarse con una de las cuestiones más antropológicas que tenemos los seres humanos que tiene que ver con el nacimiento. Y eso nos llevó a preguntarnos una serie de cosas cuyas respuestas fueron apareciendo en el trabajo”, adelantó la bailarina Inés Maguna acerca de la génesis de esta valiosa experiencia. Y agregó: “Nacimientos, nuestras maternidades y las maternidades que tenemos alrededor, en la búsqueda, se fueron complementando con las distintas etapas que vivimos las mujeres: desde la primera menstruación, pasando por la primera relación sexual, la maternidad, la menopausia o plenopausia, como se la llama ahora, y la muerte. Estos cinco procesos o fases de la mujer fueron las preguntas que dispararon la creación de este espectáculo que parte de la danza folclórica que está en el origen del grupo y que luego fuimos atravesando con otros lenguajes como la expresión corporal y la danza contemporánea, que se corren de lo académico y que han determinado para el grupo una impronta bastante curiosa en la que buscamos universalizar los discursos, para, como en este caso, poder llegar a todas las mujeres”.
Un lugar de encuentro
“Creo que uno de los elementos más importantes que nos aportó Severo desde la dirección, estuvo en pensar en una escritura propia de cada una de nosotras: hay poemas que están en las coreografías y que más allá de las fases que atravesamos todas las mujeres y que aparecen en el relato, tienen que ver con las mujeres que nos habitan a cada una; fue una etapa de escritura y trabajo muy íntimo y personal que derivó en algo colectivo con momentos del trabajo y el recorrido muy profundos y sensibles”, relató Maguna acerca del proceso junto al talentoso actor y director, protagonista del elogiado unipersonal El ángel de la valija.
Aborto legal
“El tema de la despenalización del aborto estuvo presente desde un comienzo; el debate, para el adentro del proceso, estuvo dado en la decisión de plantearlo de manera explícita o bien potenciar los relatos de nosotras, como mujeres, donde esa problemática ya estaba; en un momento del proceso, incluso, sentimos que tanto el aborto como el acoso estaban quedando un poco afuera”, rememoró la bailarina y coreógrafa. Y completó: “La consigna siempre fue plantear las problemáticas de adentro hacia afuera, y claramente, somos mujeres atravesadas por estos debates del presente, sobre todo el aborto legal: todo lo que las mujeres estamos viviendo está en las metáforas que encierra este trabajo, algunas de un modo más explícito y otras no tanto, más allá de que al final salgamos a saludar con el pañuelo verde que identifica a todo el colectivo, porque claramente estamos a favor del aborto seguro, legal y gratuito y Ombilia es, de algún modo, una metáfora sobre todas nosotras y todas estas problemáticas”.
Para agendar
Ombilia se presenta todos los domingos de junio y julio, desde las 20, en La Sonrisa de Beckett, de Entre Ríos 1051