Ciudad

Ondas rusas, en el eje de una polémica

Los kinesiólogos piden controlar comercios que ofrecen este tratamiento.

“Manifestamos nuestra profunda preocupación por la cantidad de comercios que ofrecen tratamientos con ondas rusas sin estar habilitados por el Colegio de Kinesiólogos”, declaró ayer Daniel Ruiz, presidente la institución, tras conocerse la ratificación del procesamiento a una esteticista que practicaba ondas rusas sin habilitación correspondiente. Según Ruiz, éste es “un ejercicio ilegal por parte de cualquiera que no sea kinesiólogo”, pero que aun así se ejerce cada vez más en la ciudad, y de manera ilícita. Desde el Círculo de Cosmetólogos, por otro lado, confirmaron que ellos, al no estar colegiados, no pueden utilizar ondas rusas, salvo que en el centro estético haya algún médico kinesiólogo. “Pero que hay ondas, las hay, y en todos lados”, advirtieron.

Fue en 2010 que el Juzgado Correccional 7ª procesó a una esteticista por “ejercicio ilegal de la medicina”: la mujer practicaba ondas rusas y no estaba autorizada por el Colegio de Kinesiólogos, condición para poder hacerlo. En diciembre, la Cámara Penal ratificó este procesamiento, y los abogados ya advirtieron que presentarán un recurso extraordinario a la Corte Suprema, ya que continúan en disconformidad con la decisión del tribunal. Aun así, llama la atención que esta práctica continúe expandiéndose sin control a lo largo de la ciudad, ya sea para comercios o para uso particular.

En primer lugar, hay que explicar que el tratamiento con “ondas rusas” consiste en la electroestimulación del músculo, tonificándolo. Uno de los resultados que provee es la eliminación de la hipotonía o flaccidez, volviéndose uno de los tratamientos estéticos más usados en la actualidad para tonificar y dar firmeza. Pero al mismo tiempo, favorece el sistema circulatorio, aumentando la circulación y, de esta manera, aportando oxígeno extra, eliminando toxinas y desechos. Daniel Ruiz, presidente del Colegio de Kinesiólogos de la 2º Circunscripción, explicó que éste es un excelente método médico, pero que hay que tener cuidado a la hora de aplicarlo: “Hay diferentes sensibilidades en el cuerpo. Y los muchos beneficios que esta práctica te da pueden convertirse en problemas: contracciones musculares, problemas circulatorios y hasta afectar la placa motora”.

 Las únicas personas autorizadas para aplicar ondas rusas en un paciente son los médicos kinesiólogos, pero la actividad se expande a comercios que no se habilitan para que se realice, y que tampoco reciben la debida inspección municipal. Además, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), ha autorizado que el “electroestimulador” (el aparato eléctrico que emite estas ondas interferenciales) salga al mercado y sea de venta libre. De esta manera, cualquier persona puede acceder a este producto. Por internet abundan las ofertas para conseguir uno, ya sea para algún centro estético, como también “para disfrutar con toda la familia”.

Es llamativa también la cantidad de locales que ofrecen aplicar “ondas rusas” y la escasa información que circula sobre la legalidad y consecuencias de estas prácticas. “Cuando se maneja en forma ilegal, lo hace gente que no es idónea y se lo aplica a cualquiera. Son problemas que se toman muy al liviano, hasta que pasa algo grave”, manifestó Ruiz. El kinesiólogo advirtió que lo mismo sucede con actividades como pilates y yoga, ejercicios que hacen muy bien al cuerpo pero sólo realizados por alguien verdaderamente preparado. ¿La causa? Que “la moda y la estética mandan”, concluyó.

Al Colegio de Kinesiología sólo le corresponde el control a los kinesiólogos y a quienes ejercen esta actividad sin serlo; corresponde a la Municipalidad la habilitación de los centros estéticos. Por eso, Ruiz informó que los lugares seguros y controlados por el Colegio, así como también el personal habilitado, presentan credenciales de autorización que pueden, y deben, solicitarse a la hora de asistir a estos centros.

Comentarios

10