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ONG local afirma que llegar a la casa propia se hizo más difícil

Por la inflación y tipo de cambio, en Rosario un trabajador necesita más años de sueldo promedio para comprar una vivienda.

Una ONG local lanzó en las últimas horas una encuesta que busca conocer en detalle cómo funcionan los alquileres en Rosario. Es que a nivel local hay poca información sobre el tema, que el Estado no regula y en el que crece a pasos agigantados el número de inquilinos. En ese marco, un informe sostiene que en promedio se incorporan por año en la ciudad 2.671 hogares (inmuebles habitados) nuevos al mercado de rentas. Llegar a la casa propia se hace cada vez más difícil; actualmente se necesitan 10 años de sueldos promedio para comprar una vivienda tipo en la periferia rosarina. El incremento es notable; en 2001, convertibilidad mediante, hacían falta tres años y medio.

La organización que entregó los datos y lleva adelante la encuesta es el Centro de Estudios Igualdad Argentina, ONG que preside el senador socialista Rubén Giustiniani y think tank de ese sector del partido.

El relevamiento que se inició este jueves apunta a conocer en detalle el funcionamiento del mercado de alquileres “desde la perspectiva del inquilino”. Actualmente, el tema es una de las mayores preocupaciones para quienes no tienen  la casa propia.

Desde la ONG mencionaron que entre 2001 y 2010 en Rosario se sumaron 24.000 hogares nuevos al mercado de alquileres. La cifra implica que por cada uno de esos años se habitaron sin sus dueños unas 2.671 viviendas más.

El dato ubica a la ciudad como la segunda en porcentaje de inquilinos, detrás de Buenos Aires, y superando largamente la media del país. En el año 2010 el 20 por ciento (una quinta parte) de los hogares rosarinos era alquilado. En 2001 ese guarismo se ubicaba en el 13 por ciento. Los números, claro está, tienen relación directa con el déficit habitacional.

En diálogo con este medio, Marcela Nicastro, referente del área de Suelo del Centro de Estudios y una de las responsables de la encuesta, dijo que “el mercado inmobiliario, y por lo tanto el de alquileres, sigue siendo muy “opaco” en el país”. Es difícil acceder a datos y hay pocas cifras oficiales sobre este tema. Eso es fundamental para elaborar reglamentaciones y normativas que permitan atacar el problema”. De allí la idea de desarrollar el sondeo.

Nicastro mencionó luego que la ONG convocó recientemente para un taller de trabajo en donde se analizó la evolución de “los precios del suelo en la periferia rosarina” a Cintia Baremboim, una arquitecta e investigadora del Conicet.

La profesional realizó un profundo informe sobre la dinámica del sector inmobiliario en esa zona de la ciudad y las políticas públicas en la posconvertibilidad, período en el que la construcción se convirtió en un mecanismo de resguardo de capital, sobre todo del agropecuario.

Allí la investigadora del Conicet afirmó que Procrear o Mi Tierra, Mi Casa son avances como “plan para la vivienda individual”, pero, aseguró, eso no alcanza igual para satisfacer la gran demanda social. En este sentido, planteó la necesidad de establecer créditos para sectores trabajadores y de clase media para comprar viviendas desocupadas y construir urbanizaciones pequeñas en los barrios fuera del centro.

Fue así que Baremboim entregó un dato revelador en torno a lo cada vez más dificultoso que resulta llegar a la casa propia; actualmente se necesitan 10 años de sueldos promedio (tomando como referencia la evolución del índice salarial que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) para comprar una vivienda tipo en la periferia de Rosario. En 2001 hacían falta tres años y medio y, en 2010, ocho años. “Esto tiene que ver con la inflación y los cambios del dólar en relación al peso. Hay una pérdida de poder adquisitivo del trabajador, que hace que la brecha sea cada vez más grande”, dijo Baremboim.

En esa línea, para Nicastro está claro que casi la única forma de poder mudarse es, para las mayorías, alquilando.

“Muchos de los que salen a rentar son jóvenes. Además acá hay una población importante estudiantil que suma. Como sea, está claro que el que quiere acceder a una vivienda hoy en Rosario no le queda otra que alquilar”, cerró la integrante de la ONG.

El contenido

Para llevar adelante la encuesta, algunos integrantes de la ONG están desde el jueves instalados en un puesto en la esquina de Córdoba y Corrientes. También se puede acceder al formulario en la página web de la institución. El sondeo se divide en dos partes: la primera comprende los datos relacionados al contrato, garantías y requisitos solicitados, y la segunda parte indaga en los problemas edilicios que presentan los inmuebles y la resolución o no de estos por parte de los propietarios y las inmobiliarias que administran, ahondando en el estado en que se encuentran los inmuebles que se ponen en alquiler.

El estado de los departamentos  

La encuesta no sólo indaga sobre las dificultades que existen a la hora de acceder a la casa propia. También versa sobra las condiciones que se piden y en que se rentan los inmuebles.

Para Nicastro, “el Estado debe intervenir en el mercado como parte de una política de vivienda y que los inquilinos deben organizarse para mejorar las injustas condiciones y las grandes presiones a las que los vaivenes del mercado los someten».

En ese sentido, la mujer recordó que en la Oficina Municipal de Defensa al Consumidor las quejas mayoritaria están vinculadas a los términos en que se rentan, sobre todo, lo departamentos céntricos y macro  céntricos.

“Así como un negocio para habilitarlo se le exigen determinadas condiciones, también debería suceder lo mismo con los departamentos. Se debería exigir una buena instalación eléctrica, de gas, o que no existan problemas de humedad, entre otras cosas”, señaló.

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