Only Murders in the Building, la aclamada serie de comedia y misterio en la que Steve Martin, Martin Short y Selena Gómez conforman un fortuito trío de investigadores neoyorquinos de crímenes reales ocurridos en su edificio, está de regreso desde el martes a la plataforma Star+ con el lanzamiento de su tercera temporada, que cuenta ni más ni menos con la participación de Paul Rudd y la legendaria Meryl Streep.
Creada por el propio Steve Martin junto a John Hoffman, conocido por Grace and Frankie, la propuesta trae una nueva entrega con el desembarco de los dos primeros de sus diez episodios de casi una hora cada uno, tras un debut en 2021 que pronto la convirtió en una de las mejor recibidas por el público y la crítica en la oferta del streaming.
En ese entonces, todo comenzaba cuando la apática veinteañera Mabel (Gómez), el actor veterano y casi retirado Charles-Haden Savage (Martin) y Oliver Putnam (Short), un frustrado director de Broadway, se encuentran en medio de un reciente homicidio cometido en el Arconia, donde son vecinos, y coinciden inesperadamente en su fanatismo por los podcasts del género «true crime».
Una vez más, la trama se actualiza mediante su último «cliffhanger», uno de esos ganchos finales de suspenso que dejan la puerta abierta para más, cuando un año después de descubrir quién había sido culpable por el asesinato de Bunny Folger, la déspota presidente del consorcio, el equipo -ya reconocido en la apasionada comunidad de detectives amateurs- está presente en la función de apertura de una renovada y gran oportunidad teatral para el extravagante y ambicioso realizador.
Cuando a minutos del arranque el líder del reparto de la puesta, Ben Glenroy (Rudd), cae muerto en pleno escenario, todo parece un acto de malísima suerte: sin embargo, un giro del destino que trae esperanza para volver a destrozarla por completo en cuestión de minutos se transforma en una chance más para embarcarse en una pesquisa, la más difícil que hayan tenido hasta ahora.
Como siempre, los sospechosos y sospechosas abundan en los pasillos del Arconia y, en esta ocasión, también entre las filas de todos los involucrados en la obra, entre quienes destaca Loretta Durkin (Streep), la coprotagonista del espectáculo, que añora desde su infancia alcanzar el éxito sobre las tablas y que se sumará a la compleja investigación.
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En el mientras tanto, los problemas del pasado y el presente de los personajes principales, cada uno con sus preocupaciones y deseos íntimos por resolver, siguen encontrando vías de escape en el devenir de la misión, que con cada hallazgo los ayudará a redefinirse y a afianzar aún más su impensada amistad.
Algo extrañada del grupo después de dos asesinatos que la involucraron en un nivel muy personal y a poco de tener que mudarse de manera forzada del Arconia, Mabel se encuentra en plena búsqueda por mantenerse cerca con la excusa del nuevo caso; mientras que Oliver tiene las energías más bien puestas -rozando la obsesión- en salvar su reputación en el mundo del teatro y Charles disfruta de haberse reconciliado con algunas de sus inseguridades luego de empezar a salir con la maquilladora del programa televisivo de los 90 que le dio su volátil fama.
Como de costumbre, Only Murders in the Building acierta con la química entre sus protagonistas y su balance entre los elementos más clásicos y eficientes del género de misterio con un humor cínico y paródico, que se ríe del snobismo de la Nueva York acomodada, de la por momentos ridícula convivencia en un edificio y, especialmente, del furor que existe en Estados Unidos por los podcasts sobre crímenes verídicos y las decenas de documentales que los registran.
Con nominaciones en los Critics’ Choice Awards, los Globos de Oro, los Emmy y los premios del Sindicato de Actores de Estados Unidos, la serie retorna con la participación en el elenco de Michael Cyril Creighton, Ryan Broussard y Jackie Hoffman, y con la incorporación de Jesse Williams, Jeremy Shamos, Allison Guinn, Wesley Taylor, Don Darryl Rivera y Gerald Caesar, entre otros.