Sólo hace falta que una persona se conmueva y trate de ayudar a otra para que muchas más se fundan en el mismo objetivo. Eso pasó el año pasado con el bar Rosario City Café de los hermanos Patricia y Rubén y Saia. El bar funcionaba bien hasta la pandemia del covid-19, pero pasada la crisis sanitaria las ventas nunca volvieron a su nivel original. Con unas pocas charlas, una clienta se dio cuenta de que las cosas se habían complicado para Rubén y contactó a Precios Rosario –cuenta creada en Twitter e Instagram por el matrimonio de Melina y Santiago Zamboni que se especializa en acercar precios reales a la ciudadanía y hacen publicidad a comercios– para promocionar el bar. El pedido conmovió y generó el Día Rubén, una movida que desde redes sociales llamó a la comunidad a visitar el local de Entre Ríos 365. Tras esa jornada, los hermanos Saia no sólo sumaron clientes sino que también tuvieron ofertas desinteresadas de profesionales para darle una mano en otros aspectos del negocio.
Rubén y su hermana Patricia se dedican a la gastronomía desde hace más de una década. Estuvieron en la conocida esquina de Santa Fe y Entre Ríos, hasta que el dueño del edificio falleció y sus hijos decidieron venderlo. En febrero de 2020 se mudaron cerca para mantener a sus clientes, a Entre Ríos 565, hasta que llegó la pandemia.
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«Vos pensás que te llevás el mundo por delante porque te va bien y después te encontrás con que lo que hacés no sirve para nada, ni precios ni calidad, nada», recordó Rubén.
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A mediados de 2021, Natalia Quinteros y su novio Esteban sumaron merienda en Rosario City Café tras sus caminatas habituales por el microcentro. «Rubén hace muy buen café y como vivíamos cerca empezamos a ser fans. De esto hará dos años. Un día vinimos a comer y lo vimos muy angustiado. Nos comentó que hacía un tiempo que ya no le estaba yendo bien en el negocio, la pandemia lo afectó bastante».
Natalia no se quedó sólo con empatizar con la situación, sino que con Esteban sintieron la necesidad de hacer algo. «Se nos ocurrió escribirle a Precios Rosario. Nosotros los seguimos y sabemos que tienen mucho alcance. Le escribimos un mensaje por Instagram y cuando les contamos cómo era el asunto, nos dijeron que nos querían ayudar», siguió.
Decirle a Rubén «fue todo un tema», porque los jóvenes no tenían tanta confianza y les daba un poco de miedo que no lo tomara bien. Primero le dijeron que eran amigos de Melina y Santiago, creadores de Precios Rosario. No sabían si alguien con tanta experiencia en el rubro gastronómico iba a aceptar la propuesta, pero Rubén no tuvo problemas. «Fueron muy genuinos», remarcó.
Desde Precios Rosario
Melina contó que su esposo Santiago creó la cuenta en Twitter en 2019 por la necesidad de tener un precio referencial y no sólo los porcentajes que veían a diario en los medios de comunicación. Y surgió un espacio con interacción diaria entre ellos, sus casi 40.000 seguidores y los comercios. Luego anexaron Instagram, donde tienen alrededor de 65.000 seguidores y se enfocan en el valor agregado de cada negocio, como el uso del producto o experiencias de consumo. Cada una de las redes tiene demandas distintas y por ello se dividieron: Santiago se quedó con Twitter (ahora X), mientras que Melina dirige Instragram.
Ella remarca que la esencia sigue siendo la misma a lo largo de estos cinco años, un espacio colaborativo porque el comercio, aunque paute para aparecer, tiene la condición de darles precios para mostrar. «No hablamos de otro tema que no sea algo que beneficie a la gente y las personas constantemente nos dan temas de los que hablar, esos no tienen pauta publicitaria, pero sí un valor comunitario que para nosotros vale el doble. Hoy en día el valor de la palabra vale mucho más que alguien que te pague», explicó Melina.
En medio de ese universo de mensajes que les llegan a diario para publicitar, o con ideas sobre temas a tratar, fue que les llegó la consulta de Natalia.
«Leemos el mensaje de Nati y le preguntamos qué negocio tenía, algo normal para nosotros. Y nos contestó algo que nunca nos pasó, que quería pagar una pauta publicitaria por alguien que no conocía, pero simplemente lo quería ayudar para que su negocio no cerrara», resumió Melina, para agregar que se terminaron copando con la idea. Pasaron a los mensajes por Whatsapp y con más datos armaron una estrategia para ver qué podían hacer.
Para dar a conocer la historia dejaron de lado el nombre Rosario City Café y lo resumieron en el bar de Rubén. «Queríamos humanizarlo porque era una persona que no la estaba pasando bien, e hicimos un reel en Instagram contando su realidad. También nos pusimos en contacto con Rubén y su hermana para irlos a visitar», siguió.
A mediados de julio del año pasado subieron un video con la explicación al reel de Instagram. Ya en la mañana empezaron a llegarles mensajes de muchos de sus seguidores para pedirles que les avisaran, así iban todos. Melina y Santiago no los conocían, por lo que se les ocurrió organizar el Día Rubén. «Ir todos juntos y de paso conocer y charlar con nuestros seguidores. Lo subimos a las historias y nos llegaron un montón de mensajes».
Fue el viernes 14 de julio y Melina se encontró con muchos de sus seguidores que lo habían ido a apoyar. «A darle una esperanza a Rubén, diciéndole que no estaba todo perdido. Que su negocio valía la pena», remarcó.
Una marca registrada de Precios Rosario son las «fotos testigo», una imagen en que comparten los usuarios en las cuentas para mostrar el valor de algún producto o servicio. A partir de ese viernes, la foto testigo también fue para dar cuenta de que habían pasado por el bar de Rubén. «Así de raro, pero fue lindo y también vimos que el negocio necesitaba algo más que venir a consumir», explicó Melina; y sumó que la contactó una decoradora de interiores que quería asesorarlo, también otra persona que hacía folletos.
«Todo fue de manera gratuita, así que terminó siendo una ayuda de manera comunitaria y desinteresada de parte de todos para que este negocio funcione. No fue solamente una historia para contar sino que terminó siendo una anécdota de muchos. Entre todos terminamos haciendo algo por el local que hoy sigue en pie, increíble», concluyó.
La mirada de Rubén
Rubén, por su parte, resaltó el gesto desinteresado que tuvieron Natalia y Esteban. «La realidad nuestra, mía particularmente, es que no manejo redes. Estamos afuera de ese ámbito, pero cualquier ayuda era bienvenida. Me contacté con Melina de Precios Rosario y a los 40 días se generó el Día Rubén. Un espaldarazo que sirvió para que se viralizara un poquito el lugar. Después se acercó mucha gente que nos escribió a @rosariocitycafe, nuestro Instagram.
No sólo interesados por consumir, también nos preguntaban si queríamos hacer una reforma en el negocio, o algo. Eran una serie de personas desconocidas que desinteresadamente quería dar una mano, porque la realidad es esa, a cambio no había nada», recordó Rubén para resaltar que lo que más aprovecharon con su hermana fueron los consejos. «Lo agarramos a todos porque hay un contexto muy difícil de manejar».
La importancia de esa jornada radicó en que «visibilizó tanto lo que estábamos pasando como el negocio en sí», fue su reflexión y dejó abierta la invitación para quien quiera conocer a Rosario City Café que abre de lunes a viernes de 7 a 19 y los sábados de 7 a 15, en Entre Ríos 565.
«Todos son menús ejecutivos, todo casero y muy rico. Vengan con tranquilidad», fue como cerró Rubén esta historia que El Ciudadano reproduce para que siga esta cadena de favores que busca conservar a la gastronomía local.