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Operativo blindaje: radicales se aferran al Frente Progresista

Las esquirlas de la convención nacional de la UCR no sólo no penetraron en territorio santafesino, sino que es probable que las listas de diputados y senadores nacionales vayan en sentido contrario al que definió la reunión de Gualeguaychú.

Las esquirlas de la convención nacional de la UCR no sólo no penetraron en territorio santafesino, sino que es probable que las listas de diputados y senadores nacionales vayan en sentido contrario al que definió la reunión de Gualeguaychú.

De los 22 convencionales nacionales radicales por Santa Fe, apenas cinco acompañaron la postura que finalmente se impuso. Esa contundente mayoría en un partido que está acostumbrado al internismo permanente no es resultado de la alineación casual de los planetas, sino de una perspectiva de poder concreta y de dos décadas de construcción del Frente Progresista. Como consecuencia del rumbo del partido a nivel nacional, el operativo blindaje de la UCR santafesina ya está en marcha.

Sanos y salvos

Radicales y socialistas santafesinos mostraron satisfacción de que el dramático giro a la derecha que Sanz le imprimió al partido de Alem no abriera grietas en el Frente Progresista.

Miguel Lifschitz sostuvo que el Frente Progresista en Santa Fe está muy firme y que la decisión nacional de aliarse a Macri y Carrió “no afecta el proceso electoral de la provincia”. La diferencia es que la UCR santafesina tiene expectativas de poder concretas en Santa Fe, lo opuesto que ocurre a nivel país y en la mayoría de las provincias.

El vicegobernador Jorge Henn afirmó que la decisión de la convención “es muy difícil de aceptar” y que en Santa Fe “no varía en absoluto” el panorama del Frente Progresista. Puso como ejemplo que de los “veintipico de intendentes de la UCR todos defienden las políticas del Frente Progresista”.

Julián Galdeano, diputado provincial que va por la reelección y uno de los principales operadores políticos del sector interno MAR, hizo hincapié “en la singularidad que representa Santa Fe”, que “es la única provincia donde lo que era Unen sigue funcionando. Fracasamos en lo nacional pero no en Santa Fe”.

Siete días después de la convención el inventario de daños no registra fisuras más allá de lo que ya se conocía, según radicales y socialistas. Tanto Jorge Boasso, que será vice de Miguel del Sel, como la intendenta de Funes, Mónica Tomei, se habían ido antes. Ambos a título personal, ya que no tienen aval para usar los símbolos partidarios. No pocos dan por hecho que el diputado provincial Darío Boscarol finalmente se pasará al PRO, después de que fuese uno de los cinco que votó a favor de ese marco de alianzas en la convención.

Sólo una semana después de que se conozca quién gobernará los cuatro próximos años, será el cierre de listas para la elección nacional y la UCR local está dispuesta a hacer valer el artículo de la convención de Gualeguaychú que dice que se respetarán las estrategias electorales de cada distrito.

Ese artículo es una especie de válvula de escape ante la imposibilidad de unificar al partido detrás de una estrategia única. Permite que Gerardo Morales en Jujuy mantenga su alianza con el massismo; que el precandidato a gobernador de Formosa se alíe con quien haga causa común contra el peronismo; y que el radicalismo santafesino ensaye una oferta electoral con candidatos a diputados y senadores que expresen al Frente Progresista y no la alianza con Macri y Carrió.

En palabras de Julián Galdeano, “la convención definió contemplar las estrategias territoriales. Aspiramos a que el armado de Santa Fe se pueda realizar sin intromisión nacional”.

Primero ganar

La posibilidad de hacer realidad un armado de esa naturaleza requiere dos cuestiones esenciales. Primero que el Frente Progresista retenga la Gobernación. Y segundo, una compleja ingeniería electoral.

Sobre este último aspecto, sectores radicales ven viable ir al cuarto oscuro con “boletas cortas” de candidatos a diputados y senadores, es decir despegados de una candidatura presidencial (cabe recordar que a nivel nacional se usa la boleta sábana).

Sanz, que pretende medirse en primarias contra Macri y Carrió, querrá evitarlo para no perder la tracción de la UCR en el cuarto distrito electoral nacional. Macri dirá: “hagan lo que quieran, yo armo mi propia lista de legisladores”. Y el socialismo tendría que privilegiar el armado local y llamar a votar por Margarita Stolbizer a presidenta pero sin ir adosado a su boleta, lo cual podría restarle empuje. Sobre esto hay que tener en cuenta el mensaje de la diputada bonaerense en su paso por Rosario: “Santa Fe fue, es y será central en el armado de este espacio”.

El lugar que deja FAUnen

Margarita Stolbizer pasó el viernes por Rosario flanqueada, además del diputado Fabián Peralta, que es su referente en la provincia, por Miguel Lifschitz y Mónica Fein. Los tres ratificaron que, desaparecido FAUnen, renovarán “una propuesta progresista que represente el amplio espacio que hay entre el gobierno nacional y Altamira (por el líder del Partido Obrero)”.

La candidatura de Stolbizer tendrá podría tomar mayor vuelo en la medida que convoque voto radical disconforme con el rumbo que tomó la conducción partidaria. Sanz pudo ganar la convención, pero es evidente que no convenció al radicalismo.

De todos modos Stolbizer fue prudente sobre los radicales. “Hay que comprometer a mucha gente. Sería un error que todo lo definamos entre el PS y el GEN”. A tres sillas de distancia estaba el diputado binnerista Juan Carlos Zabalza, al que se lo señala como posible compañero de fórmula, pero la decisión sobre la vicepresidencia quedará para más adelante con la esperanza de que la ocupe algún sector que no necesariamente sea un partido político.

Apuntalando a Miguel

El paso de Stolbizer por Rosario coincidió temporalmente con la visita de Mauricio Macri, convocado para una caravana mediática de apuntalamiento a Miguel del Sel tras la ola de cuestionamientos que recibió por hablar de la forma que lo hizo de maestros y periodistas.

Después del tropiezo del Midachi, el PRO desespera por reconducir la campaña a aguas mansas: la paradoja es que para lograrlo necesita que el candidato calle lo más posible. Sus referencias en la pantalla de Canal 3 a Carlos Reutemann como el eterno segundo, y la posterior explicación del chiste, de que se refería a cuando corría en Fórmula 1, desfiguraron la expresión de Macri que, sentado a su lado,  parecía  pensar “¿éste es o se hace?”.

El peronismo y el Frente Progresista admiten que Del Sel todavía figura primero en las encuestas, pero en ambos casos se sostiene lo mismo: que hace meses que está estancado no lejos del porcentaje de votos que obtuvo en diciembre 2013 cuando fue electo para la diputación a la que ya renunció.

Según esa línea de análisis,  a diferencia del cómico, tanto Miguel Lifschitz como Omar Perotti tienen espacio para crecer. El socialista porque todavía es poco conocido en el centro norte provincial, lo cual se espera corregir si gana la primaria, más los votos de Mario Barletta y Rubén Giustiniani y el respaldo de toda la UCR, la Casa Gris, Bonfatti y Binner.

En el caso del candidato del Frente Justicialista para la Victoria, se dice que la intención de voto crecerá por el hecho de haber sido el último en largar la campaña y porque la instalación de la fórmula junto a Alejandro Ramos todavía está a medio camino.

Consolidar el piso

El objetivo de Perotti es que las Paso, donde no tiene competencia interna, dejen al FJV posicionado en el escalón del 20 por ciento, porcentaje obtenido por Jorge Obeid dos años atrás.

Perotti recorre la provincia con dos ejes discursivos: el primero tiene a la seguridad pública como tema central; el segundo es que el electorado tiene un piso de exigencia alto y no va a dejar la provincia en manos de cualquiera. “No se aprende a gobernar en dos o tres días o con asesores”, resumió cuando El Ciudadano le preguntó por Del Sel.

Perotti es candidato de una fuerza que lleva dos elecciones en tercer lugar. A su entender las cosas pueden ser diferentes esta vez: “No hubo un solo intendente que se haya pasado (al PRO), ni un senador. Eso era parte de un deseo de algunos, que el peronismo volara en mil pedazos para juntarlos. No hay motivos para que un peronista no acompañe esta fórmula”.

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