Facundo Durán / La Izquierda Diario
Es un enorme paso para las peleas que se vienen, para los portuarios, para enfrentar la reforma laboral y para avanzar en la organización democrática de los trabajadores combativos. Desde el PTS saludamos a los y las estibadores, estibadoras y sus familias por este triunfo y nos sentimos orgullosos de haber sido parte de estas peleas.
Tras 12 años los trabajadores portuarios y sus familias organizados en la Lista Naranja “Unión de los Trabajadores” lograron lo que parecía imposible: recuperar el SUPA, el sindicato estibador, de las manos de la conducción que le había dado la espalda a sus afiliados. Las maniobras y el fraude esta vez no les alcanzó. El peso estratégico de la Naranja en la sede de 27 de Febrero -los portones en los que hace tres años los portuarios jugaron de local en el histórico conflicto- mostró lo que ya se intuía: la conducción oficialista había perdido gran parte de la influencia y el control sobre los estibadores y su principal concentración, por donde sale el comercio exterior de contenedores de una gran parte del país.
Es una gran noticia para todos los trabajadores: un nuevo sindicato, con una experiencia de lucha muy importante, se puso en pie en la región, en momentos donde las patronales avanzan con despidos y el gobierno busca imponer una reforma laboral para atacar nuestros derechos. Como ellos mismos señalaron luego del triunfo: “Es una conquista para todos los trabajadores del puerto y también de la región para las peleas que se vienen».
Yo no me caí del cielo
La huelga histórica terminó hace casi tres años. Fueron dos meses y medio de una lucha dura, que en agosto del 2022 ya había tenido un primer round que lo ganaron los obreros. Hoy aparece como una sorpresa el triunfo de la Naranja, aunque hay que reconocer que tiene mucho de hazaña por los enemigos que enfrentó. Pero la recuperación del sindicato se empezó a construir desde la semana siguiente en la que se cerró la lucha del 2022. Más precisamente en el Club El Porvenir de la Sexta. Ahí, en un asado junto al Turu, Luis, el Seba y la mayoría de quienes bancaron los piquetes, prometieron recuperarlo. Y la organización siguió: polladas para recaudar fondos y comidas en el Club Moderno, asambleas y choris en la Vecinal de Grandoli y el Tanque y las asambleas y almuerzos en el Club Saenz Peña.

La lista Naranja se construyó como se encaró la lucha del 2022: de asamblea en asamblea y en ellas, en el fondo de la Vecinal 22 de Julio, se votó a mano alzada los compañeros que integrarían la lista. Todo un ejemplo de cómo organizar la pelea para recuperar un sindicato.
“De ahora en más decidimos entre todos”
La asamblea fue la clave para sostener la unidad durante la dura lucha del 2022 y la continuidad de la organización durante estos años. Fue también la ofensa que no pudo soportar la conducción burocrática cuando en agosto de ese año los laburantes impusieron que todo acuerdo que se firme en el Ministerio de Trabajo debía ser votado a mano alzada en el piquete previamente.
En noviembre vinieron los despidos y ese round se cerró el 19 de enero, con otra demostración de democracia obrera: en asamblea discutieron que hasta ahí daban las fuerzas para esa etapa de la lucha, pero que no se levantaba hasta la liberación de todos los detenidos. Una asamblea difícil, porque implicaba aceptar que quedaban afuera compañeros, pero que evitó todo desbande, arrancó de la cárcel a los obreros detenidos con una enorme movilización y esa tarde las y los portuarios reingresaron al grito de “unidad de los trabajadores” por los portones de 27 de Febrero.

Fue el Lobo, un viejo portuario, que una tarde de piquete me dijo esa frase que contenía el germen de la organización. “Estos están re locos, ¿sabés por qué?”, soltó debajo del puente. “Porque antes te avisaban por mensajito, o se hacía lo que decía el que más jetoneaba. Y de ahora en más decidimos entre todos”.
Y la asamblea fue lo que permitió sostener esa dura lucha contra la patronal, los Ministerios de Trabajo, la policía, la justicia, la campaña mediática y los gobiernos de Perotti y de Alberto Fernández, que todos juntos atacaron a los laburantes. Junto a otros espacios democráticos que pusieron en pié para sostener la pelea, como la Comisión de Mujeres y el Comité de Lucha que formaron muchos de quienes hoy recuperaron el sindicato.
Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta…
La lucha del 2022 mostró el poder estratégico del paro y el bloqueo que impulsaron los trabajadores del puerto. La iglesia presionaba para que los obreros muestren “gestos”, la UIA reclamaba que se liberen los portones y el gobierno envió la represión para lograrlo. Durante el conflicto, la empresa de Electrolux tuvo que parar una de sus líneas por desabastecimiento y hubo problemas productivos en Bambi, otras metalúrgicas e incluso en la General Motors. Las medidas de lucha tenían un efecto concreto: controlar el puerto tiene repercusiones mucho más allá del puerto. Una conclusión para los tiempos que se vienen.

Aquella huelga también logró el apoyo de sectores muy importantes como la declaración de los organismos de Derechos Humanos frente a las detenciones, que reunió las firmas de la Ronda de Madres de Plaza 25 de Mayo, el Apdh Rosario, Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, la Asociación Anahí, el Colectivo Nacional de Ex Pres@s Polític@s y Familiares, MEDH, la Liga Argentina de DDHH, el Museo de la Memoria Rosario y el CeProDH entre muchos otros. Incluso habían puesto su firma sectores del Frente de Todos, del Movimiento Evita, la UTEP y la diputada provincial Matilde Bruera.
También en un muy importante acto en los piquetes habían logrado reunir a sindicatos como Amsafe Rosario (en ese momento en manos de la oposición combativa), ATE y SIPRUS de Rosario, Aceiteros y la CTA, los ex Combatientes de Malvinas. Allí se acercaron diputados como Carlos del Frade y nuestro compañero diputado Alejandro Vilca, que trajo un aporte al fondo de lucha junto a Nicolás del Caño y Myriam Bregman, además de Octavio Crivaro, Irene Gamboa y Franco Casasola, referentes de la izquierda que acompañaron los piquetes y cada acción de lucha. O el festival solidario que desde la Juventud del PTS ayudamos a organizar junto a la Comisión de Lucha. La lucha portuaria había despertado el apoyo en la región.

El futuro llegó
En el mismo momento en el que festejábamos sobre calle Juan Manuel de Rosas, el gobierno dejó trascender lo que sería el proyecto final de reforma laboral que buscará aprobar en el Congreso. El texto adelanta un plan de guerra contra los trabajadores: banco de horas para flexibilizar la jornada laboral, convenios por empresa, eliminación de las indemnizaciones por despidos y brutales ataques al derecho de huelga y organización.
Al día siguiente, un importante espacio de coordinación obrera se reunió en la zona norte del Gran Buenos Aires. Mondelez, Suteba Tigre, Georgalos, MadyGraf, la Línea 60, el Neumático junto a símbolos de lucha como Garrahan, Jubilados y los trabajadores de Secco discutieron poner en pie una mesa de coordinación, impulsar acciones contra la reforma laboral y movilizar el 20 de diciembre.
En Rosario, cerca de 200 trabajadores, delegados y activistas nos reunimos en octubre en la sede de ATE junto a sindicatos como Aceiteros, Coad, la 4 de Abril de Amsafe, el Frente de Jubilados en Lucha y otros sectores combativos de la región. La recuperación del sindicato portuario, pero también los ataques que estamos viviendo con cierres, despidos y suspensiones en el Frigorífico Euro, General Motors, Vassalli, Corven, Essen, Cramaco, Electrolux y en tantos otros lugares plantea la posibilidad y necesidad de retomar ese camino. Para frenar los ataques, para enfrentar la reforma laboral y, también, para fortalecer el nuevo sindicato portuario, que puede proponerse ser un espacio para organizar a los trabajadores que tienen a sus conducciones en la vereda de enfrente o directamente no tienen organización alguna.

La lista Naranja y el nuevo sindicato portuario es una enorme alegría para este 2025, que expresa que en 27 y el río hay una gran experiencia de lucha que ni la patronal, ni el estado ni el sindicato lograron quebrar. Es un gran noticia para los portuarios, las y los laburantes rosarinos, pero también puede transformarse en un nuevo aliado para los sectores combativos del país que vienen peleándola: un nuevo hermano de clase en Rosario con un gran poder de fuego estratégico, que junto a los aceiteros, los aeronáuticos, el transporte y otros sectores pueden proponerse ser un gran punto de apoyo si avanzan en coordinar sus fuerzas, capaces de paralizar la maquinaria empresaria y derrotar los planes del gobierno.
Desde el PTS, que tenemos el orgullo de haber acompañado desde el primer día, saludamos y festejamos con los laburantes y sus familias por este triunfo enorme. ¡Viva la lucha de las y los portuarios!
