Por José Odisio
El Clásico siempre deja secuelas. Ganar o perder no da lo mismo. Para los hinchas es un partido único e irrepetible y el resultado obtenido es un termómetro de cara al futuro cercano. Y en el Parque está la presión extra de una década donde los resultados frente a Central son de tendencia desfavorables y muchas veces provocaron crisis deportivas e institucionales.
Mariano Soso camina por la cornisa. En sólo cuatro partidos puso su continuidad en peligro. Es más, los hinchas pidieron su cabeza antes del Clásico, algo que no sucedió por la proximidad del partido. Es que la dirigencia también está en el ojo de la tormenta. Astore hoy aparece como el blanco preferido de la gente y una derrota en el Clásico puede ponerlo en un lugar incómodo en un año electoral donde lo deportivo marca tendencia.
No ganar un Clásico en el Coloso en 16 años es una marca que genera necesidad. El hincha necesita un triunfo urgente y la mochila que cargan los futbolistas en este partido es cada vez más pesada. Y se nota en la cancha, dónde es difícil no jugar con tensión. El arco rival parece más chico, los nervios paralizan y provocan errores, y la primer adversidad es un golpe de nocaut irreversible.
Así saldrá Newell’s a jugar está tarde. Sin conocer los titulares porque Mariano Soso decidió comunicar la formación en la charla técnica previa al partido. Tal vez optó por esto para sacar presiones. O porque no tiene decidido cuál es el mejor plan. O puede estar perdido, como su equipo en este inicio de torneo. Los motivos solo los conoce él. Y también sabe que una derrota lo pone en la puerta de salida.
Pero Soso no será la única víctima si hoy Newell’s pierde. Será difícil para la dirigencia soportar los cuestionamientos con una caída. Y no son pocos los que especulan con un adelantamiento de elecciones, algo que no está en la cabeza de Astore.
Obvio que ganar también es una chance. Y traerá un alivio necesario. Incluso, como sucede muchas veces al ganar un Clásico,, el envión anímico posterior es muy difícil de medir. Podría ser la chispa que busca Newell’s desde hace un tiempo.
Keylor y su jerarquía en el arco no es un dato menor, en especial porque los últimos tres Clásicos fueron victoria de Central por escasa resistencia de los arqueros leprosos en los goles. Cocoliso genera expectativa, porque muchos Clásicos se definen por un gol del 9. Y está Banega, con la deuda de jugar un Clásico en el nivel que este tipo de partidos le pide.
Mucho en juego. Ganar o perder está vez no será lo mismo. Habrá que ver si está urgencia paraliza o motiva. Lo que está claro es que el mañana será distinto en el Parque. Dependerá de Soso y de los jugadores inscribir una historia distinta.